Iker Fidalgo
Crítico de arte

Colección

Paisaje de Patxi Cobo, dentro de la exposición “Miradas a Bizkaia”, que se expone en las calles de diferentes municipios dentro del programa “La Ruta del Arte BBK Artearen Ibilbidea”.
Paisaje de Patxi Cobo, dentro de la exposición “Miradas a Bizkaia”, que se expone en las calles de diferentes municipios dentro del programa “La Ruta del Arte BBK Artearen Ibilbidea”. (Museo de Bellas Artes)

El arte, en cierta medida, es un proceso comunicativo. Una relación en la que un contenido, compuesto por ciertos códigos, es emitido y recibido a través de un canal. Cumple, por tanto, dos cometidos. Por un lado, ser la consecuencia de una pulsión creadora que es a su vez una forma de vida y una necesidad expresiva. Por otro, iniciar un diálogo con un público que da sentido a aquello que ve y experimenta. Es por eso que, si bien el arte es conservado y cuidado, pues representa un valor económico, cultural y social, necesita exhibirse de manera pública, como una manera de activar su razón de ser. En este sentido, la reseña de hoy nos trae dos ejemplos en los que dos colecciones son presentadas por medio de nuevos proyectos expositivos. Propuestas narrativas que reordenan los contenidos para dotarlos de un sentido concreto. Una manera de mantener vivos aquellos legados para evitar que permanezcan invisibles.

A finales del pasado mayo se puso en marcha la cuarta edición del programa ‘La Ruta del Arte BBK Artearen Ibilbidea’. Una iniciativa con la que el Museo de Bellas Artes de Bilbo pretende acercar parte de sus fondos a través de una exposición en la que reproducciones de obras originales se exponen en las calles de diferentes municipios. Una manera de sacar las paredes del museo al espacio urbano mediante la instalación de paneles que conforman una sala de exposiciones temporal. En esta ocasión, el título que gobierna la iniciativa es ‘Miradas a Bizkaia’, tomando el territorio como protagonista de las 36 piezas que completan el listado y que proponen un recorrido desde el S.XVIII hasta nuestros días. Entre el elenco de firmas encontramos a Jesus Mari Lazkano, Mari Puri Herrero, Jose María de Ucelay, Luis Paret, Agustin Ibarrola o Aurelio Arteta, entre otros. Durante los meses que durará este viaje, recorrerá 28 localidades vizcainas, desde Barakaldo a Balmaseda, pasando por Erandio, Sestao, Basauri, Lezama o Iurreta.

El pasado 4 de julio, el Photomuseum de Zarautz inauguró la exposición ‘Indicio. Colección Modus Vivendi’, bajo el comisariado de Jose Ramón Amondarain (Donostia, 1964). Hasta el día 27 de agosto, podemos visitar esta propuesta en la que Amondarain propone una mirada sobre la colección Modus Vivendi de Fernando Garate y Estrella Gómara, que llevan más de cuatro décadas dedicados al coleccionismo de arte. Esta cita, que ya tuvo lugar el pasado verano bajo el título ‘Mysterion. El arte no está donde se le espera’, compone un nuevo relato bajo el que establecer conversaciones entre piezas de Nan Goldin, Santiago Sierra, Francisco de Goya, Chus Meléndez, Pello Irazu o Elena Núñez, entre otros nombres. Sin duda, una oportunidad para poder visitar de cerca la colección Modus Vivendi y las diferentes versiones de la misma que permite la labor comisarial.