Real Madrid, Manchester United, Barcelona, Manchester otra vez, Sevilla… Si ya desde el parón navideño el calendario de la Real es un maratón agotador con partidos cada 3 o 4 días, lo que se viene ahora es una etapa pirenaica de la máxima exigencia con al menos cuatro puertos de categoría especial.

Es el precio a pagar –gustosamente– por mantenerse vivo en tres competiciones, algo de lo que muy pocos pueden presumir. Pero antes de comenzar con las primeras rampas tocaba enfrentarse al Leganés, con el objetivo de seguir enganchados a la pelea por regresar a Europa el año que viene. Una carrera en la que puede haber hasta ocho plazas con premio. 

Entre los numerosos cambios de Imanol respecto al pasado jueves ha destacado la presencia de Zakharyan entre los once elegidos. El ruso no era titular desde mayo del año pasado, ya que una lesión de tobillo de la que fue operado en pretemporada le ha tenido muchos meses en el dique seco.

Por lo demás, Remiro iba bajo palos, con Aramburu, el multiusos Aritz –por el castigado Zubeldia–, Aguerd y Javi López en defensa, Zubimendi en el mediocentro tras no jugar por sanción en Europa League, Marín completando la sala de máquinas; y Kubo, Sergio Gómez y Oskarsson en las posiciones atacantes.

Zakharyan exhibe su ‘Arsen-al’

No ha tardado demasiado la Real en abrir la lata, y el protagonista ha sido precisamente Zakharyan, quien ha recibido un balón en la corona del área, ha amartillado su pierna derecha y ha disparado duro lejos del alcance de Dmitrovic (1-0, 11’). Ya había tenido una de cabeza nada más comenzar; casi repite en el minuto 14 –pero el que fuera meta del Eibar ha desviado a córner–, y otra vez en el 19, esta vez con la zurda y ligeramente desviada. Todo un ‘Arsen-al’ de misiles.   

Como no todo podían ser buenas noticias, Aguerd se ha tenido que retirar a la media hora por unas molestias en el muslo derecho. En su lugar ha entrado Jon Martín, ya que el otro central zurdo, Pacheco, también está lesionado. No parecía grave, pero habrá que esperar al diagnóstico, porque vienen curvas y el marroquí es una pieza básica en la defensa. 

En la segunda mitad ha forzado una amarilla protestando desde el banquillo para completar ciclo y cumplir la sanción en el choque del domingo contra el Barcelona, lo que hace pensar que tampoco estará el miércoles ante el Real Madrid. También Kubo ha visto la quinta amarilla, con lo cual se afianza la sospecha de que en el partido de Montjuic van a descansar muchas piezas importantes.

Del ataque del Leganés no había noticias, pero al descanso lo corto de la renta impedía dar por zanjado el tema. En la reanudación, Zakharyan se ha quedado en el vestuario –el plan es ir sumando minutos poco a poco– y ha entrado Olasagasti.

Kubo, marca de la casa

Y solo ha tardado un par de minutos Kubo en traer la tranqulidad a Anoeta con una jugada marca de la casa. Caño a Cruz para entrar en el área, recorte a Alti hacia fuera y disparo con la zurda para anotar el segundo (2-0, 47’). Mientras ha estado en el campo el japonés ha vuelto loco al lateral diestro de los pepineros.

El Leganés ha podido reengancharse con su primer remate digno de tal nombre, un disparo raso de Raba con el interior de la zurda que buscaba el palo largo, pero ahí ha aparecido Remiro para sacar la manopla abajo y evitar el tanto.

En el 65, Oyarzabal y Barrenetxea han entrado por Oskarsson y Kubo. El islandés no ha podido mojar, pero ha estado trabajador en la presión y ha jugado bien de espaldas para sus compañeros.

Con el partido perdido, el Leganés, que ha dejado una imagen muy pobre, ha estirado algo las líneas. En vano, porque Olasagasti ha puesto la puntilla al enganchar una volea a la salida de un córner (3-0, 80'). Lo holgado del marcador ha permitido el debut liguero del canterano Luken Beitia, central de Elgoibar de 20 años que ya jugó en Copa ante el Jove Español y que ha entrado por Aritz Elustondo. Ha sido la guinda, misión cumplida y zurrón lleno.