Daniel   Galvalizi
Periodista

El ‘Watergate’ inesperado de los cinco despachos de Podemos en el Congreso

Este lunes las cosas de cinco diputados morados fueron dejadas en cajas y bolsas en los pasillos y las cerraduras de sus oficinas cambiadas. La Mesa del Congreso se desmarca del caso y deja todo en manos de la Policía. Todo apunta a gente de Sumar.

Ione Belarra, secretaria general de Podemos, con rictus serio en una reciente sesión del Congreso.
Ione Belarra, secretaria general de Podemos, con rictus serio en una reciente sesión del Congreso. (Europa Press)

En junio de 1972 espías a cargo del presidente estadounidense Richard Nixon entraron al complejo Watergate donde estaban las sedes del Partido Demócrata. Con muchas diferencias, pero una esencial similitud ha sucedido lo mismo este lunes: personas no identificadas irrumpieron en despachos de políticos sin permiso, hurgaron y se les llevaron elementos, acabando todo en una denuncia formal ante la Mesa del Congreso y en otra policial.

El caso se ha dado a conocer este miércoles tras una filtración al portal El Independiente, que luego ha sido recogida por otros medios. Las novedades de las últimas horas son las siguientes: la presidencia de Francina Armengol ha confirmado a NAIZ que los códigos de las cerraduras de las puertas de los despachos fueron cambiados (por eso la entrada no fue violentada) por pedido de la dirección del grupo Sumar.

Además, ha confirmado que la Mesa del Congreso le ha dado nuevos despachos (del 53 al 56 bis de la planta 3) a los cuatro diputados de Podemos (ya no son cinco tras la renuncia Lilith Verstrynge y su suplente es de Catalunya en Comú), entre ellos la secretaria general del partido, Ione Belarra.

Fuentes del entorno de Armengol aseguran que no hay un hackeo o algo parecido a las puertas porque los códigos se cambian por petición, y han confirmado que la decisión del cambio de despachos fue tomada el 30 de diciembre.

Sin embargo, la diputada Noemí Santana (Podemos Canarias) ha dicho en conversación con NAIZ que «nadie había avisado que se tenían que dejar los despachos ni se había avisado que se iba a proceder a desalojar», y explica que ese tipo de directivas son comunicadas a la presidencia del grupo. «En este caso, porque es rotativo, la presidencia es de la diputada de Coalición Canaria y ella tampoco fue informada de esto», ha recalcado.

«Cuando decidimos hacer el paso al Grupo Mixto nos planteamos que quizás había una reubicación de espacios pero nunca se nos avisó formalmente. También es cierto que Sumar había perdido cinco diputados y entonces les corresponde menos espacio. Pero si nos lo pedían, lo hacíamos, y eso nunca ocurrió. Hasta que no fuéramos informados decidimos que nos quedábamos donde estábamos», añade.

Noemí Santana (Podemos Canarias) deplora estas «formas de matonismo» y lamenta que si hubiera ocurrido a diputados de PP o PSOE la repercusión mediática sería mucho mayor

 

Santana describe que la legisladora que se enteró de todo por sorpresa fue Martina Velarde (Podemos Andalucía), quien llegó el lunes a su despacho para intentar trabajar y encontró las varias cajas y bolsas con todos los archivos, papeles, libros, retratos y hasta dibujos de los hijos de las legisladoras, dentro. Además, las puertas con otros códigos en las cerraduras electrónicas. También se vieron en dos de los despachos nombres en los carteles contiguos a la puerta con los nombres de diputados de Sumar.

«Martina encontró la tarde del lunes todas las cosas regadas en el pasillo, con un papelito con el nombre de cada diputado. Quien lo haya hecho ha metido todo, no quedó nada aunque yo, de hecho, hay un regalo que me hizo un militante que no encuentro, espero poder encontrarlo», ha señalado resignada y sin ocultar su sorpresa.

Tras este hecho, Podemos envió una carta formal de queja a la Mesa de la cámara y luego se hizo la denuncia policial. Santana enfatiza que los diputados tienen fueros especiales y la ley penaliza explícitamente a toda persona que intente obstruir la labor parlamentaria de los legisladores legalmente electos.

Ahora los cuatro diputados morados están sin despacho y trabajan «apelotonados», según describe Santana, en una sala del piso 3 en la que están los técnicos y asesores, «sin ordenadores suficientes». También destaca que en diciembre autoridades del grupo Sumar habían pedido que esos técnicos fueran al piso 3 para dejar libre para ellos la sala del piso 4 y eso se resolvió «sin problema, ahora podría haberse hecho igual».

Además, subraya que la decisión del partido fue no dar a conocer esta noticia y solamente realizar la denuncia formal y policial, hasta que el miércoles ocurrió la filtración. Tras ello, ante los medios en el Congreso, el secretario general del grupo parlamentario Sumar y exmiembro de la Ejecutiva de Podemos, Txema Guijarro, dijo que la Mesa había tomado la decisión de ese desalojo hace días. «Se tendrán que producir esos cambios con normalidad. Hemos estado esperando a que actuaran porque tenemos a compañeros que tienen que trabajar y no se pueden instalar. Esperamos que se resuelva cuando antes», agregó.

Santana, en tanto, ha expresado su repudio a estas «formas de matonismo», considera que si esto hubiera ocurrido a diputados del Partido Popular o del PSOE la reacción mediática «sería muy distinta» y ha valorado que algunos legisladores colegas de Sumar les han escrito por privado expresando que lamentan esta situación.