Siempre es recomendable esperar hasta la última semana del año para elaborar las tan amadas –y a veces odiadas– famosas listas de las mejores películas; a pocos días de dar carpetazo al 2024 llega una de las más esperadas de este año: ‘Nosferatu’.

La versión de Robert Eggers se inspira en la película original de 1922 dirigida por F.W. Murnau, que fue una adaptación no autorizada de la novela ‘Drácula’ de Bram Stoker. Esto provocó serios conflictos legales y casi llevó a su desaparición, ya que un tribunal ordenó la destrucción de todas las copias. A lo largo de los años, el filme ha tenido un remake destacado en 1979 bajo la dirección de Werner Herzog, además de inspirar otras producciones centradas en su rodaje, como ‘La sombra del vampiro’ y ‘Mimesis Nosferatu’.

Ambientada en el siglo XIX, esta historia gótica de obsesión, amor, seducción y miedo sigue a un joven llamado Thomas Hutter, que es enviado por su jefe al castillo del Conde Orlok (también conocido como Drácula).

El rodaje tuvo lugar principalmente en los Barrandov Studios de Praga, con localizaciones de rodaje que incluyen el Castillo de Hunyad en Transilvania, Rumanía, el Castillo de Pernštejn, Rožmitál pod Třemšínem y el complejo Invalidovna en República Checa y en la ciudad alemana de Lübeck.

Robert Eggers es un director, guionista y diseñador de producción estadounidense conocido por su estilo distintivo en el cine de terror y su meticulosa atención al detalle histórico. Eggers se destaca por crear películas atmosféricas y profundamente inmersivas que exploran temas de la psique humana, el folclore y la mitología, siempre con un enfoque en la autenticidad histórica y el diseño visual. El thriller psicológico ambientado en la Nueva Inglaterra puritana del siglo XVII ‘The Witch (2015)’, ‘The Lighthouse’ (2019), la película en blanco y negro sobre dos fareros que descienden lentamente hacia la locura mientras están atrapados en una isla remota, y el épico drama vikingo ‘The Northman’ (2022) son un claro ejemplo de ello.

Eggers se ha consolidado como una de las voces más singulares en el cine contemporáneo, fusionando la narrativa de terror con una rigurosidad artística y técnica pocas veces vista en el género.