Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión

Se apagó la luz mágica del director de fotografía Owen Roizman

La linterna mágica de Owen Roizman aportó luminosidad y penumbra a películas como ‘El Exorcista’, ‘Network, un mundo implacable’ y ‘The French Connection’, entre otras muchas. Este prestigioso director de fotografía falleció en Los Ángeles este 7 de enero.

Owen Roizman, durante el rodaje de 'El exorcista'.
Owen Roizman, durante el rodaje de 'El exorcista'. (WARNER BROS.)

Considerado como un referente para los nuevos directores de fotografía, Owen Roizman falleció el pasado de enero en Los Ángeles a la edad de 86 años. Nominado en cinco ocasiones a los Óscar en 2017, recibió el Óscar honorífico por su contribución al cine.

En su obra destacan las penumbras y luminosidades que aportó a propuestas tan diferentes como ‘El Exorcista’ y ‘Tootsie’. Roizman fue conocido por sus colaboraciones con directores como Sydney Pollack y William Friedkin, entre ellos figuran obras como ‘Network, un mundo implacable’ (1976), la comedia de Pollack protagonizada por Dustin Hoffman ‘Tootsie’ (1982), ‘La familia Addams’ (1991) de Barry Sonnenfeld, y la película ‘Liza with a Z’ de Bob Fosse, en la que se grabó un concierto de Liza Minnelli que fue emitido vía televisión y fue merecedor de una nominación al Emmy.

A estos títulos se sumaron el western épico de Lawrence Kasdan ‘Wyatt Earp’ (1994) y las dos mejores películas de Friedkin, el thriller ‘The French Connection’ (1971) y el referente del terror ‘El Exorcista’ (1973).

La luz descarnada de Nueva York

Su trabajo en ‘The French Connection’ le valió su primera nominación a la estatuilla dorada. En dicho thriller protagonizado por Gene Hackman, dejó su sello característico, un estilo visual lindante al documental y descarnado.

Según dijo sobre ello el propio Roziman, «inmediatamente después de ‘The French Connection’ me etiquetaron como fotógrafo callejero de Nueva York, lo que me pareció muy gracioso porque nunca había rodado nada como ‘The French Connection’ antes de eso».

«Me hizo mucha gracia. Mi objetivo principal siempre fue simplemente servir a la historia y contarla visualmente de la mejor manera que sabía», añadió.

Nacido en el barrio neoyorquino de Brooklyn y con una carrera que se prolongó desde 1970 hasta 1994, Roizman se convirtió en uno de los mejores directores de fotografía de la industria. Debutó con el filme ‘Stop’ y a renglón seguido dejó para la posteridad su trabajo en la ya mencionada ‘The French Connection’.

Además de Friedkin y Pollack, destacan sus colaboraciones con Lawrence Kasdan, con quien trabajó en sus tres últimas películas, siendo su despedida ‘French Kiss’, estrenada en 1995.