Aritz INTXUSTA
Interview
Iñaki Rekarte
Vendedor de pan

«En los pueblos donde hay más infectados se nota más tristeza»

Las horas muertas pegadas a las redes sociales y a los informativos generan la falsa sensación de que sabemos qué ocurre más allá de la puerta de casa. Es falso. En realidad, pocas personas salen de verdad a la calle, se mueven de un sitio a otro y tienen un mínimo contacto con las demás. Iñaki Rekarte es una de ellas. Reparte pan con una furgoneta por distintos pueblos de las dos zonas básicas de salud más golpeadas por el coronavirus en Nafarroa: las de Tafalla y Artaxoa. 

Iñaki Rekarte, con su furgoneta de reparto.
Iñaki Rekarte, con su furgoneta de reparto.

¿Existe el mismo miedo a día de hoy al coronavirus que los primeros días o quizá la gente se ha acostumbrado a vivir bajo una pandemia?
La gente está mucho más tranquila ahora. Hay una gran diferencia entre los primeros días y ahora. La imagen de los pueblos vacíos, sin un solo ruido, resultaba impactante. 

¿Cambia mucho la sensación de un pueblo a otro?
Desde luego. En los pueblos donde hay más gente infectada se nota más tristeza. Había mucha diferencia entre Olite y Garinoain, por ejemplo. Olite tenía poco porcentaje de infectados, mientras que en Garinoain pegó muy fuerte. 

Las personas mayores son las más vulnerables. ¿A la hora de ir a por el pan, se nota que están tomando mayores medidas de seguridad?
Sí. Muchas personas mayores que antes salían a la furgoneta, ahora dejan la bolsita en la puerta. También ha habido casos de clientes que han fallecido. La preocupación es mucho más para las personas mayores.

Poner cara a los fallecidos es duro.
La percepción de amenaza llegó cuando la gente vio casos cercanos y fallecimientos. Al principio no había consciencia de la facilidad de contagio y la peligrosidad del virus.

Una furgoneta que va de pueblo en pueblo vendiendo pan... ¿qué medidas de seguridad se han implementado? 
El uso de mascarilla, guantes, gel hidroalcohólico. Somos especialmente cautelosos en la desinfección de manos después de manejar dinero en metálico. Cuando se acaba la jornada laboral se desinfecta la furgoneta.

¿Hasta qué punto se ven mascarillas y guantes? ¿Cuánta gente las lleva?
Guantes lleva poca gente, mascarilla alguna persona más, pero en general hay mas personas sin protección que llevando una. Pero, aunque la gente se ha relajado, sí que se mantiene la distancia social.

¿La gente sigue comprando el pan cada día o prefiere comprar para varios días?
Cuando comenzó la pandemia compraban pan para tres o cuatro días. Ahora, salen todos los días. Los primeros días nos quedábamos sin pan. Era muy difícil acertar con las cantidades  tuvimos que aumentar la cantidad de barras para todos los días. La cantidad de pedidos de harina y levadura para hacer pan en casa también nos sorprendió.

¿Podemos terminar la entrevista con algún recuerdo alegre?
Hubo un día que se me estropeó la bocina de la furgoneta en Garinoain, y es la única herramienta para avisar a la gente que llega el pan. Una vecina del pueblo me prestó una vuvuzela y así pude terminar el reparto.