Arnaitz Gorriti

Las «Opals» de Australia caen ante China y están con un pie fuera del torneo olímpico

Las derrotas ante Bélgica y China han evidenciado lo mucho que la selección femenina de Australia echa de menos a la pívot Liz Cambage, de baja de los Juegos Olímpicos alegando un cuadro de ansiedad. Las «Opals» deberán vapulear a Puerto Rico y rezar para poder pasar a cuartos como mejor tercero.

China ha sabido explotar la ausencia de Liz Cambage en las filas de la selección australiana. (Aris MESSINIS / AFP PHOTO)
China ha sabido explotar la ausencia de Liz Cambage en las filas de la selección australiana. (Aris MESSINIS / AFP PHOTO)

La selección femenina de baloncesto de Australia es, por definición, la gran alternativa a los Estados Unidos en todo torneo mundial que se precie. Bien se vio en el reciente Mundial de Tenerife de 2018, en el que las «Opals» dieron guerra a las estadounidenses pese a caer en la final. Pero en esta ocasión, las mismas «Opals» están con un pie fuera del certamen olímpico, luego de sus dos derrotas ante Bélgica –85-70 en la jornada inaugural– y ante China –76-74 este mismo viernes–, que coloca a las entrenadas por Sandy Brondello con la obligación de ganar por mucha diferencia a Puerto Rico en la última jornada, y rezar para poder ser la mejor tercera clasificada.

El duelo de las «Opals» ante China ha resultado ser una montaña rusa de parciales y remontadas incompletas, que al final, con el reloj casi a cero, ha decidido la china Yueru Li –autora de 12 tantos, 7 rebotes y 5 asistencias– desde la línea de tiros libres.

A pesar de los 21 balones que ha perdido la selección asiática, tal ha sido el desequilibrio reboteador a su favor –42 a 31–, que Australia no ha hecho valer su fortaleza ofensiva.

Y con el paso de los días se subraya algo que era de esperar, como es la ausencia de Liz Cambage. La gigantona australiana –la primera mujer en realizar un mate en la historia olímpica, allá por Londres 2012, y una de las estrellas del basket femenino mundial– adujo problemas de ansiedad –cuadro que no es la primera vez que ha presentado a lo largo de su carrera– ante la necesidad de refugiarse en burbujas en la villa olímpica. Es por eso que Cambage decidió a última hora renunciar a la cita olímpica.

Esa baja, más alguna que otra añadida, ha dejado al cuadro oceánico sin un referente claro y presa de sus propias debilidades. Aunsecia de rebote o problemas para cerrarlo, falta de regularidad y fluidez. La ala-pívot Ezi Mgbegor ha sumado 15 puntos, insuficiente ante los 20 de Siyu Wang, los números antes mencionados sobre Yueru Li y en general el buen movimiento de balón de las chinas, que han acabado con 24 asistencias.

En este grupo C del torneo olímpico baloncestístico femenino sigue mandando Bélgica, que tras superar a Australia ha garantizado su presencia en cuartos tras vapulear a Puerto Rico por 87-52. La flamante medalla de bronce en el reciente Eurobasket Femenino de Valencia ha machacado al combinado boricua con 26 puntos, 15 rebotes y 6 asistencias de Emma Meeseman, más los 33 puntos que han sumado las hermanas Mestdagh.

Los sufrimientos de los Estados Unidos

El último partido que perdió la selección femenina de los Estados Unidos data de setiembre de 2006, en las semifinales del Mundial de Brasil ante Rusia. Es decir, todo lo que no sea la medalla de oro para la delegación estadounidense, más aún que en el basket masculino, sería un terremoto de magnitudes tremendas.

Con todo, las pupilas de Dawn Michelle Staley ya sufrieron para ganar a Nigeria por 72-81 en la jornada inaugural y Japón, pese al 86-69 final, ha hecho sudar al combinado de las barras y las estrellas.

Japón ya ganó a Francia en la jornada inaugural y le ha aguantado tres cuartos a los Estados Unidos. Ha tenido que acudir al rescate su poderoso juego interior, liderado por A'ja Wilson con 20 puntos y 10 rebotes, Brit Griner con 15 y 5), y con una sobresaliente Breanna Stewart, también en dobles dígitos de 15 puntos, 13 rebotes y 6 asistencias.

Las niponas han ganado el primer cuarto por un espectacular 28-30, y ahí se han puesto las pilas las norteamericanas. Su defensa ha ahogado al combinado anfitrión y poco a poco el partido ha ido por los cauces esperados, aunque hasta el parcial final de 21-16, las asiáticas han estado amagando con dar la campanada, con con Mai Takada (15 puntos) y Saki Hayasi (12) como principales anotadoras.

Francia, por su parte, ha arreglado su desaguisado ante Japón al machacar a Nigeria por 87-62. Su problema es que cierra esta primera fase contra los Estados Unidos, por lo que lo tiene difícil para asegurar al menos una segunda plaza.

Las de Valerie Garnier han tirado de los 14 puntos y 9 rechaces de Sandrine Gruda y los 13 tantoas de Endene Miyem y Gabby Williams y Alix Duchet.

En todo caso, la pelea por acabar el mejor tercero promete ser apasionante, con Serbia y Canadá en pugna por su parte en el grupo A.

Lesiones y sustos

La competición masculina, por su parte, ha vivido una jornada para restañar heridas. Por ejemplo, la selección de Argentina deberá jugar en la última jornada frente a Japón sin  el «Pato» Garino, padece una lesión muscular del bíceps femoral en su tercio medio. Según la Confederación Argentina de Básquetbol –CAB–, la posible reaparición del exbaskonista «depende de su evolución».

No tiene ni siquiera el beneficio de la duda el australiano Aaron Baynes. El pívot de los Toronto Raptors se va a perder lo que restan de Juegos Olímpicos por una lesión en el juego. Serán por ende el ala-pívot Jock Landale y Duop Reath los encargados de cerrar la pintura de los «Boomers», que pierden a su principal puntal interior tras la retirada de Andrew Bogut.

Por otro lado, los jugadores de la selección española Marc Gasol, Usman Garuba y Alberto Abalde podrán entrenar y jugar, pero permanecerán en semiaislamiento por haber tenido contacto cercano por un positivo de covid-19.

Este contacto se produjo el 21 de julio, en el vuelo que trasladó a la selección española desde Las Vegas (Estados Unidos), donde jugó un amistoso contra el combinado estadounidense, a Tokio. El positivo con el que tuvieron contacto fue otro pasajero del avión, que no formaba parte del equipo ni de la expedición de la Federación