«Quise que el paisaje fuera antagonista, un personaje poco característico», ha explicado  Marian Mathias en la rueda de prensa posterior al pase. «Era casi hipnótico, para nosotros era imposibe obviarlo», ha agregado.

Se trata de una película en la que priman la composición visual, una estética muy cuidada, y una narrativa críptica. Reflejo de ello, un guion que contaba solamente con 70 páginas. En la obra destaca la impresionante fotografía de firma Jomo Fray.

Hannah –la llaman por el apodo holandés de Haas (corredora)– vive sola en una casa aislada en la mitad del campo. Su padre es alcohólico y sufre un trastorno mental, por lo que se enfrenta a una cotidianidad asfixiante. Un día a día marcado por la precariedad.

Tras el fallecimiento de su padre cumple el deseo de este de ser enterrado en Illinois, donde conoce a Will, quien resulta ser una bocanada de aire fresco en la vida de la joven.

A su regreso, la situación de Haas está al límite: sin un techo donde vivir –el banco se ha adueñado de la casa debido a las deudas que contrajo su padre– y sin nadie a quien acudir.
Encuentra un solo camino: huir.

Ritmo pausado

El ritmo pausado, a través de planos largos, refleja el devenir de los días en la vida de Haas.
La joven Hannah Schiller encarna a la protagonista en un trabajo actoral que destaca en el filme. «Buscamos durante mucho tiempo. Hicimos muchos castings y al verla sentí que era ella. Es capaz de hacer algo diferente en cada ocasión; me sorprende», ha reconocido. 

El reparto se compone además con los actores Darren Houle, Gene Jones y Jonathan Eisley.

Mathias, quien además de dirigir la obra ha escrito el guion y se ha encargado también de la edición. Cabe señalar que el proyecto se gestó en Cinefondation del Festival de Cannes, a quien la directora se muestra muy agradecida por la oportunidad brindada. Mathias cuenta en su haber con varios cortometrajes que han sido bien recibidos. 

Ha confesado sentir cierto vértigo a la hora de enfrentarse a su primer largometraje, por lo que prefirió plantear cada escena como una carta escrita a alguien. «Planteé cada escena como una frase y luego fue creciendo con la interpretación de Hannah», ha señalado.

En ‘Runner’ ha contado con la participación de Joy Jorgensen en el área de producción, una colaboración que se remonta a hace una década. Ambas se han congratulado del hecho de poder trabajar juntas. La mayor parte del equipo de rodaje se conoció en la Universidad.

Mathias ha reconocido influencias de disciplinas artísticas como la pintura, la fotografía. Ha contado cómo encontró la casa familiar. «Fuimos conduciendo junto al río Mississippi y de repente vimos la casa. Yo solía visitar muchos museos y tengo conocimientos de pintura y fotografía. Me alejé de la casas, bajé por la colina y me pareció que se parecía a un cuadro. Decidimos colocar la cámara allí», ha relatado.

En la película destaca también el tratamiento del sonido, que juega un relevante papel en la narración. «La poesía de Marian está en los detalles», ha precisado a este respecto Jorgensen.