NAIZ

Evo Morales apela al diálogo a pesar de las masacres, ante el temor a una guerra civil

Evo Morales, desde su exiliio en México, ha apelado a «un gran diálogo nacional» a pesar de las masacres y de las «actitudes fascistas» del nuevo poder surgido del golpe de Estado. Morales teme que lleven al país a una guerra civil y plantea la mediación internacional europea, pese a la toma de posición de algunos países en favor del golpe.

Evo Morales, en una rueda de prensa en México. (Pedro PARDO/AFP)
Evo Morales, en una rueda de prensa en México. (Pedro PARDO/AFP)

En una entrevista con la agencia Efe, el expresidente de Bolivia, Evo Morales, ha apelado a un gran diálogo nacional con los partidos que perdieron las elecciones y que han tomado el poder tras el golpe de Estado. Sin embargo, advierte de que las actitudes racistas y fascistas de los grupos golpistas.

«No tengo otra alternativa que tener un gran diálogo nacional», señala Morales, pero recuerda que quienes perdieron las elecciones «pasaron del racismo al fascismo, y del fascismo al golpismo que estamos viendo en este momento».

Por ello, reconoce que dirigentes del Movimiento Al Socialismo (MAS), ganador de los comicios, dudan y se plantean «cómo vamos a negociar con masacradores». «En cinco días son 23 muertos de bala. Ya no quieren diálogo. Estamos haciendo esfuerzo para el diálogo, pero quienes vayan al diálogo pueden ser declarados como traidores», advierte.

Miedo una guerra civil

«Las fuerzas Armadas y los policías que conspiraron y se amotinaron ahora están matando al pueblo», denuncia en la entrevista.
Morales subraya que renunció a la Presidencia precisamente «para que no haya más agresiones a mis compañeros. Para que no haya ese racismo» y «evitar un baño de sangre, pero fue peor porque así es la derecha boliviana».

«Tengo mucho miedo» a una guerra civil, admite el líder boliviano, que subraya que durante su gobierno se ha tratado de unir campo y ciudad, y los distintos sectores sociales y regiones del país, a pesar de lo cual aparecen ahora grupos paramilitares.

Morales indica que el principal planteamiento del diálogo debe ser recuperar la democracia y apunta a la posibilidad de mediadores como el Estado español, el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero o el expresidente uruguayo Pepe Múgica.

Incluso acepta la mediación de la Unión Europea –con la excepción de Inglaterra– a pesar de que señala que decepción con la postura de algunos países que aceptaron el golpe.

«Enterrar la OEA»

No es menor la decepción con la Organización de Estados Americanos (OEA), a la que ofreció la auditoría del proceso electoral, pero que «tomó una posición política, y no técnica o jurídica».

«El domingo de madrugada la OEA se suma al golpe de estado», indica. «Ahora me doy cuenta de qué rol juega la OEA en América Latina» y entiende por qué Nicaragua ni Venezuela le permitieron entrar. «Lo mejor sería cómo revisar, reestructurar, refundar y finalmente enterrar la OEA», asegura.

Por otro lado, Morales tiene claro que detrás del golpe en Bolivia hay intereses transnacionales y especialmente de Estados Unidos, el primer país en reconocer el golpe.

Precisamente, rechazó una oferta de Washington para trasladarlo en avión por temor. «Quién sabe dónde me hubieran llevado, a lo mejor a Guantánamo», afirma.

«No perdonan a un país socialista»

Además, subraya que «algunos países exageradamente industrializados no nos perdonan que un país socialista pueda demostrar que con política de izquierdas hay futuro. Eso no nos lo perdonan. Cuando hemos empezado programas de industrialización, esto no conviene a países industrializados como Estados Unidos», del que cree que pueden salir «amenazas y atentados».

Sobre la posibilidad de que se convoquen elecciones recuerda que el MAS ya ganó la primera vuelta de los comicios del 10 de octubre y que no está «aferrado a ser candidato», aunque «sí cueste consensuar quién quisiera ser candidato».

Precisamente, señala que «tal vez mi error fue aceptar la candidatura» que le ofrecieron los miliratnes y movimientos sociales –«basada en una sentencia constitucional», subraya–.

Finalmente, Morales señala que el exilio, donde se encuentra sin su familia, «extraña aprobar o inaugurar obras, entrar en campos deportivos, jugar, bailar...». Y rechaza la propaganda golpista sobre su vivienda, que intentaba difundir imágenes de lujo que no encontraron. «Yo no conozco eso. Eso otra mentira más. (...)», critica y subraya que lo que aprendió de su familia fue «'no robar, no mentir, no ser flojo'. He llegado a la presidencia con la verdad y la honestidad».