Después de una mala racha liguera, en la que se han encadenado cinco jornadas sin lograr un triunfo, el Alavés quiere darse una alegría en la competición copera eliminando al Betis, en el único envite en el que se miden dos conjuntos de la máxima categoría.

Será la segunda ocasión en la que ambas escuadras se enfrentan en este torneo, con la coincidencia de que el anterior precedente también fue a la altura de los dieciseisavos.

Ha llovido mucho desde entonces, pues ocurrió en la 1963-64 y en aquella ocasión con una eliminatoria a doble partido. Empataron a uno en la ida disputada en Mendizorrotza y los béticos dejaron en la cuneta a El Glorioso por el 5-3 de la vuelta.

Ahora será diferente, pues el Alavés cuenta con el factor campo a su favor, si bien está por ver cuál será la respuesta de la grada, después del mosqueo generalizado entre su parroquia por el hecho de que los rectores del club decidieran cobrar por este partido.

Desde la entidad albiazul se ha hecho llegar un comunicado en el que se anunciaba que 11.000 aficionados ya habían retirado su entrada, pero está por ver hasta dónde se completa el aforo del estadio y si habrá protestas in situ por tal medida.

En lo puramente deportivo, el técnico babazorro, Luis García Plaza, deberá buscar sustituto a Jon Guridi, con unas molestias físicas, y también a Rafa Marín, de quien ha desvelado que sufre un golpe.

El preparador madrileño podría seguir aplicando el relevo copero en la portería, dando entrada a Jesús Owono, antes de su marcha con Guinea Ecuatorial para disputar la Copa de África.

Un año ha pasado desde que cayese en esta competición frente al Sevilla, una sensación que no quiere volver a repetir el Alavés, por lo que todo apunta a que no habrá muchas más rotaciones en el once albiazul.

Eso sí, Carlos Vicente puede debutar como titular en una de las bandas y la principal duda reside en quién ocupará la parcela más ofensiva, toda vez que Karrikaburu se queda fuera de la convocatoria, por lo que Kike García y Samu se disputan la plaza de ariete.

El Betis tampoco aterriza en Gasteiz en su mejor momento. Tras perder en Balaídos en el descuento, los de Manuel Pellegrini se han alejado más de lo que desearían de las plazas europeas y no pueden permitirse otro tropiezo en pocos días.

El míster chileno ha calificado de «final» el choque contra el Alavés, en el que intentará recobrar la solidez defensiva y especialmente reencontrarse con el camino del gol que tan esquivo le está resultando en sus últimos compromisos.

No obstante, podría repetir prácticamente el mismo equipo que jugó en Vigo, con la única novedad de Miranda en el lateral zurdo, en detrimento de un Abner que no está pasando por su mejor momento.

«Oportunidad para hacer algo bonito»

Como ya sucediera en la edición de 2017, García Plaza ha considerado que la Copa es «una oportunidad para hacer algo bonito», aunque enfrente van a tener a un rival «con mucha calidad».

Analizando lo que se lleva de temporada, ha dicho que «estoy enfadado porque teníamos que estar mucho mejor y contento porque el equipo compite», poniendo en valor que el equipo todavía no ha estado en puestos de descenso.

Interpelado por la posible ausencia de aficionados en la grada de animación, ha confesado que «si no se da el mejor ambiente, será un pena», aunque ha declinado profundizar más, porque prefiere hablar de fútbol, al ser su parcela como entrenador.

También se ha referido a los horarios ligueros que le están designando al Alavés, el último conocido, frente al Almería el viernes, día 26, a las 21.00. «No sé en qué se basan, pero es una falta de respeto a los aficionados. Nos gustaría jugar sábados o domingo por nuestra afición», ha criticado.

Por último, en cuanto a la posible salida de Jon Karrikaburu, ha apuntado que «a lo mejor no le he dado los momentos que pretendía, pero Samu y Kike han cumplido muy bien y no han cogido ni un constipado».