Beñat ZALDUA
DONOSTIA

Puigdemont elige a Quim Torra para la presidencia de la Generalitat

El historiador y editor Quim Torra (Blanes, 1962) será el próximo president del Govern si nada se estropea de aquí al pleno de investidura que Roger Torrent convocará hoy. Así lo anunció ayer el president en el exilio Carles Puigdemont, que agradeció a Torra «el esfuerzo y el sacrificio de asumir un cargo en unas circunstancias extremas».

Quim Torra nunca imaginó, cuando el pasado mes de noviembre acudió al llamado del president Carles Puigdemont a formar una lista transversal para acudir a los comicios impuestos del 21D, que medio año después estaría a un paso de convertirse en el 131º president de la Generalitat de Catalunya. Pero así es. El president del Parlament, Roger Torrent, iniciará hoy vía telefónica la ronda de contactos de rigor, tras lo cual convocará el pleno –ya veremos si para el lunes o antes–, en el que será elegido president en segunda votación. Si nada se estropea por el camino, claro.

La secuencia la inició ayer el mismo Puigdemont, que se adelantó a su propia previsión y, a las 20.13, vía Twitter, anunció a Torra, historiador y editor de 55 años, como su candidato a encabezar la Generalitat de Catalunya. No había en la terna de candidatos otro nombre que pudiese encajar mejor en el entorno de ERC –que lo intentó fichar en 2011– e incluso de la CUP, que aprecia en él un independentismo de piedra picada y un origen en el soberanismo civil. No en vano, Torra fue presidente de Òmnium Cultural de forma interina en 2015, cuando Muriel Casals dio el salto a la lista de Junts pel Sí.

De hecho, suya fue la paternidad de una idea a la que solo le faltó el sí de Artur Mas para triunfar: una candidatura independentista única sin partidos políticos para convertir el 27S en un auténtico plebiscito. Aquello no triunfó porque Mas no quiso alejar a una Convergència en vías de transformación del calor institucional, pero sirve para realizar una aproximación al perfil de este candidato que no debe obediencia a partido ninguno. Cómo se desempeñará como president, desde luego, es una incógnita irresoluble ahora mismo. Nadie como Puigdemont sabe lo inescrutable que puede ser una presidencia de la Generalitat hoy en día.

De lo que no cabe duda es de que, finalmente, se ha decantado por un perfil político más que por uno técnico. Torra no tiene experiencia en cargos públicos, pero tiene un profundo sentido de la institucionalidad del que ya ha hecho gala en las tres ocasiones en las que ha subido al estrado del Parlament. Como diputado, ha sabido dar solemnidad, empaque y contexto histórico a sus intervenciones. Veremos si es capaz de hacer lo propio como president. En cualquier caso, las pomposas citas de autores siguen estando aseguradas en el hemiciclo.

Periodo de provisionalidad

Junto al anuncio, ayer el president Puigdemont agradeció a Torra «el esfuerzo y el sacrificio de asumir un cargo en unas circunstancias extremas para Catalunya». «A nadie se escapa que iniciamos un periodo de provisionalidad marcado por las condiciones impuestas por el Estado español», añadió en un vídeo grabado en Berlín, donde ayer se reunió con Torra y con la presidenta del grupo parlamentario de Junts per Catalunya, Elsa Artadi, llamada a cumplir un rol de peso en el próximo ejecutivo. De hecho, suena con fuerza como consellera de Presidència, aunque habrá que esperar a conocer la composición final de un Govern que ERC y JxCat tienen ya prácticamente definido.

«Necesitamos la máxima unidad y determinación, la máxima dedicación y la máxima fidelidad al mandato del 1 de octubre, que es la fidelidad al pueblo de Catalunya», resumió ayer Puigdemont, que puso tareas inmediatas a Torra: «Tenemos el deber de eliminar los efectos nocivos del 155 y aplicar un verdadero plan de choque que nos ponga al día y permita recuperar políticas, personas e inversiones injustamente suspendidas, cesadas o paradas».

Aunque las reacciones más reposadas llegarán hoy, ayer pocos faltaron a la fiesta de las primeras valoraciones. Y nadie se salió del guion. Esquerra cerró filas inmediatamente con el nuevo candidato, mientras que toda la oposición, desde los Comunes hasta Ciudadanos, pasando por PP y PSC, rechazaron que vaya a representar a todos los catalanes. La principal novedad, en todo caso, llegó desde la ANC, que hasta ayer defendía las elecciones si no era posible investir a Puigdemont. Ayer dio el visto bueno a Torra, siempre que se mantenga fiel «al mandato del 1-O».