El mariscal libio Jalifa Haftar ha pedido más tiempo, hasta este martes, antes de firmar un acuerdo de alto el fuego que sí ha  rubricado su rival y jefe del Gobierno de Trípoli (GNA) reconocido por la ONU, Fayed al Serraj, en Moscú.

El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, ha anunciado  que también ha firmado el acuerdo el representante del Parlamento que tiene su sede en Tobruk, en el este del país, y que respalda a Haftar.

Haftar, quien inició el pasado mes de abril una ofensiva para hacerse con el control de Trípoli, ha retomado desde el inicio del año la iniciativa y se ha hecho con el control de Sirte, ciudad natal del desaparecido líder libio Muamar Gadafi. Su ofensiva, en la que cuenta con el apoyo no declarado de Rusia, ha motivado la intervención de Turquía, que ha comenzado a desplegar soldados para defender al GNA de Trípoli.

Todo apunta a que la cumbre en Moscú convocada por el presidente ruso, Vladimir Putin, y en la que está presente una delegación del gobierno turco, tiene como objetivo presionar a un Haftar que teme perder la iniciativa militar.

Sin cara a cara

Por otra parte, un responsable del Gobierno reconocido internacionalmente ha indicado que se han negado a mantener un encuentro con Haftar en Moscú.

«Hemos rechazado reunirnos con Haftar y no nos sentaremos con él bajo ninguna circunstancia», ha declarado el jefe del Alto Consejo de Estado, Jaled al Mishri, en declaraciones a la cadena libia Al Ahrar, según DPA. «Nuestras conversaciones en Moscú las mantenemos con Turquía y Rusia», ha añadido.

Según la agencia Sputnik, que ha tenido acceso al borrador del acuerdo, los participantes en la reunión de Moscú se comprometen a «garantizar, sin condiciones previas, el cumplimiento del cese de hostilidades, que entró en vigor el 12 de enero de 2020 a las 0.00».

Además, de acuerdo con el texto, ambas partes del conflicto deben «cesar las acciones militares y esforzarse por lograr la desescalada de las hostilidades en todos los ámbitos». En este sentido, está previsto «determinar una línea de contacto que garantice un alto el fuego sostenible, respaldado por la adopción de medidas necesarias para estabilizar la situación en el terreno y normalizar la vida en Trípoli y otras ciudades».