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Barcelona

Josep Piera, Premi de Honor de las Lletres Catalanes: «Hemos sido vencidos, pero no derrotados»

El poeta, narrador y traductor valenciano Josep Piera i Rubió ha sido proclamado 55 Premi de Honor de las Lletres Catalanes, que concede Òmnium Cultural. Activista y defensor «persistente» de la lengua catalana, se ha destacado su «extraordinaria trayectoria literaria».

Pese a su enfermedad, el poeta, escritor y traductor Jordi Piera i Rubió ha comparecido ante los medios.
Pese a su enfermedad, el poeta, escritor y traductor Jordi Piera i Rubió ha comparecido ante los medios. (Kike RINCÓN | Europa Press )

El jurado de esta edición del Premi de Honor de las Lletres Catalanes, integrado por Marc Artigau, Judit Carrera, Martí Domínguez, Àngels Gregori, Ingrid Guardiola, Maria Rosa Lloret, Isidor Marí, Marta Nadal y Salvador Sunyer, ha destacado de Josep Piera su «extraordinaria trayectoria literaria, creando un escenario mítico en las montañas de la Safor», así como por su defensa de la lengua catalana y su «papel articulador y puente entre diversos colectivos», como por su participación en la creación de la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana o en el reinicio del PEN Català.

Autor de poesía desde 1976, con ‘Renou: la pluja ascla els estels: Renou’, Josep Piera i Rubió cuenta en su trayectoria con novelas como ‘El temps feliç’ y ‘Joc de daus’, así como títulos de ensayo literario como ‘Visions del Tirant lo Blanc’.

Eufórico, muy feliz, Josep Piera no ha escondido este miércoles que cuando recibió la llamada del presidente de Òmnium, Xavier Antich, quedó anonadado, aunque «a nadie le amarga un dulce», y ha desvelado que, enfermo crónico como es a sus 75 años, el premio le «da vida», en un momento, además, «en el que no estaba muy vital. Tampoco hubiera pasada nada si no lo hubiera recibido, porque la vida ya la he vivido y lo que me queda lo haré de la manera más digna», ha señalado.

«Una obviedad indudable e innegable»

Refiriéndose a sí mismo como un «animal de palabras», que empezó a escribir de niño lo que oía en su cabeza, y, más adelante, poesía en castellano y canciones en francés porque, ha dicho, «no imaginaba que la lengua de casa, de mi familia, aquello que según la gente no tenía gramática se podía escribir o cantar».

Sin embargo, más adelante tuvo claro que catalanes y valencianos «compartimos una tradición, una lengua, hablamos la misma lengua y esto es una obviedad indudable e innegable, al pan pan y al vino vino», ha proclamado.

Ha opinado que lo importante de una lengua es que «esté viva, porque hay países que han conseguido su independencia pero han perdido la lengua y la cultura», algo que le hace «temblar». «Lo que importa de verdad es que nosotros somos una historia milenaria», ha recalcado.

Viviendo «el presente, en presente, lo que se denomina el efímero sistemático», sin interesarle la nostalgia, es consciente de una cosa: «Me queda poco, pero lo que me queda lo quiero disfrutar poco a poco, aunque el mundo actual va muy deprisa. La pandemia me ha hecho ver la cara fea de hacia dónde voy y hacia dónde va el mundo y no me gusta, no me gusta nada este futuro que nos dibujan, ni el maquinal, ni el mental, ni el político».

En cuanto al futuro del catalán, ha insistido en que «hemos sido vencidos, pero no derrotados». «Yo soy consciente de que soy hijo de una historia de perdedores, pero estamos vivos y, por tanto, continuaremos», ha recalcado.

El presidente de Òmnium, Xavier Antich, ha resaltado la larga trayectoria del autor de Beniopa, actualmente un distrito de Gandía, el octavo valenciano en obtener el Premi d'Honor, tras otros como Joan Fuster, Joan Francesc Mira, Raimon y Isabel-Clara Simó, un escritor «total en el País Valenciano actua».

El Premio de Honor, que fue instituido en 1969 por Òmnium y está dotado actualmente con 20.000 euros, se otorga cada año a una persona que, por su obra literaria o científica en lengua catalana, haya contribuido «de manera notable y continuada a la vida cultural» de los territorios de lengua catalana.