Arnaitz Gorriti

Niners Chemnitz le muestra a Bilbao Basket que esto no es cómo empieza, sino cómo acaba (73-98)

Los entrenados por Rodrigo Pastore prácticamente han sentenciado su semifinal de la FIBA Eurocup después de voltear un 43-29 adverso y pese a haber fallado sus 12 primeros triples. Una vez encontrado el acierto, la durísima defensa sajona ha sacado de la pista a los hombres de negro.

Niners Chmnitz ha frenado en seco a Bilbao Basket, aunque sea a garrotazo limpio.
Niners Chmnitz ha frenado en seco a Bilbao Basket, aunque sea a garrotazo limpio. (Monika DEL VALLE | FOKU)

SURNE BILBAO BASKET 73 - NINERS CHEMNITZ 98

Todavía restan 40 minutos –o más, como gusta decir a Jaume Ponsarnau–, aunque la ida de la semifinal entre Surne Bilbo Basket y Niners Chemnitz ya ubica al conjunto sajón en la finalísima de la FIBA Eurocup, tras un ejercicio de supervivencia en los 15 primeros minutos, para acabar avasallando y sacando de la pista a los hombres de negro. Después de haberse adelantado 43-29 mediado el segundo cuarto, y después de que los alemanes hubieran fallado sus 12 primeros triples, el acierto ha cambiado de bando, así como el desconcierto. La durísima defensa sajona, a veces a garrotazo limpio, ha desquiciado a los de Jaume Ponsarnau, que se han llevado un correctivo francamente doloroso porque en los 15 primeros minutos no parecía que algo así fuera a suceder. Pero esto no es cómo empieza, sino cómo acaba.

El matazo con tiro libre adicional de Sacha Killeya-Jones le ha supuesto la bienvenida calurosa al equipo de Sajonia, un equipo con velocidad y agilidad, pero que ha arrancado el duelo sin acierto –3 de 11 en el tiro, con 0 de 5 en triples–, muy distinto a los hombres de negro. El segundo triple consecutivo de Denzel Andersson ha obligado a Rodrigo Pastore a parar el partido, puesto que los hombres de negro han provocado la primera ruptura, yéndose hasta el 17-6, luego de un parcial de 9-0.

Ha sido un cuarto de ensueño para los hombres de negro. A pesar de la continua defensa con las manos del equipo teutón, Bilbao Basket ha encontrado el acierto prácticamente en cada línea, mientras que solo DeAndre Lansdowne ha sido capaz de sacar alguna jugada en claro por parte del Chemnitz que se ha visto con un 29-16 en contra al final del primer asalto, cerrado con una penetración impresionante del recuperado Melwin Pantzar justo sobre la bocina.

Niners Chemnitz ha variado su juego por completo en el segundo acto, renunciando casi por completo al tiro exterior dado su nulo acierto. A las acciones de Lansdowne se le ha sumado la movilidad del pívot Kevin Yebo, contrarrestado en los ataques bilbainos por un Killeya-Jones que casi se ha podido sentir como Gulliver en Lilliput, dada su tremenda superioridad. Y cuando el pívot estadounidense ha estado descansando en el banquillo, la aportación de Kullamae ha sido más que suficiente para sostener la ventaja, sin que se intuyera peligro alguno de remontada.

Y es que el cuadro alemán ha seguido negado de cara al aro desde lejos y sin suerte hasta en los rechaces. Solo varias jugadas de «dos más uno» medio de carambola es lo único que han podido sumar de más los entrenados por un Rodrigo Pastore que ha rotado su banquillo sin parar en busca de un quinteto consistente que nunca ha terminado de encontrar.

Vientos de cambio

Pero el primer triple visitante podía llegar y al fin, al decimotercer intento, ha caído de la mano de Kaza Kajami-Keane, en una jugada en la que hasta dos compañeros suyos han renunciado a tiros claros. Ese tiro ha establecido el 43-34 en el marcador y ha evidenciado otra cosa: de pronto, los rebotes han empezado a caer en manos alemanas, sobre todo sin Killeya-Jones en la pista, y los hombres de negro han comenzado a regalar faltas y a errar varios tiros libres.

Para cuando se ha dado cuenta la complacida afición de las gradas de Miribilla, Garrett ha enchufado el segundo triple del cuatro ademán, poniendo el marcador en 44-29, lo que ha supuesto un parcial de 2-10. Alex Reyes no ha perdonado desde la línea de tiros libres después de un ataque muy espeso de los hombres de negro, pero Ousman Krubally, que se ha sumado a la anotación del Chemnitz, ha completado sobre la bocina un bonito «pick'n roll», conectando con el base suplente Wesley Van Beck, para irse a vestuarios con 46-41 y, lo que es más preocupante, habiendo sobrevivido a 14 tantos de desventaja. Asimismo, Bilbao Basket se ha encontrado con 10 balones perdidos al final de los 20 primeros minutos.

El gafe cambia de bando

Nadie lo hubiera dicho mediado el segundo cuarto, pero el Niners Chemnitz ha completado la remontada con un parcial de 1-9 en el arranque del tercer asalto, con la mala noticia añadida de que Sacha Killeya-Jones ha tenido que abandonar el parqué lastimado del tobillo izquierdo en la pelea por un rebote.

Increíblemente, el desaciertos que ha pertenecido por completo al bando teutón en los 15 primeros minutos, ha cambiado de bando, siendo Bilbao Basket quien ha errado sus tiros de forma a veces incomprensible, mientras que la escuadra sajona ha comenzado a amasar ventaja a base de aprovechar los regalos de su rival, como en un par de rebotes que no han cerrado bien los hombres de negro y que se han convertido en canastas fáciles. Esta vez ha sido Jaume Ponsarnau el que ha activado el botón del pánico al parar el partido con 51-59.

Los de Rodrigo Pastore han recogido la cosecha de saber sufrir. Ni el afortunado triple de Pantzar ha frenado el parcial del conjunto alemán, que ha endosado un parcial de 12-30 para afrontar los diez últimos minutos con un 58-71 en el marcador, lo que supone un parcial conjunto de 29-55 entre el segundo y el tercer acto, que ha dado un inesperado vuelco al partido y quién sabe si a la eliminatoria.

Porque el cuarto final tampoco ha servido para revertir esta catarata de la desgracia bilbaina, por más que Sacha Killeya-Jones haya podido regresar a la cancha sin mayor problema. Lo que al principio ha sido miedo y desasosiego en el bando alemán, se ha convertido prácticamente en un paseo, mientras que las prisas y la desesperación han zarandeado a los hombres de negro, perdiendo balones difíciles de comprender y chocando contra la defensa de un Chemnitz que, desde el salto inicial, ha mostrado a un equipo dispuesto a sacrificar las personales a cambio de poner el listón arbitral lo más alto posible.

Asimismo, ¿se acuerdan del 0 de 12 en triples del conjunto sajón? Pues a partir del primer acierto, aquello ha metamorfoseado en un 10 de 16, de forma que la renta visitante ha ido engordando hasta superar la barrera de los 20 puntos. Un renta que por momentos ha podido ser aún mayor que el 73-98 final, pero que, a falta del trámite de Chemnitz, deja la eliminatoria sentenciada. O quizás no, en un alarde de optimismo, porque esto no es cómo empieza, sino cómo acaba.

FICHA TÉCNICA:

BILBAO BASKET: Alex Renfroe (1), Kristian Kullamae (15), Alex Reyes (7), Denzel Andersson (8) y Sacha Killeya-Jones (15) –quinteto inicial–, Melwin Pantzar (8), Keith Hornsby (6), Adam Smith (2), Tryggvi Hlinason (11) y Xavi Rabaseda.

CHEMNITZ: Lansdowne (22), Garrett (14), Uguak (8), Lockhart () y Krubally (12) –quinteto inicial–, Van Beck (9), Kajami-Keane (10), Ongwae (6), Yebo (17) y Richter.

Parciales: 29-16, 17-25, 12-30, 15-27.

Árbitros: Vulic (Croacia), Maciulis (Lituania) y Praksch (Hungría). Han eliminado por faltas alm visitante Krubally.

Incidencias: 7.593 espectadores en el Bilbao Arena, en el duelo de ida de las semifinales de la FIBA Eurocup. Sacha Killeya-Jones se ha retirado del partido en el tercer cuarto con el tobillo izquierdo lastimado. Ha podido regresar más tarde.