Entrevistado en Radio Euskadi, Ortuzar ha apuntado que hay «una oposición cigarra. Están bien cómodos sentados en su escaño, meten todo el ruido del mundo» y «cuando creen que han pillado intentan estirar el cicle al máximo, pero esto no da más de así», en alusión a las vacunaciones en los hospitales de Basurto y Santa Marina, cuyos gerentes, Eduardo Maiz y José Luis Sabas, dejaron sus cargos por vacunarse al margen del protocolo.

«Pueden decir lo que quieran. La consejera cuenta con el apoyo del Gobierno, con el apoyo de su partido y tenemos mayoría absoluta en le Parlamento vasco», antes de sostener que Sagardui «está haciendo bien las cosas» y «es injusto lo que se hace» con ella.

Ortuzar no cree que las denuncias presentadas en los tribunales por estas vacunaciones irregulares tengan recorrido desde el ámbito de la responsabilidad del Gobierno autonómico.

Sobre la entrevista del ya exdirector de Santa Marina, José Luis Sabas, en la que aseguró que los responsables de Salud conocían su vacunación y la habían autorizado, ha admitido que se llevó «una sorpresa» y ha subrayado que aunque uno crea tener razón «tiene que actuar con más humildad y ser más reflexivo, debiéndose a un cargo público en representación de unas ideas y unas siglas. Cuando uno cruza ese rubicón de conceder entrevistas, etc, se ha situado fuera».

«‘Mozkorra borroka’»

Ortuzar ha tocado otros palos, y ha responsabilizado a la izquierda abertzale de los incidentes entre la Ertzaintza y grupos de jóvenes, en lo que ha definido como ‘mozkorra-borroka’, la «mayor degradación de cualquier lucha, que es primero beberse las botellas y luego tirárselas a la Policía».

Ha instado a EH Bildu a decir «a sus jóvenes, porque son sus jóvenes, no nos engañemos, que tienen que estar en casa a las diez de noche, que no hay que beber alcohol en la calle, que no se pueden generar estas situaciones».

«No puede ser en la calle revolucionaria y luego pisar moqueta en Madrid y ser colaborador con el Gobierno imperialista español», ha sentenciado.

El presidente del PNV ha indicado que «nada de lo que habla o negocia Bildu» en Madrid «tiene mucho que ver con los intereses globales de Euskadi. En esa doble acepción de izquierda abertzale, lo de abertzale ha pasado a un segundo o tercer plano y se está incorporando a esa unión con Podemos en Madrid, a esa fascinación por Iglesias que tienen».

En su opinión, eso lleva a que las reivindicaciones de Bildu en el Congreso «no tengan que ver con Euskadi, sino con su modelo ideológico supuestamente de izquierdas», lo que deja al PNV «el campo como antes» en el sentido de que la defensa de lo vasco «la sigue teniendo en exclusiva» su partido.