Siguiendo la estela de la oscarizada película de Lee Isaac Chung ‘Minari’ (2020), otro joven cineasta estadounidense de origen surcoreano presentó en Cannes, dentro de la sección Un Certain Regard, ‘Blue Bayou’ (2021), cuarto largometraje ya del también actor Justin Chon.

La principal diferencia entre ambos títulos estriba en que la Chon narra su relato en un tono mucho más melodramático, y si delante de la cámara su personificación resulta sentida, detrás de ella se muestra más exageradamente lacrimógeno, si bien los hechos que cuenta se prestan a ello, y tienen que ver con la triste realidad de muchos inmigrantes de segunda o tercera generación discriminados por su origen asiático. De poco les sirve haberse criado en los Estados Unidos, o haber formado una familia interracial, cuando se cierne sobre sus cabezas la sombra de la deportación, en la mayoría de casos a un país que ni siquiera conocen.

El problema de Antonio Leblanc (Justin Chon), que de niño fuera adoptado por una familia de Louisiana, es simplemente que tiene antecedentes penales por robo, lo que parece ser suficiente para ser deportado. Ha de pluriemplearse para poder pagarse el abogado, fuera ya de la delincuencia y con una vida establecida junto a la nativa Kathy (Alicia Vikander) y su hijita Jessie (Sydney Kowalske).

Y por si eso fuera poco, la pareja va a tener descendencia, ya que ella está embarazada. Pero en su camino se cruza el agente Denny (Emory Cohen), un policía racista con ansias de venganza porque estuvo emparejado con Kathy, y que provocará una pelea con Antonio para acelerar los trámites de la deportación.

Sin embargo, más allá de lo personal, la xenofobia aparece de forma generalizada, ya que el protagonista en una entrevista de trabajo es preguntado por su procedencia, como si no fuera un ciudadano de los Estados Unidos de pleno derecho.