Sergio Iglesias
Bilbo
Interview
Juanjo Navas
Cantaor

«Lo bonito de esto es ir abriendo puertas y relacionarte con músicos de otros géneros»

El cantaor de Otxarkoaga Juanjo Navas acaba de reeditar con Gaztelupeko Hotsak su disco ‘Digo vivir’, un trabajo en el que adapta al flamenco los poemas del poeta bilbaino Blas de Otero. Para esta reedición se han añadido dos temas más.

Juanjo Navas. (Monika DEL VALLE / FOKU)
Juanjo Navas. (Monika DEL VALLE / FOKU)

¿Por qué decide hacer esta reedición de ‘Digo vivir’ con Gaztelupeko Hotsak?

Cuando hice este libro-disco con la fundación Blas de Otero, me di cuenta de que, al igual que pasaba con mi primer trabajo, en las tiendas siempre estaba en la sección de literatura, y yo lo que quería es que cualquiera lo pudiera encontrar en la sección de discos de flamenco. Así que, un día que fui a Soraluze a tocar, les conté esto a Xarra y Ubane, que me dijeron que estaban por la labor de editarlo. Para ello, tenía que incluir algo nuevo y metimos el tema con Sonic Trash, que se había quedado pendiente, porque tenía muchas ganas de trabajar con ellos desde que hicimos los conciertos de ‘Omega’ y porque, además, somos amigos de toda la vida. Aparte, también hemos incluido un tema en euskera, ‘Lagun kantua’, escrito por Koldo Izagirre.

Cuéntenos cómo se empieza a gestar el proyecto original.

Yo estaba trabajando con Beñat (Arginzoniz), con quien hice el disco anterior. Pero un día,  hablando con José Fernández de la Sota, director de la Fundación Blas de Otero, y nos planteó la idea para la semana de la poesía; nos dijo que ellos se encargaban de todo y a mí me parecía muy buena idea que un cantaor flamenco bilbaíno versionara los poemas de un gran poeta bilbaíno. Yo enseguida dije que sí al proyecto porque siempre me tiro al barro [risas], pero la verdad es que ha sido un disco muy complicado…

¿… Quizá porque son textos que todas tenemos muy interiorizados desde hace tanto tiempo?

Sí, eso es. Cuando empecé a leer los textos, me di cuenta de que había muchos poemas que iba a ser complicado adaptarlos al flamenco. Yo quería mantener absolutamente el mensaje de Blas de Otero porque, si no, sería como faltar a su verdad y los que finalmente han salido, son los que más me transmitían. Sí que ha habido que modificar cosas, intentando tocar lo menos posible de la letra porque son textos casi «sagrados»… en los fandangos, por ejemplo, sí que hemos tenido que adaptar unas cosillas y, para ello, le tuve que pedir ayuda a Beñat, porque yo ya no sabía cómo hacerlo, pero creo que esa es la única licencia que nos hemos permitido.

¿Había leído la obra de Blas de Otero antes de empezar a hacer este disco?

Pues poco, la verdad. Conocía algún poema suyo, que estudiamos en su momento en el instituto. Pero ahora he aprendido mucho sobre su vida y su obra. Me sorprendió mucho su evolución vital y artística a lo largo de los años, también por la época que le tocó vivir, ya que fue un tipo que se hizo a sí mismo.  

¿Sabe si tenía Blas de Otero alguna relación con el flamenco?

En la discografía personal de la Fundación Blas de Otero hay discos de Manuel Gerena, José Meneses, Enrique Morente… Aparte, para preparar este disco, también hablé mucho con Iñaki Peña, conductor del famoso programa ‘Trébede’, que es sobrino de la viuda de Blas de Otero; me explicó que el poeta bilbaíno había sido muy amigo de José Menese y tenía una gran afición por el flamenco, porque lo veía como un arte del pueblo muy reivindicativo, y ahí había una conexión inevitable porque él también era un poeta del pueblo.

El disco se ha grabado en los estudios TAOM de Otxarkoaga con Jagoba Ormaetxea. ¿Qué influencia ha tenido la producción en el resultado final del trabajo?

Yo conozco a Jagoba a través de Enrique (El Vaca) e incluso el anterior disco lo íbamos a grabar con él, pero al final no se pudo hacer, así que esta vez tenía claro que lo iba a hacer en TAOM  porque nos habíamos quedado con las ganas. Es muy fácil trabajar con él, tiene muchísima paciencia y te da una confianza absoluta porque es una persona muy currante y que tiene mucha experiencia. Ha ido aportando su punto de vista como músico y como profesional y, aunque nunca había hecho nada flamenco, se ha machacado a estudiar, preguntando todo porque quería aprender y hacerlo bien. También me gustaría destacar el trabajo que ha hecho Iñigo Escauriaza en los dos temas nuevos que hemos grabado en sus estudios El Submarino.

Son muchos y muchas, pero háblenos de los músicos y músicas que han participado en el disco.

Estoy muy contento por haber podido contar con tanta gente buena, desde Curro Bermejo,  guitarrista granadino afincado en Vitoria, con el que tengo mucho feeling, un tío que es músico profesional y ha ayudado mucho a Jagoba, con quien se ha entendido muy bien; con Kike Mora también tenía ganas de volver a trabajar después de haberlo hecho en el proyecto ‘Omega’ con Sonic Trash, Darío Campos es el percusionista con quien trabajo siempre que puedo, Marco Borge, guitarrista que ya participó en el anterior trabajo y Jagoba, que se sumó como músico a la guitarra acústica y los teclados. Las palmas y jaleos los hacen Julen Biain y la bailaora Lidia de Lorenzo, quien también participa con su sonido de pies en las alegrías y hace coros junto a Olaya Alcaraz e Isabel Hernández y Lidia. En esta última canción que hemos añadido, ‘Lagun Kantua’, también está Mónica Núñez y, obviamente, Sonic Trash haciendo ‘A la inmensa mayoría’.

Supongo que será complicado organizar el trabajo de tanta gente, ¿no?

Pues sí, pero todo aporta y te enriquece, y ver trabajar a profesionales como estos es una maravilla, porque llevan muchos años en la música y cada día aprendo algo nuevo con ellos.

El primer adelanto del disco que conocimos fue «Digo vivir», que presentaron con un videoclip que se puede ver en YouTube. ¿Tenían claro que era el tema idóneo como tarjeta de presentación?

Sí, el video lo hicimos con Aitor González Iturbe, de Goriko Studio, con quien ya había trabajado antes en otros proyectos, ya que incluyó un tema mío en un corto suyo. En cuanto al single de presentación, tenía claro que tenía que ser una canción como esta porque, aunque se puede decir que yo estoy en el grupo de los flamencos «ortodoxos», creo que era necesario que la gente se asomara a este trabajo a través de algo más asequible para todo el mundo. Este tema era más «tangos» puro, pero los arreglos de Jagoba le han dado otro toque y más frescura.


En el disco, lo que hemos querido es meter cosas más «ligeritas», en algunas canciones, pero luego tenemos soleás, granaínas, fandangos… temas muy flamencos, porque eso es lo que somos. Al final, si siempre haces lo mismo, acabas aburriéndote, y haciendo cosas nuevas evolucionas. Lo bonito siempre es ir abriendo puertas y relacionarte con músicos de otros géneros y de ahí puede que, en un futuro, surjan cosas interesantes.

Ya ha podido actuar en festivales imprescindibles del género como Flamenco on fire de Iruña, los Viernes flamencos del Teatro Barakaldo, y en locales de tanto prestigio como Casa Patas, en Madrid. ¿Siente que, después de tantos años de duro trabajo, por fin está donde se merece?

Hombre… eso es muy difícil que lo diga uno mismo [risas]. Ahora también vamos a ir al festival ‘Cosmopoetica’ en Córdoba, y lo mejor de todo esto que me está pasando es que la gente está respondiendo, y le gusta lo que hago. Además, siento que es algo mío, estoy cantando así porque yo quiero hacerlo así y, dentro de ese aire flamenco, me puedo tomar una serie de libertades.
En este sentido, siempre recuerdo una conversación que tuve hace unos años con Ángel, el que fuera director del teatro Barakaldo, que me dijo que yo tenía que estar muy orgulloso, porque estaba dando visibilidad al flamenco aquí, pero que lo más importante de todo es que cuando pasen los años y vuelva la vista atrás, yo sepa cómo quiero ser recordado.

¿Y cómo quiere que se recuerde a Juanjo Navas?

Como alguien que ha dejado aquí una pequeña semilla de flamenco para que los que vengan detrás digan «este tipo se lo tomo en serio, luchó por ello y, gracias a él, tenemos todo esto».