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Preocupación y miedo ante el Gran Hermano indio

La intención de India de crear uno de los mayores sistemas de reconocimiento facial del mundo es una pesadilla para los defensores de la privacidad y ha desatado la preocupación de que se convierta en un sistema de vigilancia masiva, en un contexto de protestas que sacuden al país desde hace semanas y en las que han muerto ya al menos 25 personas.

Imagen de una protesta multitudinaria contra la nueva ley de ciudadanía, en Kolkata. (Dibyangshu SARKAR / AFP)
Imagen de una protesta multitudinaria contra la nueva ley de ciudadanía, en Kolkata. (Dibyangshu SARKAR / AFP)

El Gobierno de India tiene intención de crear uno de los mayores sistemas de reconocimiento facial del mundo en plena ola de manifestaciones contra una enmienda reciente a la Ley de Ciudadanía que busca dar la nacionalidad a inmigrantes de países vecinos pero excluye a los musulmanes. Un modelo que preocupa en un país que carece de políticas de ciberseguridad y cuyo actual programa de identificación biométrica, entre los más grandes del mundo, es también de los más inseguros por las continuas filtraciones que sufre.

La iniciativa, que puede derivar en un sistema de vigilancia masiva, preocupa a los defensores de la privacidad, sobre todo por la ausencia de «cualquier tipo de control o marco legal».

El primer ministro de India, Narendra Modi, trató de calmar la grave crisis social durante un acto político celebrado hace dos semanas en Delhi, en el que los miles participantes se convirtieron, sin saberlo, en los observados al ser filmados.

«Cada participante en el acto fue filmado por una cámara junto al detector de metales, y la señal en vivo fue comparada en cinco segundos con una base de datos de rostros en la sala de control instalada en la zona», explica un portavoz de la Policía capitalina al diario local ‘Indian Express’.

La intención de las autoridades era identificar posibles amenazas a la seguridad de Modi, aunque, según el diario, la Policía ha elaborado también una base de datos de «malhechores que podrían gritar consignas o mostrar carteles».

Un paso más en el vasto sistema de control

Para ello, pretende desarrollar un programa de análisis de imágenes captadas por videovigilancia con el objetivo de implementar un sistema de reconocimiento facial automatizado en todo el país, donde reside una octava parte de la población mundial, mientras se suceden casos de filtración y uso fraudulento de las bases de datos ya existentes. Una red de reconocimiento facial como complemento a su vasto sistema de control poblacional.

La tecnología ya está en uso en algunos territorios como Nueva Delhi, donde la Policía la adquirió en 2018 con la intención de localizar a niños perdidos.

La intención ahora es unir todas las bases de datos diseminadas por el país en un sistema que pueda ser utilizado incluso desde un teléfono móvil.

«El sistema puede jugar un rol vital en mejorar los resultados de la identificación y verificación de criminales facilitando la grabación, análisis, recuperación e intercambio de información entre distintas organizaciones», señala la Agencia Nacional de Registro de Delitos de la India (NCRB), que ha hecho un llamamiento a presentar proyectos.

Una tecnología «esencial», según la NCRB, capaz de identificar automáticamente a personas a partir de un vídeo en directo, pero también de fotografías obtenidas de periódicos o «enviadas por la gente», e incluso de bocetos.

Por el momento, el Gobierno indio ha pospuesto repetidamente la fecha límite para presentar candidaturas para la propuesta, la última vez el pasado 3 de enero hasta el 31 de este mes.

Pesadilla para los defensores de la privacidad

Dos días antes del discurso de Modi, el viernes 20 de diciembre, varios drones blancos de la Policía sobrevolaron a los miles de manifestantes reunidos frente a las escaleras de una de las mayores mezquitas de India, la Jama Masjid, situada en la parte antigua de Delhi, que protestaban contra la Ley de Ciudadanía.

Apenas un punto oscuro sobre el cielo gris que se mezclaba con las águilas que sobrevolaban la zona, los aparatos equipados con cámaras son inconfundibles por el zumbido de sus aspas y su silueta cuando descienden a pocos metros del suelo.

Los drones han sido utilizados en las últimas semanas en Cachemira y en Uttar Pradesh, donde se produjeron la mayor parte de las víctimas mortales durante las protestas en ocasiones violentas y donde la actuación de la Policía ha sido puesta en entredicho por su brutalidad.

La visión de los drones y la llamada a presentar proyectos por parte de la NCRB se han convertido en una pesadilla para los defensores de la privacidad en India.

El problema principal es «la ausencia de cualquier tipo de control o marco legal» que regule el uso del reconocimiento facial, explica a Efe el director ejecutivo de la Fundación para la Libertad de Internet india (IFF, en inglés), Apar Gupta.

Los límites a la tecnología no figuran en la llamada a proyectos, un documento técnico y muy general según Gupta, quien considera que «puede ser utilizado para todo tipo de vigilancia policial pero también para el control social y político».

Aunque el Tribunal Supremo de India reconoció que la privacidad es un derecho fundamental de los ciudadanos en una sentencia de 2017, el país todavía no cuenta con una legislación al respecto y una Ley de Protección de Datos Personales todavía está pendiente de ser aprobada por el Parlamento.

De todos modos, Gupta no cree probable que esa legislación vaya a ayudar «debido al gran número de excepciones en favor de los departamentos gubernamentales» que permiten obtener información normalmente protegida. «Se trata de un sistema de vigilancia masiva», subraya.