Arnaitz GORRITI

Encajando 206 puntos en dos partidos, es imposible

Con un parcial de 15-29 en el primer cuarto, los azulgranas pasaron por encima de los hombres de negro.

RETABET B. BASKET 83

BARCELONA 104

 

El Barça llegaba al partido ante Olympiacos del pasado viernes con una racha de cinco derrotas consecutivas. Además, ayer tenía que visitar el Bilbao Arena, una cancha en la que habían caído en cinco de sus seis últimas visitas. Pero enfrente estaba un rival que tiene mucho que mejorar, sobre todo en defensa, y aque ayer se vio desarbolado a las primeras de cambio, y sin opción de réplica.

El mejor resumen de lo que aconteció en el feudo bilbaino lo hizo Carles Durán en sala de prensa. «El partido se ha resuelto en el primer cuarto. Hemos salido con determinación, a buscarles. Pero su acierto y nuestra mala defensa de contactos y de balones interiores han hecho que bajáramos rápidamente la cabeza». Nada que añadir, porque lo cierto es que los bilbainos cierran esta semana con 206 puntos más encajados en su mochila, padeciendo un señor boquete en lo que se refiere a la defensa interior. Durán no quiere abusar de minutos a Gladness, ya que se carga de personales con suma rapidez, e intenta meter en juego a Tim Kempton –ayer tampoco llegó a cinco minutos, mostrándose muy verde para estas lides– y los rivales, que saben lo que hay cuando se cruzan con RETAbet Bilbao Basket, se aprovechan.

El primer cuarto se fue con un 15-29 y ya no hubo vuelta atrás. Kevin Seraphin impuso su físico ante un rival que se empequeñecía ante sus embestidas. Y a la que Sito Alonso dio entrada a Pressey, se acabó lo que se daba. El base norteamericano atacó a Bilbao Basket desde la defensa, dándole un punto físico más al partido, dejando a los hombres de negro muy lejos en la pelea. Adam Hanga también estuvo muy activo en ese arranque.

Durante la primera mitad el juego bilbaino solo tuvo un nombre: Alex Mumbrú, aunque para cuando saltó a la cancha ya todo estaba casi decidido. De hecho, al descanso el resultado invitaba a sacar la bandera blanca por parte de los pupilos de Carles Durán: 36-55.

Reacciones individuales

«En el momento en que ha saltado Alex –Mumbrú– en el segundo cuarto nos ha empujado, y ha habido reacciones individuales. Pero dándole tanta ventaja al principio, cada jugador con confianza nos ha hecho daño», reconocía un Carles Durán que, por otro lado, no quería hacer leña de sus jugadores.

La única luz de reacción se encendió en el tercer período. Cuando el Barça obtuvo su máxima renta de 26 puntos, 36-62, sufrió una lógica relajación. Una relajación que aprovecharon tanto Ricardo Fischer como Lucio Redivo para lograr un parcial de 16-4 y arrimarse a un 52-66 mínimamente esperanzador. Pressey, a golpe de triple, sofocó el intento de rebelión local.

Desde entonces y hasta el final, la renta culé sobrevoló la veintena, y hasta Juan Carlos Navarro pudo reverdecer viejos laureles. Sito Alonso, que regresaba a la que fue su casa, se limitó a decir que «Bilbao Basket ha estado por meterse en el partido, pero cuando se acercaban, el equipo defendía mejor».