Isidro Esnaola
Iritzi saileko erredaktorea, ekonomian espezializatua / redactor de opinión, especializado en economía

Un batería de heavy metal hace perder 56.000 millones a Elon Musk

Elon Musk ha sufrido una de las mayores pérdidas legales en la historia de EEUU. Un juez de Delaware despojó al director ejecutivo de Tesla de su nómina de 56.000 millones de dólares en un litigio presentado por un batería de heavy metal.

El director ejecutivo de Tesla, Elon Musk
El director ejecutivo de Tesla, Elon Musk (Sergei GAPON | AFP)

Richard Tornetta demandó a Musk en 2018, cuando poseía solo nueve acciones de Tesla. El caso llegó a juicio a finales de 2022 y el martes una jueza, Kathaleen McCormick, falló a favor de Tornetta, anulando el enorme acuerdo salarial de 56.000 millones de dólares de Elon Musk con Tesla, al considerar que era injusto para el demandante y para el resto de accionistas de Tesla.

Ni Tornetta ni su abogado han hecho comentarios sobre el veredicto. Poco se sabe de Torneta, más allá de que aparece en algunos videos tocando la batería en el legendario club CBGB de Nueva York con su ahora desaparecida banda de metal "Dawn of Correction". En cierta ocasión describió el sonido de la misma como «una rápida patada en la cara con una bota de trabajo con punta de acero». Una descripción perfectamente aplicable a la decisión judicial que ha dejado a Elon Musk sin su retribución.

El pequeño estado de Delaware

El estado de Delaware, en el que por cierto tiene su residencia el presidente de EEUU Joe Biden, está considerado un paraíso fiscal. Del buen tratamiento que reciben las grandes corporaciones da muestra el hecho de que el 68% de las empresas del índice Fortune 500 tiene su sede en este pequeño estado de la costa este de EEUU.

Sin embargo, su jurisprudencia corporativa está llena de casos que llevan el nombre de inversores individuales con pequeñas participaciones accionariales que muchas veces han terminado dando forma al derecho corporativo de EEUU.

Existe una gran cantidad de firmas de abogados se dedican a representar a accionistas, que pueden ser grandes fondos de pensiones con una amplia gama de participaciones en acciones, pero que a menudo suelen ser personas individuales como Tornetta. Normalmente, el demandante firma la documentación para presentar la demanda y luego, en general, se hace a un lado, explica Reuters en un teletipo. Los inversores no suelen pagar al bufete de abogados, que se ocupa del caso en condiciones de contingencia, esto es, que solo cobran en caso de que gane el pleito, como hicieron los abogados en este caso de Tornetta vs Musk.

Los grandes grupos empresariales han criticado durante mucho tiempo este tipo de demandas presentadas por individuos por considerarlos litigios potencialmente abusivos. Hace 10 años, por ejemplo, Delaware se llenó de demandas encabezadas por inversores minoristas con unas pocas acciones que cuestionaban acuerdos de fusión. Los casos a menudo se resolvían rápidamente con acuerdos sin sentido pero que siempre incluían pagos a los abogados que presentaban los casos. Finalmente, los jueces y legisladores de Delaware optaron por frenar este tipo de demandas.

Los legisladores y jueces de este estado han buscado que los grandes fondos de inversión lideren este tipo de litigios corporativos, ya que cuentan con más medios para vigilar las prácticas de sus abogados. Pero generalmente los administradores de esos grandes fondos no quieren poner en peligro sus relaciones en Wall Street y evitan los conflictos.

Algunos efectos de la sentencia

El fallo beneficia a Tornetta de la misma manera que se benefician otros accionistas de Tesla: ahorrando a la compañía miles de millones de dólares que una junta directiva servil decidió pagar a Elon Musk. Algunos expertos en derecho señalan que personas como Tornetta son vitales para vigilar las juntas de accionistas, una labor de supervisión que nadie más hace.

El caso crea un importante precedente para impugnar este tipo de acuerdos salariales absolutamente desorbitados que se toman en la mayoría de las grandes corporaciones multinacionales. Sin embargo, posiblemente no tenga mucho mayor recorrido, porque conlleva una restricción a la soberanía de la junta de accionistas, algo poco menos que sagrado.

Si el fallo hubiera implicado, por ejemplo, una restricción a las normas ambientales, a los derechos laborales o hubiera ampliado los derechos del capital financiero en caso de quiebra, seguramente tendría una aplicación inmediata en todo el mundo.

A Tornetta le queda la satisfacción de que posiblemente en las escuelas de negocios y en las facultades de derecho se estudiará el caso "Tornetta vs. Musk" durante mucho tiempo.

La reacción de Elon Musk

Cuando se hizo pública la sentencia, Elon Musk realizó una encuesta en la red social X (antes Twitter) en la que preguntaba si la empresa debería trasladar su domicilio legal a Texas. Más del 80% de los participantes apoyaron el traslado, de modo que es posible que pronto plantee la cuestión a los accionistas de Tesla.  

Trasladar la empresa a Texas puede provocar otra demanda, ya que algunos accionistas puede considerar que el único fin del cambio es que el director ejecutivo de Tesla pueda recuperar su astronómica paga. Sin embargo, es casi seguro que los inversores apoyarán este cambio, puesto que en su día también aprobaron pagar a Musk un sueldo que es 250 veces mayor que lo que gana un CEO típico. A su favor juegan también los previsibles resultados positivos de la empresa y el gran flujo de caja que maneja que hace que Tesla no necesite inversores que busquen salvaguardas especiales como las que ofrece Delaware.

Pero además, Texas ha creado sus propios tribunales comerciales para rivalizar con los de Delaware, aunque, de momento, no son operativos y deben hacer frente a posibles demandas constitucionales. Es posible que Musk haya calculado que la nueva jurisdicción será más dócil a sus deseos.