Arnaitz Gorriti
Kirol-erredaktorea, saskibaloian espezializatua / redactor deportivo, especialista de Baloncesto

Ni Lenovo Tenerife ni UCAM Murcia han evitado otra final futbolera de la Copa ACB

El Real Madrid le ha ganado los cuatro cuartos a un Lenovo Tenerife ahogado ante la presencia física merengue, mientras que el conjunto pimentonero ha aguantado el envite al Barcelona hasta mediado el último cuarto, cuando la lesión de McFadden y los puntos de Kuric han decidido el duelo.

Kyle Kuric ha terminado de romper la resistencia murciana.
Kyle Kuric ha terminado de romper la resistencia murciana. (Mariano POZO / ACB PHOTO)

Siempre se espera un verano mejor y propicio / para hacer lo que nunca se hizo…

Manuel Vázquez-Montalbán

Por el decoro del lenguaje, con decir que está uno hasta los hígados de este duopolio entre el Real Madrid y el Barça, basta y sobra. Lenovo Tenerife, ese buen equipo que cuenta con el dúo Huertas-Shermadini como quien se deleita de una versión moderna de los Stockton y Malone con menos fuerza pero más gracia, entrenado por ese «malo de película» como es Txus Vidorreta, a quien uno se imagina preparando trampas y ardides previo a un partido importante al tiempo que acaricia la cabeza de un gato de angora... ha sido incapaz no ha de ganar al Real Madrid en la primera semifinal de la Copa de Granada 2022 en el que su equipo ha caído con estrépito por 94-74.

¿Qué decir de UCAM Murcia? Después de superar un brote masivo de covid-19, los jugadores eran incapaces de permanecer ¡sentados! en los compases finales de su pelea ante Valencia Basket. Y con esos mimbres y con poco más de 24 horas de descanso, un entrenamiento de tiro y la nula influencia del factor sorpresa, se han tenido que enfrentar a un Barça que, después de desperezarse en el primer cuarto frente a Manresa, mandaron a los Pedro Martínez compuestos y con una somanta de 37 puntos de diferencia. Pero a diferencia de los del Bages, estos no se han disuelto, sino que han dado una lección de resistencia por encima de la lógica, defendiendo al límite de la falta –nadie echará de menos a Sadiel Rojas cuando deje la Liga ACB– y con sus exteriores retando caso hasta al destino... hasta que la lesión de McFadden y la combustión anotadora de Kyle Kuric ha disparado al Barça en el cuarto final, llegándose a un digno 103-90. Hasta ahí ha llegado la resistencia.

Porque, por lo demás, ¡estamos apañados! Los cabezas de serie como podían ser Joventut y Valencia Basket, eliminados a las primeras de cambio, luego de culminar unas remontadas tan agónicas como patéticas al verlos caer fruto de sus propios errores, en buena medida debido a la inexperiencia y en buena medida porque llevar el disfraz de outsider cuando no lo eres canta mucho a la hora de la verdad. Eso se vio con Valencia Basket ante UCAM Murcia, que no reaccionaron hasta verse con el agua al cuello, pero luego, cuando sí se pusieron por delante, no fueron capaces de imponer su jerarquía. Y claro, pasa lo que pasa: el equipo futbolero llega a semifinales y se enfrenta contra un rival que ha quemado sus naves en cuartos de final y en que en el enfrentamiento directo no le queda ni para pipas.

Y no, este chorreo inicial no tiene que ver con reivindicar a un Saski Baskonia que tantas alegrías nos ha dado cuando ha ejercido de matagigantes, y tantos disgustos cuando ha sido el gigante derrotado. Para reivindicarse, hay que estar ahí y Saski Baskonia, o Unicaja, otro equipo con ínfulas y, otrora, billetera para hacer de outsider, no están en Granada. Y no lo están porque no se lo han ganado en la pista, como tampoco es que la Penya o Valencia Basket se han ganado en la pista estar en semifinales, ni tampoco UCAM Murcia ni Lenovo Tenerife se han ganado en la pista disputar la finalísima copera de este domingo a las 18.30, que volverá a enfrentar al Real Madrid y al Barça, por enésima vez. Pues oigan, ¡hasta los hígados ya, de tener al Real madrid y al Barça hasta en la sopa! Pero si no terminan de salir quienes tumben a estos gigantes, con ellos nos tendremos que quedar.

BARÇA LASSA 103 - UCAM MURCIA 90

Cuando el primer cuarto de este segundo partido ha terminado con 32-16, la única medida profiláctica del espectador neutral ha sido la de tirarse de los pelos. Los de Sito Alonso, agotados por su esfuerzo en cuartos de final, han tenido las piernas mucho más pesadas y ante semejante aluvión, se le da la mano al rival y hasta otra.

Pero hete acá que Sito Alonso ha imbuido a sus guerrilleros de un espíritu indomable algo indigesto, pero al mismo tiempo admirable porque a la escuadra pimentonera hay que sacarla de la pista a rastras, porque se agarran de la forma más garrapatera posible.

Eso ha sido el segundo asalto. Por mucho que Laprovittola se haya ido hasta los 16 puntos al descanso y que Mirotic haya campado a sus anchas en la zona, el segundo asalto ha terminado con un parcial de 23-33, dejando el partido vivo en tiempo de descanso: 55-49.

McFadden, Isiah Taylor, Cate y Webb se han agarrado a ese credo de su entrenador, cuando declaraba en la víspera, en plena efervescencia eufórica que «vamos a buscar la energía para ganar también las semifinales», un discurso que sonaba más al Noriega panameño en vísperas de su rendición ante la invasión de los Marines que a Salvador Allende anunciando poco antes de su deceso que se abrirán las grandes alamedas. En afrontar una misión imposible resta presión. Total, quemar las energías un sábado noche nunca es mal plan si tienes el domingo para tirarte a la bartola.

Sin tanta disquisición filosófica pero el marcador abierto, la segunda semifinal ha regalado un poco de baloncesto a los asistentes en Granada, un poco de baloncesto en el que no solo brilla un equipo, sino que lo hacen los dos, y a veces parece que hasta hay una competición de verdad.

A golpe de triple han empatado a 55 Isiah Taylor y McFadden, y durante medio cuarto han jugado al gato y al ratón sin que el Barça se haya podido escapar ni UCAM Murcia adelantar... hasta que Tomás Bellas, erigido en el espíritu poético de Chichi Creus –o algo así–, ha anotado el 65-66 poniendo el partido, el pabellón y hasta la grada del revés. ¡Esto no estaba en el guión! Pero si no se tenían de pie ni sentados los murcianos al final del partido del viernes!

el mismo Barça que levantaba un -12 frente a Manresa con la facilidad de un alquimista versado, veía que le temblaban las rodillas y entre la canasta de Czerapowicz –que así se llama– y el matazo de Augusto Lima, los de sito alonso no solo se han adelantado, sino que han empezado a teñir de taronja a su adversario, incapaz de hacer hincar la rodilla por agotamiento físico, porque la fortaleza mental de los pimentoneros está siendo a prueba de covid-19, a prueba de remontadas, a prueba de parciales y a prueba de bomba.

Pero el Barça ha reaccionado de la mano de Mirotic –«¡es una rata!», según la entendida afición del Real Madrid, cuyo concepto de fichar solo atañe a sus movimientos, no los ajenos– y Sanli, por lo que al arranque del último cuarto el Barça ha vuelto a estirar su condición de líder, aunque solo haya sido con un 76-71.

Pero este espíritu garrapatero de los murcianos no tiene fin y ha regresado el empate, en este caso a 78. Y justo en ese momento se ha tenido que enfrentar a un último salto de fe: un parcial de 7-0 liderado por Jokubaitis y Kyle Kuric, minando una vez más la resistencia murciana, agravada tras la torcedura de tobillo de Thad McFadden y el nuevo triple de un Kyle Kuric providencial para romper el partido: 92-80 y ahora sí, fin de la partida, y más cuando Calathes ha cerrado un parcial de 18-2 con un triple.

Ya con 96-80, UCAM Murcia ha bajado los brazos. ¿Qué más podía hacer? Tristemente, los equipos llamados a ser alternativa no lo han sido y ha tenido que ser un conjunto de guerrillerros el que ha elevado la temperatura, amén del «duelo de gallos» postreros con los amantes de Manolo Escobar para dar la réplica a los que gritaban por la independencia de Catalunya. Con estos bueyes hay que arar, damas y caballeros, por este valle de lágrimas que es el basket bipolar.

REAL MADRID 94 - LENOVO TENERIFE 74

Poco se puede decir de una semifinal que no ha existido. Que Edy Tavares haya sido el máximo anotador del choque con 15 puntos es lo de menos, comparado con un Real Madrid que ha pasado por encima de los de Txus Vidorreta, que si derrotaron al Joventut pidiendo la hora tras un inicio fulgurante, en este caso no han ejercido sino de comparsas de Real Madrid.

Una lástima, ya que hace un año, en la misma semifinal, los aurinegros tuvieron en jaque a los de Pablo Laso casi hasta el final del partido. En este caso, Lenovo Tenerife, equipo que ha echado mucho de menos la frescura de Bruno Fitipaldo, ausente por lesión en la Copa, no ha sido rival para un Real Madrid que no ha vivido los apuros que sí tuvo que pasar ante el Breogán.

Los de Pablo Laso han ganado los cuatro cuartos y su ventaja ha sido de 20 puntos al final pero si hubieran necesitado dar un golpe más contundente sobre la mesa, no hubieran tenido inconveniente en darlo. A golpe de triple –ese gran debe que tuvo la Penya en el choque de cuartos de final–, el Real Madrid ha tomado ventaja desde buen inicio, al tiempo que Jeff Taylor, rescatado ex profeso por Laso para este duelo, ha secado a un Marcelinho Huertas que no ha sabido sacar ventaja ante el alero sueco, mucho más atlético que el veterano base paulista.

Si ir al descanso con 50-38 ya ha sido duro para los de Vidorreta, inaugurar el tercer asalto con triples de Abalde y el propio Taylor ha sido casi el remate definitivo, dejando la segunda mitad en una suerte de intercambio inofensivo de canastas, ante lo cual no cabe sino aplaudir o decir, por enésima vez y con una desesperación creciente por la impotencia de que no surgen las alternativas deseadas, que estamos de la final futbolera hasta los hígados.