El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha reiterado este martes a su homólogo ruso, Vladimir Putin, las amenazas de «fuertes medidas económicas y de otro tipo» si ataca Ucrania, como asegura Washington que prepara.

En una videollamada en la que ambos líderes han abordado sobre todo la situación en Ucrania, en el marco de las crecientes tensiones, Biden ha trasladado a su homólogo ruso «la profunda preocupación» que genera en Estados Unidos y sus países aliados el creciente despliegue de fuerzas militares rusas en su frontera con Ucrania del que EEUU, la UE y Kiev acusan a Moscú.

Entre las amenazas, la Casa Blanca ha esgrimido que puede usar el gasoducto Nord Stream 2, a través del cual Rusia quiere suministrar gas natural a Europa, como «palanca» para disuadir a Moscú de atacar a Ucrania, lo que podría perjudicar a varios países europeos, sobre todo Alemania, en plena crisis energética.

El asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, ha advertido de que «si Vladimir Putin quiere que el futuro Nord Stream 2 transporte combustible. gas, no puede tomar el riesgo de invadir Ucrania».

Asimismo, Biden ha insistido en el apoyo de Washington a la «soberanía» y la «integridad territorial» de Ucrania.

Putin exige frenar la expansión de la OTAN

El Kremlin niega cualquier plan de invasión y acusa a Washington de estar agitando las tensiones bélicas con el aumento de la actividad de los países de la OTAN en el Mar Negro, el deseo de Ucrania de unirse a la alianza atlántica y la ambición de Kiev de armarse con Occidente.

Putin, por su parte, ha pedido a Biden garantías de que la OTAN no se expandirá hacia el este, además de hacer tabla rasa de todas las medidas coercitivas hacia las respectivas misiones diplomáticas como primer paso para normalizar las relaciones.

La Casa Blanca no ha tardado en asegurar que no ha hecho «concesiones» en particular sobre la adhesión de Ucrania a la OTAN, con lo que mantiene esta amenaza vigente.

De hecho Putin ha insistido en que es la OTAN y los «peligrosos intentos de colonizar territorio ucraniano e incrementar su potencial militar en nuestras fronteras», la responsable de las tensiones en torno a Ucrania.

También ha denunciado «el despliegue de sistemas de armamento ofensivo en países vecinos de Rusia»

Asimismo, el presidente ruso ha acusado a Kiev de haber adoptado una «línea destructiva» dirigida al desmantelamiento total de los Acuerdos de paz de Minsk, que estima la clave para la solución del conflicto ucraniano. Además, ha expresado su «seria preocupación por las acciones provocadoras de Kiev contra el Donbas».

Aliados

Junto a las amenazas, Biden ha pedido «desescalar» las tensiones y volver a la senda de la diplomacia, según un comunicado difundido por la Casa Blanca. En este sentido, ambos mandatarios han acordado a sus equipos hacer un seguimiento de la situación, algo que EEUU hará «en estrecha coordinación» con sus aliados y socios.

De hecho, tras los últimos desencuentros con sus aliados por la caótica retirada de Afganistán y el desplante de las últimas alianzas militares en el Indo-Pacífico, Biden se cuidó de hablar el lunes con varios líderes europeos antes de la conversación con Putin, y de telefonearles hoy después para darles cuenta de su contenido.

La conversación entre Biden y Putin es la continuación del cara a cara que ambos mantuvieron en Ginebra el 16 de junio. Ucrania ha monopolizado la conversación debido al aumento de tensiones con Rusia. Washington ya ha advertido de que si Moscú no muestra interés en invertir en una salida diplomática al conflicto con Ucrania, está dispuesto a «aplicar medidas que no se han aplicado en el pasado».

Más presencia militar estadounidense

La Casa Blanca asegura que aumentará la presencia militar estadounidense en el Este europeo y brindará más apoyo al Ejército ucraniano si cree que Moscú hace mayores movimientos.

«Somos muy conscientes de que la parte estadounidense tiene una adicción a las sanciones», ha ironizado el portavoz del Kremlin antes de la reunión por videoconferencia.

Biden ha querido dar al encuentro un claro tono de confrontación al decidir participar desde en la Sala de Situación de la Casa Blanca, la sala ultrasegura, desde la que el Ejecutivo estadounidense dirige intervenciones militares sensibles. No hubo acceso de la prensa ni intercambio de saludos y cortesías ate los fotógrafos al contrario de la reciente cumbre virtual con su homólogo chino, Xi Jinping, que se llevó a cabo en una sala de la Casa Blanca.