Daniel   Galvalizi
Periodista

El PP aumenta su poder territorial pero queda en manos de Vox y con una Ayuso reforzada

El PSOE no logra mantener los buenos resultados de 2019 y es víctima de la desaparición de Cs, cuyos votos aspira el PP de Feijóo, que se hace con la Generalitat valenciana, Balears, Aragón, Extremadura, Cantabria y La Rioja. La ultraderecha, el partido estatal que más crece. Podemos se derrumba.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, celebran sus resultados.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, celebran sus resultados. (Javier SORIANO | AFP)

No fue un tsunami conservador pero tampoco fue lo que planteaba el CIS en su última encuesta. Lo importante es sumar mayorías y finalmente el Partido Popular, en la primera elección de envergadura estatal desde que asumió Núñez Feijóo, las podrá conseguir. No solo fue primera minoría en casi todas las comunidades autónomas sino que logrará sumar la mitad más uno gracias a Vox. En Madrid no le hará falta: Díaz Ayuso volvió a mejorar su performance y obtuvo su anhelada mayoría absoluta.

También es verdad que en términos estatales, el PSOE obtuvo tan solo el 1% de votos totales menos que con respecto a 2019. Pero Ciudadanos quedó al borde de la desaparición y el PP logró aspirar sus votos de manera notable, algo de lo cual también se benefició Vox. Un estudio pormenorizado y comparado de la participación electoral en los distritos lo podría corroborar, pero no son pocos quienes ven que los votantes de derechas están bastante más movilizados y activados que los progresistas. La caída de Podemos en casi todos los sitios lo demuestra.

Antes que nada, hay que darle un contexto a lo ocurrido al sur del Ebro. Primeramente, de las 12 comunidades autónomas que elegían autoridades, el PSOE gobernaba nueve y cogobernaba en minoría en Cantabria. El PP solo ponía en juego Madrid y Murcia. El voto esta vez iba más fragmentado a la izquierda que a la derecha porque Cs pasó a la casi irrelevancia.

Los socialistas no tuvieron una debacle catastrófica pero fueron víctimas de la que sí tuvo su socio, Podemos. Allí donde Podemos o sus marcas regionales (como En Comú Podem en Catalunya) lograron sostenerse, podrán gobernar. El problema es que la tendencia general de los morados fue muy mala, lo contrario que la ultraderecha, que aumentó por centenares su cantidad de escaños autonómicos y de ediles por todo el territorio.

Cambio autonómico

El PSOE, salvo algo imponderable como que el PP decida prescindir de Vox, quedará fuera de los ejecutivos autonómicos del País Valencià, Aragón, Illes Balears, Extremadura, La Rioja y Cantabria, mientras que podrá formar gobierno en Canarias, Asturias y Nafarroa.

El PP ha arrasado en Madrid. Se trata casi la mayor victoria de la historia del partido conservador desde su fundación, solo superada por la de 2011 con Esperanza Aguirre. El fenómeno pop de la derecha con tintes trumpistas que encarna Ayuso supera el 47% de los votos y obtiene su tan mentada mayoría absoluta. PP y Vox suman 81 escaños y Más Madrid y PSOE, solo 54, empatados (aunque los de Mónica García los superaron en votos). Podemos alcanza el 4,7% y desaparece de la Asamblea madrileña.

Se abre un nuevo tiempo en el Ejecutivo madrileño. Tras dos mini legislaturas en minoría, ahora el PP tendrá el poder total, el dominio de todas las comisiones parlamentarias y la posibilidad de emprender la agenda que viene demorando (por ejemplo, Ayuso gobierna con presupuestos de 2021 por no alcanzar un pacto con Vox). Un ayusismo sin contención legislativa podría emprender reformas más profundas (y neoliberales) que viene postergando.

En La Rioja, Gonzalo Capellán se convertirá en el nuevo presidente autonómico con mayoría absoluta. En el País Valencià, Cantabria, Extremadura, Balears, Aragón y Murcia (en esta última ya gobernaba), los ‘populares’ dependerán del beneplácito del partido de Santiago Abascal, quien ya desde el año pasado anunció su estrategia de prestar los votos de investidura solo a cambio de entrar a los ejecutivos.

El caso valenciano despierta las alarmas en la izquierda. Es una comunidad que suele desequilibrar los resultados en las generales, especialmente desde que el PP casi ha desaparecido de la CAV y Catalunya. Allí gobernará Carlos Mazón, el primer alicantino en llegar a president de la Generalitat valenciana. Sorprende que el PSOE mejorara sus resultados sumando cuatro escaños. Pero el PP casi duplicó los suyos y Compromís (que estrenaba nuevo liderazgo con Joan Baldoví) perdió dos, en tanto Unides Podem no superó el suelo electoral.

Algo similar ocurrió en el archipiélago balear. El PSOE allí solo perdió un escaño pero Podem pasó de 6 a 1. Los soberanistas de Més mantuvieron los seis legisladores pero eso no alcanza, en una comunidad donde Vox duplicó sus escaños y seguramente ofrecerá sus votos para hacer a Marga Prohens presidenta del Govern. Es uno de los tres tripartitos de izquierdas españolas y soberanistas que caen.

Canarias es el tercero. El PSOE ha ganado las elecciones pero solo podrá gobernar con la ayuda de Coalición Canaria, segunda en resultados. Podemos desaparece del parlamento autonómico y los soberanistas de Nueva Canarias mantienen sus cuatro escaños. Pero ni con ellos ni con los regionalistas de la Gomera alcanzaría. Quedará un pacto local o el PP podría aspirar a gobernar con los nacionalistas canarios y Vox, aunque una entente entre estos dos es improbable.

En Castilla-La Mancha seguirá al frente el barón más conservador del PSOE, Emiliano García Page, con otra mayoría absoluta, mientras que en Asturies, con pactos, podrá seguir presidiendo el Gobierno regional Adrián Barbón.

El poder municipal, también a favor del PP

La derecha ha logrado hacerse con la tercera y cuarta ciudades más grandes del Estado: València y Sevilla. Los pronósticos de encuestadores vaticinaban una caída de Joan Ribó (Compromís), que perdió un edil, pero el PP y Vox sumaron entre ambos siete (Cs desaparece, perdiendo seis). La sorpresa es la capital andaluza: ningún sondeo anunciaba que el PP casi duplicaría la cantidad de votos, y con Vox sumando uno, el bastión socialista dejará de serlo.

La capital del Estado vuelve a tener mayoría absoluta del PP. Martínez-Almeida obtiene un 3% menos que Ayuso pero le alcanza para conseguir gobernar sin la ultraderecha. Por tan solo un 0,15%, Podemos se queda sin concejales y no supera el suelo, mientras que Más Madrid pierde siete concejales (del triunfo de Manuela Carmena a la pobre performance de Rita Maestre), mientras que el PSOE obtiene tres más con la exministra Reyes Maroto.

Barcelona vuelve a darle el triunfo a la centroderecha nacionalista, con Trias llevando a Junts al podio, aunque la aritmética parlamentaria le complicará formar gobierno. Pisándole los talones quedó Collboni, del PSC, y la alcaldesa Ada Colau, ambos empatados en 19,7%, aunque los socialistas logran un edil más. Quien parece que tendrá la llave del Consistorio será el PSC, ante una ERC que pierde cinco ediles.

Catalunya exhibe el buen momento del socialismo regional, ya que fueron las formaciones más votadas en las capitales de Girona, Lleida y Tarragona. Esquerra Republicana pasa de ser la fuerza con más apoyo a ser la tercera.

En los cinturones rojos de las dos grandes metrópolis la realidad fue dispar: en el madrileño, el PP mejoró su situación y hasta gobernará en Móstoles, la segunda mayor ciudad del Estado que no es capital. La primera, Hospitalet de Llobregat, se queda en manos socialistas, como buena parte de la periferia barcelonesa.

En Málaga, el PP renovó su clásica mayoría absoluta, en tanto que en Zaragoza volverá a gobernar en alianza con Vox, aunque esta vez con otro alcalde: el que vence ahora su mandato será el nuevo presidente de Aragón. En Palma de Mallorca el PP también logrará echar al tripartito progresista acordando con Vox, mientras que en Las Palmas de Gran Canaria el PSOE podrá retener el poder en alianza con regionalistas.

BNG crece

Valladolid también pasará de manos socialistas a manos del PP, si acuerda con Vox, mientras que en Galiza el partido que más ha mejorado su performance es el BNG: logró el sorpasso al PSOE en Santiago de Compostela y podrán gobernar juntos. En tierra gallega la izquierda no tuvo una mala noche: mantendrá los concellos de A Coruña (en donde el BNG duplicó sus ediles), Vigo y Pontevedra. En la vecina Asturies, Gijón dio la sorpresa: empataron en 28% el PSOE con Foro Asturias, que ratifica su giro al centro con reivindicación de la oficialidad de la lengua. Quien gobierne lo hará gracias a pactos con las fuerzas minoritarias.

En términos generales, el mapa territorial ha quedado marcadamente a favor del PP, aunque el partido quedará a tiro de presiones y arrinconamientos de Vox, quien aprovechará para seguir desplazando el eje del debate a posiciones más de derechas.

El PSOE digerirá en los próximos días la bofetada electoral, aunque podrá esgrimir que lo que ha fallado no es tanto su electorado (que mermó, pero no mucho) sino el de sus aliados. Y quien podrá respirar con el oxígeno recibido es Feijóo: su supervivencia hubiera sido compleja si la única contundente victoria hubiese sido la de Ayuso. El tono del PP en el nuevo estatus y su coexistencia con Vox marcarán el rumbo de la campaña de cara a las generales, a la cual las derechas acudirán en mucha mejor posición que a las de cuatro años atrás.