Patrick BAERT (AFP)
Pekín

Enfrentado a Trump, Pekín decide estimular su demanda interna

Mientras la UE hacía otro intento para evitar una «guerra comercial total» con EEUU con la visita de Jean-Claude Juncker a Washington (de cuyo resultado todavía no había noticias), el Gobierno chino ya está tomando medidas para sostener la economía, dejando en un segundo plano la lucha contra el endeudamiento y los riesgos financieros.

Pekín terminó por reconocerlo la pasada semana: los aranceles punitivos impuestos por el presidente estadounidense tendrán un impacto sobre el crecimiento de la economía china, que ya se ha ralentizado ligeramente, al 6,7% en el último trimestre.

Frente a las «incertidumbres exteriores», el Gobierno se reunió el lunes en torno al primer ministro, Li Keqiang, para adoptar una serie de medidas fiscales y financieras destinadas a sostener la demanda interna. Un cambio de paso bien acogido por las plazas bursátiles chinas: el martes tanto Hong Kong como Shanghai ganaban un 1,42% y Shenzhen, un 1,35%.

Según el comunicado difundido tras la reunión, Pekín seguirá «una política fiscal más activa», autorizando a un mayor número de empresas desgravar sus inversiones en investigación y desarrollo. El régimen comunista también acelerará su ritmo de emisión de «bonos especiales» para proyectos de infraestructuras de las colectividades locales, por un montante de 1,35 billones de yuanes (170.000 millones de euros) para este año. Y el Ejecutivo «intensificará sus esfuerzos» para adjudicar una línea de préstamos de 140.000 millones de yuanes (17.000 millones de euros) a 150.000 pequeñas empresas cada año.

En cuanto a la inversión privada, se centrará en sectores como el transporte, las telecomunicaciones, el petróleo y el gas.

«El Gobierno chino está dejando claro que está dispuesto a defender el crecimiento», señalan los economistas del banco ANZ, tal como recogió AFP.

Pero el auténtico dilema económico al que se enfrenta Pekín permanece intacto: fomentar la actividad con el peligro de la deuda o reducir la deuda a riesgo de acabar con el crecimiento.

«La carga presupuestaria adicional de estas medidas es mínima respecto al PIB y al gasto previsto en los presupuestos de 2018», subraya George Zhu, de la agencia de calificación Moody's. «Pero si esto conllevase un aumento adicional de la deuda (...) veríamos un impacto negativo en el crédito» del Gobierno chino, advierte.

No habrá «diluvio»

Consciente del peligro, el poder asegura que no contempla «un diluvio» de medidas de estímulo, como hizo tras la crisis financiera global de 2008. Aquellas medidas condujeron, efectivamente, a una escalada en el endeudamiento, por lo que Pekín, avisado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), busca ahora combatir los riesgos financieros.

«La prudente política monetaria no será ni demasiado rigurosa ni demasiado acomodaticia», puntualizó el lunes el Ejecutivo, mientras que el banco central (Banco Popular de China, PBC) ya ha reducido en tres ocasiones este año los ratios de las reservas obligatorias de las entidades bancarias.

«Pekín tiene razones para descartar por ahora un plan de relanzamiento masivo, porque solo podría ser financiado con una nueva fase de relajación monetaria y de endeudamiento», indican desde Hong Kong los economistas del banco japonés Nomura. Pero también pronostican que, ante el esperado descenso de la demanda exterior (EEUU absorbe una quinta parte de las exportaciones chinas), el crecimiento económico continuará ralentizándose.

«China podría verse obligada a adoptar medidas de estímulo fiscal cada vez más sustanciales y facilitar aún más el crédito para frenar la desaceleración del crecimiento y mantener la estabilidad financiera», anticipan los analistas de Nomura.

 

Los BRICS, «en tiempos de turbulencias»

La X Cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) comenzó ayer en Johannesburgo con la mirada puesta en reforzar la colaboración interna y en estrechar lazos con África, en un contexto internacional marcado por el unilateralismo de Estados Unidos.

El encuentro marca una década de historia del bloque de potencias emergentes y contará con la presencia de los líderes de los cinco socios: los presidentes de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa; Brasil, Michel Temer; China, Xi Jinping; y Rusia, Vladimir Putin; así como el primer ministro de la India, Narendra Modi.

En el discurso de apertura del foro de negocios, el ministro sudafricano de Comercio e Industria, Rob Davies, destacó el «enorme crecimiento» de la economía de los BRICS en los últimos años, pues en una década ha pasado del 12% del PIB mundial al 26%. «No es un secreto que vivimos tiempos de turbulencias. Es un momento de crisis para el sistema de comercio», añadió. GARA