Ion SALGADO
GASTEIZ

Lakua apuesta por la rehabilitación como factor de impulso económico

El Gobierno de Lakua presentó ayer el informe “El sector de la contrucción en la CAE: evolución 2008-2016”, en el que percibe el «comienzo de un nuevo ciclo tras una gran recesión». Y asocia la debilidad de la demanda «a la precaria situación laboral de buena parte de la población más joven, al mercado laboral y a las dificultades de acceso a crédito».

«El ejercicio 2016 ha sido un año positivo e importante para el sector de la construcción al confirmarse el comienzo de un nuevo ciclo tras una gran recesión, lo que atestiguan tanto los indicadores de producción sectorial como la actividad del mercado y las licencias de obra». Con estas palabras resumió ayer el viceconsejero de Vivienda, Pedro Javier Jáuregui, los datos recogidos en el informe que analiza la evolución del sector en la CAV entre 2008 y 2016, desde el estallido de la burbuja inmobiliaria hasta el pasado curso, en el que se «consolidó e intensificó la recuperación de la actividad».

El documento destaca que el valor añadido de la construcción en 2016 ha aumentado en un 1,6%, lo que supone un «significativo incremento» respecto al 0,5% registrado en 2015. No obstante, asume que, «a pesar de la mejora de la actividad, se mantiene la tendencia a la pérdida de peso relativo del sector sobre la economía vasca, aunque a un ritmo considerablemente inferior que el observado en años anteriores». Cabe destacar que en 2016 la producción sectorial supuso el 5,8% del conjunto de la economía de la CAV, «ratio muy alejado del alcanzado al comienzo de la crisis, de forma que en 2007 llegó a suponer el 10%». Tan alejado que marca un mínimo, como se puede ver en el gráfico adjunto.

En cuanto a la evolución de las licencias de obra, el informe de Lakua señala que el año pasado se registraron en la CAV 3.145 licencias de obra, un 14,6% más que en 2015. La tendencia positiva se produce tanto en las licencias de obras de nueva planta (+16,6%) como en las de rehabilitación (+14,5%). Pese a la mejora, los datos están muy lejos de los registrados en los años previos a la crisis económica. Las 518 licencias de obra nueva concedidas en 2016, por ejemplo, suponen apenas un tercio del máximo alcanzado en el ejercicio 2006, cuando se otorgaron 1.654 licencias en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

A este respecto, conviene remarcar que la mejora en la concesión de licencias no ha generado un impacto económico semejante en términos presupuestarios y de actividad económica para las empresas del sector. «Por tanto, se puede concluir que el incremento en el número de visados observado en 2016 se asocia a un tipo de obras de una menor dimensión y presupuesto medio», recoge el documento, en el que se pone de manifiesto que la «actividad económica generada en 2016 continúa notablemente alejada de las magnitudes alcanzadas en los años anteriores al comienzo de la recesión».

Los datos del mercado de la vivienda nueva son una prueba de esta situación. El pasado curso se registraron 2.495 compraventas de viviendas nuevas, la cota más alta desde 2012. Sin embargo, la cifra está lejos de la registrada antes de ese año. Así, el número de transacciones registradas en 2016 representa apenas un 38% de las contabilizadas en 2009, cuando se cerraron 6.467 operaciones. Y lo mismo ocurre con los precios, que, pese al incremento registrado desde 2014, continúan muy por debajo de los máximos históricos; 25 puntos porcentuales por debajo para ser exactos.

Asimismo, en 2016 se ha registrado una evolución positiva del empleo ligado a la construcción, que ha crecido un 1,1%. «La evolución positiva del empleo en el conjunto de la economía vasca que se advertía ya en 2015 se extiende al sector de la construcción. De este modo, 2016 ha sido el primero año desde 2007 en el que todos los sectores de la CAE han generado empleo», apunta el informe, que alerta de que «esta ligera recuperación apenas tienen reflejo en el balance del impacto de la crisis». «En relación a 2008, el sector ha perdido 35.600 empleos, siendo el sector de la economía vasca que ha sufrido con mayor intensidad la recesión», añade.

La supuesta recuperación económica y laboral tampoco ha tenido reflejo en la demanda de vivienda nueva, que no está creciendo con un «suficiente grado de intensidad para impulsar la actividad del sector e incrementar su ritmo de crecimiento de forma mas nítida». Según el informe, esto se debe a «la reducida proporción de personas con ingresos suficientes para dar satisfacción a esta necesidad de acceso a la primera vivienda», ya que, de las 72.936 personas que en 2015 manifestaron necesidad de acceder a una primera vivienda, solo 15.645 disponen de ingresos suficientes para hacerlo. Un problema vinculado con la precariedad y la pobreza laboral.

Inspección de edificios

De cara al futuro, el informe hace especial hincapié en el papel que va a jugar la rehabilitación, y recuerda que en más de la mitad de las inspecciones técnicas de edificios (ITE) se ha detectado la necesidad de «abordar urgentemente algún tipo de obra de rehabilitación». «La previsiones para el período 2017-2019 muestran un considerable incremento de los edificios que van a tener que realizar las ITEs, de forma que deberían realizarse 75.000 ITEs hasta 2019. Y, aunque no se pueden proyectar de forma lineal la proporción de obras a realizar, el incremento del número de ITEs llevaría a pensar en un fuerte crecimiento de la demanda de obras de rehabilitación», aclara.

«El modelo de negocio de las empresas del sector se está adaptando al menor peso de la actividad tradicional de edificación de obra nueva, que fue base del boom inmobiliario, apostando por parámetros diferentes asociados al mayor predominio de la rehabilitación, así como a los nuevos retos y oportunidades que plantea la normativa asociada a las ITEs», señaló el viceconsejero en la rueda de prensa ofrecida en la sede del Ejecutivo autonómico en Gasteiz, donde insistió en que «en 2016 se han registrado las cotas más elevadas en términos del número de licencias de obras de rehabilitación desde que existen estadísticas en la materia».

Por último, Jaúregui indicó que «los próximos años van a resultas claves para confirmar y evaluar el potencial de este nuevo modelo y su impacto en la creación de nuevos empleos y de nuevas empresas».

Su optimismo contrasta con el balance de Ascongi-Adegi, la asociación de constructores y promotores de Gipuzkoa, que el mes pasado demandó a las instituciones políticas de inversión para incentivar un sector que «no termina de reactivarse». La patronal subrayó que la licitación se sitúa en mínimos, con una caída del 35% (-41% en obra civil y -19% en edificación).