Arnaitz Gorriti

La pívot gasteiztarra Laura Pardo se retira tras consagrar su carrera a Kutxabank Araski

Cerca de cumplir 33 años, la capitana de la plantilla araskizale se despedía el miércoles de Mendizorrotza y disputará su último partido en el baloncesto de élite el domingo frente a Valencia Basket. Formada en el Irlandesas, ha formado parte de cada paso de Araski en la máxima categoría.

Laura Pardo, en uno de los numerosos derbis que ha disputado a lo largo de su carrera.
Laura Pardo, en uno de los numerosos derbis que ha disputado a lo largo de su carrera. (Endika PORTILLO / FOKU)

Si el fútbol celebra y saluda a quienes desarrollan su carrera profesional en un solo club, definiendo a estas personas como «One Club Men/Women», Kutxabank Araski tiene su propia «One Club Woman» en Laura Pardo. La gasteiztarra, que el próximo mes de julio cumplirá 33 años, ha estado ligada a Kutxabank Araski desde la campaña 2013/14, depués de haberse formado en las filas de Irlandesas, una carrera de jugadora de 20 años, de los cuales la última década ha supuesto un camino hacia la élite trazado paso a paso con el club de su ciudad.

«Laupa», como es cariñosamente conocida, ha anunciado su retirada cuando se termine la campaña 2021/22, y ya que Kutxabank Araski ha perdido toda opción de disputar los play-offs de la Liga Femenina Endesa después de caer este miércoles frente al Ensino de Lugo, esta retirada tendrá lugar este domingo, cuando la escuadra que dirige Madelen Urieta cierre la Fase Regular en la pista de Valencia Basket.

Así las cosas, la derrota araskizale del miércoles, que cayó por un incontestable 59-90 en su último partido como local de la temporada 2021/22, tuvo un aire triste de fin de fiesta. Laura Pardo se despedía de su afición y casi también de sus compañeras.

La andadura de Kutxabank Araski en la élite no se puede entender sin el concurso de Laura Pardo. La pívot capitana nunca fue un prodigio físico, falta de fuerza y de altura para fajarse debajo de los aros con sus 1,87 metros de estatura, y falta de velocidad suficiente como para orientar su juego hacia el exterior. Sin embargo, su privilegiada mente le ha servido para estar en la élite del basket femenino por espacio de una década. Su conocimiento del juego en forma de colocación, anticipación y juego sin balón, unido a una buena técnica en el poste bajo y un tiro a distancia más que aceptable le ha servido para disponer de minutos hasta el último día, siempre en un rol secundario, dando descanso a las referentes de su equipo, las mozambiqueñas Leia Dongue y Tamara Seda en las dos últimas campañas.

Sus números nunca han destacado. Sin ir más lejos, a nadie puede impresionar promediar 1,5 puntos y 1,1 rebotes en 9 minutos, que son sus promedios estadísticos a lo largo de la campaña. Su presencia hay que valorarla en otros parámetros, como puede ser el de servir de ejemplo a las chicas de Gasteiz y de toda Araba en el camino hacia la élite, amén de lo bien que ha aprovechado sus limitadas facultades para el juego para no desentonar, y en cierta medida ejercer también de «madrina» de jóvenes talentos que han pasado por Kutxabank Araski, como Umi Diallo, Irati Etxarri o Raquel Carrera.

Mendizorrotza despidió con un fuerte aplauso a su capitana una vez finalizado el partido. Ahora, ella se despedirá del basket al máximo nivel en La Fonteta.