Iker Fidalgo
Crítico de arte

El protagonismo de la exposición

El espacio de representación del arte contemporáneo es la exposición. En la sala del museo, galería o centro cultural, la creación artística encuentra su hito propio a través del evento expositivo. Ese momento en el que todo toma sentido y se articula en torno a una preparación casi escenográfica. Un lugar en el que el proceso más íntimo o personal es puesto a prueba y se brinda a la mirada visitante. El contenido de las obras cambia de posición y comienza a hablar otros lenguajes. Desde la arquitectura del lugar, pasando por la iluminación o las hojas de sala, hasta el material de la pared, la posibilidad de circulación o la acústica. Son muchos los ingredientes que acabarán por entrar a definir el resultado final. Además de esto, las piezas dejan de valer por sí mismas y comienzan a dialogar con el resto de elementos con los que conviven.

Bien en una muestra colectiva o individual, existe una narrativa que se conforma por el simple hecho de permanecer colgados, dispuestos o proyectados en un lugar concreto. Tras la apertura de puertas, es el público el que asume la responsabilidad. Las obras de arte necesitan interpelar y ser interpeladas. Deben ser un lugar desde el que cuestionar y también desde el que responder. La producción artística es un proceso heterogéneo en el que las disciplinas, técnicas y referentes se mezclan constantemente y son capaces de proponer desafíos que remuevan lo establecido. La poética del arte contemporáneo reside tal vez en su capacidad de reinventar no solo los resultados si no también las maneras.

La galería Cibrian Gallery de Donostia inauguró el pasado diciembre y hasta el próximo 20 de marzo, la muestra ‘Ugly Enemies’ de la artista Esther Gatón (Valladolid, 1988). Gatón propone desde el lenguaje de la instalación, una inmersión en una experiencia creada específicamente para la sala y su disposición arquitectónica. La artista plantea una exposición que es en el fondo una revisión sobre el propio término. Desde lo conceptual nos remite a una relación de lo expositivo como un espacio para el juego y la alteración de nuestra percepción habitual. Las piezas permiten encontrar relatos que actúan como pasadizos entre ellas. Diferentes lecturas de aquello que vemos y atravesamos. En este momento, los múltiples estímulos, sonoros, matéricos o lumínicos apoyan esta intención y nos ayudan a dar un paso más, a asomarnos con una mezcla de incertidumbre y curiosidad.

La noción de ‘trampa’ aparece velada pero firme. Parecemos encontrar elementos que intentan engañar nuestra mirada e incluso alterar nuestro camino, haciéndonos subir sobre plataformas metálicas o dudar de certezas tan básicas como el material del suelo. En lo que al espacio se refiere, la disposición física de la galería se convierte en un protagonista más. No se trata solo de un lugar donde se depositan unas piezas. Se trata de un elemento más que forma parte del juego y de la experiencia. ‘Ugly Enemies’ funciona como disparadero de una experiencia sensorial y un cuestionamiento de la propia jerarquía habitual que estructura el diseño espacial y conceptual de una muestra.

Elvira Palazuelos (Madrid, 1984) inauguró en enero en la sala de exposiciones El Sario de la UPNA de Iruñea ‘Control + C / Control + V’. El proyecto podrá visitarse hasta el 10 de marzo. El collage digital es la herramienta utilizada por Palazuelos para trabajar sobre metraje cinematográfico extraído desde internet. A través del recorte y la reconstrucción de imágenes, la artista provoca una reflexión en torno a la influencia del lenguaje audiovisual en la construcción de la idea de género. Para esto se vale de las estrategias de la ‘cultura remix’ aplicadas desde una perspectiva feminista. Utilizar aquellas imágenes que tenemos tan integradas en nuestra memoria visual para provocar una interferencia capaz de zarandear nuestra manera de consumir imágenes. Las piezas se presentan enmarcadas en diferentes formatos y tamaños sobre las paredes de la sala.