
Las personas que trabajan en sistemas de protección de menores de Euskal Herria desconocen muchas veces las situaciones violentas que estos chicos y chicas pueden llegar a padecer en Internet, según los resultados del primer diagnóstico que se ha elaborado en el seno del proyecto Evolution.
Tras un año de trabajo, este martes han tenido lugar en Donostia las Jornadas Transfronterizas del proyecto Evolution, que aborda los retos que los sistemas de protección a la infancia de Ipar y Hego Euskal Herria afrontan en la actualidad. En él, participan estas siete entidades: Etcharry Formation Développement, la Fundación Nazaret, la UPV-EHU, la Universidad de Deusto, la Diputación Foral de Gipuzkoa, el hospital de Baiona y el Departamento de los Pirineos Atlánticos.
Sandra Rodríguez y Amaia Rojo, profesoras e investigadoras de la Facultad de Educación, Filosofía y Antropología de la UPV-EHU, han presentado en el campus donostiarra los resultados del diagnóstico sobre el uso de las redes sociales e Internet en los recursos residenciales de protección a la infancia y la adolescencia.
En referencia a la percepción de los profesionales respecto a su preparación para ayudar a las jóvenes en los contextos virtuales, se da un mayor grado de percepción en Hego Euskal Herria que en Ipar Euskal Herria, donde indican que se sienten «moderadamente preparados»
Uno de los objetivos del diagnóstico, que partió con una encuesta realizada a 181 jóvenes usuarios de sistemas de protección a la infancia (148 de Hego Euskal Herria y 33 de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa) y a 211 profesionales (76 de Hegoalde y 59 de Iparralde), era averiguar cómo y para qué utilizan Internet estos niños, niñas y jóvenes. Según han explicado Rodríguez y Rojo, los jóvenes de Euskal Herria lo utilizan sobre todo para enviar mensajes por WhatsApp, escuchar música o ver películas, hacer uso de sus redes sociales o jugar.
Además, las redes sociales más usadas por jóvenes son Instagram, WhatsAapp, Tik tok y Youtube. En el caso del norte del país, han apuntado las profesoras, destaca una preferencia especial por el uso de Snapchat.
Han alertado, asimismo, que en ciertos casos la diferencia entre lo que perciben los profesionales y lo que afirman los jóvenes es abismal. Ocurre con el consumo de pornografía: el 38,2% de los trabajadores y trabajadoras creen que los jóvenes consumen contenido pornográfico y, sin embargo, solamente el 8,8% de los jóvenes dicen haberlo hecho.
La violencia, sobre todo contra ellas
Los resultados del diagnóstico que las investigadoras de la UPV-EHU han presentado este martes confirman algunas tendencias preocupantes. Sandra Rodríguez y Amaia Rojo han explicado que entre las situaciones de violencia que los jóvenes han padecido en las redes sociales, las más comunes son recibir mensajes de carácter sexual (el 12% de los jóvenes de Hego Euskal Herria y el 21% de Ipar Euskal Herria lo han sufrido), padecer control por parte de la pareja (12%) y recibir insultos «por tener un físico poco atractivo» (12% en el sur del país y 15% en en el norte).
Los jóvenes de Euskal Herria utilizan Internet, sobre todo, para enviar mensajes por WhatsApp, escuchar música o ver películas, hacer uso de sus redes sociales o jugar
Atendiendo al género, hay situaciones de violencia que estadísticamente han presentado diferencias más significativas entre chicos y chicas y, en todos los casos, la razón es que las chicas lo sufren más. «La mayoría de esas situaciones tienen algún matiz de contenido de tipo sexual o afectivo-sexual», han apuntado las investigadoras. Por ejemplo: el 21% de las chicas encuestadas en Ipar Euskal Herria ha dicho que le han amenazado con compartir en internet sus fotografías o vídeos de contenido sexual, mientras que ninguno de los encuestados varones ha mencionado esta situación.
En cuanto a la estrategia para responder a las violencias sufridas en redes, la primera opción para las jóvenes es pedir al agresor que pare. No obstante, llama la atención que, como segunda opción, las jóvenes de Hego Euskal Herria han afirmado que no hacen nada, cuando esa es la séptima opción entre las jóvenes del norte del país. Su segunda opción, por el contrario, es la de bloquear el perfil del agresor. La tercera opción, la de contarle lo que ha sucedido a un amigo o amiga, coincide en todos los territorios.
Percepción de los profesionales
Las personas implicadas en el proyecto Evolution diseñaron un cuestionario específico para los trabajadores y trabajadoras de sistemas de protección de menores. Tras exponerles las mismas situaciones, se les preguntó si creen que los jóvenes las sufren, las realizan o si, por el contrario, desconocen el dato.
Los resultados indican que los profesionales de Hego Euskal Herria como los de Ipar Euskal Herria, en general, desconocen en qué situaciones se encuentran involucrados los jóvenes integrados en sistemas asistenciales en entornos virtuales.
Además, las profesionales del sur del país perciben a las chicas con un mayor grado de vulnerabilidad que a los chicos, mientras que las y los profesionales del norte no perciben diferencias al respecto.
En referencia a la percepción de los profesionales respecto a su preparación para ayudar a las jóvenes en los contextos virtuales, se da un mayor grado de percepción en Hego Euskal Herria que en Ipar Euskal Herria, donde indican que se sienten «moderadamente preparados».

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