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Francis Kéré, primer Pritzker africano, premiado por su arquitectura social

Arquitecto, educador y activista, el burkinés Francis Kéré se ha convertido en el primer Premio Pritzker africano, un galardón conseguido no solo por su espectacular trabajo arquitectónico, «fuente de continua y duradera felicidad y alegría», sino también por su compromiso social.

Francis Kéré, en su estudio de Berlín.
Francis Kéré, en su estudio de Berlín. (Odd ANDERSEN | AFP)

El burkinés Francis Kéré se ha convertido en el primer arquitecto africano en ganar el Premio Pritzker –considerado el Nobel de la Arquitectura–, gracias a su trabajo «que empodera y transforma las comunidades a través del proceso de la arquitectura», en la que usa de manera inteligente los materiales locales para conectar sus obras con la naturaleza. La madera y el ladrillo son los protagonistas de sus edificios.

«En un mundo en crisis, en medio de cambios de valores y generaciones, nos recuerda lo que ha sido, y sin duda seguirá siendo, una piedra angular de la práctica arquitectónica: un sentido de comunidad y calidad narrativa que él mismo es capaz de contar con compasión y orgullo», señala el fallo del jurado.

Sus construcciones son «una fuente de continua y duradera felicidad y alegría» y es pionero de una arquitectura sostenible en zonas de extrema escasez, lo que le ha valido el Premio Pritzker, dominado en sus 43 ediciones por arquitectos japoneses, europeos y estadounidenses.

«Es a la vez arquitecto y servidor, mejora las vidas y experiencias de incontables ciudadanos en regiones del mundo a veces olvidadas», ha declarado el presidente de la Fundación Hyatt, Tom Pritzker, al anunciar en Chicago un premio que en las últimas ediciones ha abandonado a los arquitectos de edificios deslumbrantes para centrarse en logros más sociales.

El Liceo Schorge, en Koudougou, Burkina Faso. (Francis KÉRÉ)

Nacido en 1965 en Gando, Burkina Faso, el jurado del premio ha definido al Kéré como «un faro» de la profesión. «Nos ha mostrado cómo la arquitectura de hoy puede reflejar y satisfacer las necesidades, incluidas las necesidades estéticas, de los pueblos de todo el mundo».

Sus diseños muestran «belleza, modestia, audacia e invención» y su arquitectura y su trabajo son íntegros. «Sabe, desde dentro, que la arquitectura no es sobre el objetivo, ni el producto, sino sobre el proceso», indica el jurado, presidido por el chileno Alejandro Aravena, Pritzker 2016.

Kéré fue el primer niño de su comunidad en ir al colegio y, como no había escuela en su pueblo, a los 7 años se trasladó a Tenkodogo, donde asistía a clases en un aula construida con bloques de cemento, sin ventilación ni luz, y en la que había hasta cien alumnos. Eso le hizo prometerse construir mejores escuelas algún día y de ahí partió su vocación por la arquitectura.

«Crecí en una comunidad donde no había guarderías, pero donde la comunidad era tu familia (...) Recuerdo la habitación donde mi abuela se sentaba y contaba historias con apenas luz mientras nos acurrucábamos unos con otros y su voz nos envolvía y nos hacía ponernos más juntos y formar así un lugar seguro. Ese fue mi primer sentido de la arquitectura», explica el premiado en el comunicado de la Fundación Hyatt.

La escuela de su localidad natal

La escuela primaria de Gando, su localidad natal. (Erik Jan OWERKERK)

En su localidad natal construyó la Escuela Primaria de Gando (2001), un ejemplo de una arquitectura con la que trata de limar las desigualdades sociales. Un sencillo edificio en ladrillo con un techo elevado y ventanas con persianas de colores en las dos fachadas principales, elementos básicos para mejorar la ventilación.

La escuela, un proyecto de la Fundación Kéré, aumentó el número de alumnos de 120 a 700. Y el éxito de este proyecto, que minimiza la necesidad de aparatos de aire acondicionado, se extendió a construcciones en otros países de África.

Trabaja sobre todo en países marginados llenos de limitaciones, «donde la arquitectura y la infraestructura están ausentes», y ha construido desde escuelas a edificios cívicos o instalaciones de salud en toda África: República de Benin, Burkina Faso, Malí, Togo, Kenia, Mozambique y Sudán. También hay ejemplos de su trabajo en Alemania, Estados Unidos, Italia, Suiza y Dinamarca.

Uno de los centros de salud construidos por Kéré. (Francis KÉRÉ)

«Él sabe que la arquitectura no es el objeto sino el objetivo; no el producto, sino el proceso», ha señalado el jurado.

La Asamblea Nacional de Benin es uno de los dos parlamentos diseñados por Kéré, junto al diseño del edificio del parlamento para su país de origen, Burkina Faso.

Asamblea Nacional de Burkina Faso. (Francis KÉRÉ)

Junto a numerosos edificios permanentes, Kéré ha creado muchos pabellones, incluido el Pabellón de la Serpentine Gallery de 2017 en Londres. 

Kéré recibirá el Pritzer, dotado con 100.000 dólares (unos 91.000 euros al cambio actual) y un medallón de bronce, en una ceremonia que se celebrará en el Marshall Building de la London School of Economics and Political Science en una fecha por determinar.