«El matriotismo tiene claro que la columna vertebral de la nación es la lengua»
Júlia Ojeda Caba (Sant Celoni, Catalunya, 1994) es doctora en Literatura catalana e investigadora en la UOC. Colaboradora en distintos medios de comunicación catalanes y militante de Alhora, es una de las impulsoras del «matriotismo», un movimiento político que aúna el nacionalismo y el feminismo.

Júlia Ojeda, junto a Anna Punsoda y Marta Roqueta, es la editora de ‘Màtria o barbàrie’ (Angle Editorial, 2024), un compendio de 30 artículos escritos por mujeres de los Països Catalans nacidas entre 1980 y 2000 en pro de un feminismo nacionalista. El libro tiene su origen en el manifiesto ‘Per una nacionalisme feminista’, publicado el 8 de marzo de 2023 y escrito por la propia Ojeda, con Punsoda y Roqueta.
Inspiradas en las Primeras Jornadas Catalanas de la Mujer celebradas en 1976 en Barcelona, las editoras de ‘Màtria o barbàrie’ idearon un libro que reflexionara sobre temas como la educación, la economía, la salud, la lengua o la religión desde la diversidad territorial en un tiempo «post procés» en el que el independentismo catalán tiene que repensarse y refundarse. A este proyecto, basado en el nacionalismo catalán y el feminismo, le han llamado «matriotismo».
¿En qué momento nace la idea de escribir un libro sobre feminismo nacionalista?
En 2023, cuando estaba escribiendo mi tesis, dediqué uno de los capítulos al feminismo independentista catalán. Después de hablar con Anna Punsoda y Marta Roqueta, que trabajaban en el mismo ámbito que yo, decidimos escribir el manifiesto ‘Per un nacionalisme feminista’, sin saber muy bien dónde nos llevaría. Todo esto ocurre en el marco del «post procés», una guerra perdida por la represión. Pero nosotras no teníamos ganas de rendirnos, sino de pensar y revisar lo que no se había hecho bien. Así es como llegamos al 8 de marzo de 2023, con el manifiesto publicado en ocho medios distintos.
Un año después de que ‘Màtria o barbàrie’ viera la luz, ¿qué respuesta han recibido?
El libro ha tenido una buena acogida. Hemos tenido un año de muchas presentaciones y, de hecho, seguimos circulando, tanto por los Països Catalans como fuera. El pasado 24 de enero estuve en Donostia presentado el libro, y el diálogo con las matriotas vascas está siendo muy fructuoso.
«El matriotismo permite repensar los cimientos de la política misma; cualquier política no puede pensarse al margen de la vida»
En el libro reivindican la necesidad de un «feminismo propio». ¿Feminismo y nacionalismo van de la mano?
Insistimos en la idea de que el matriotismo no es un patriotismo a la inversa, sino que es una propuesta de país que permite repensar los cimientos de la política misma. Eso es precisamente lo que hace el feminismo, vincular vida y política. Entender que cualquier política, especialmente en las naciones ocupadas, no puede pensarse al margen de la vida, que es atravesada constantemente por la opresión del españolismo, pero también de la opresión patriarcal, que genera unas dinámicas concretas de las cuales los hombres independentistas catalanes pueden ser partícipes, al igual que las mujeres. Por tanto, ¿cuál es el sujeto del matriotismo? Los catalanes y las catalanas.
¿El procés ayudó a impulsar un feminismo nacionalista o fueron luchas separadas?
Durante el procés hubo algunos síntomas positivos, como las iniciativas de los colectivos Feministes per la Independència, Gatamaula o el libro ‘Torturades’ de Gemma Pasqual. Sin embargo, al mismo tiempo, el feminismo ha tenido un efecto españolizador, tanto por influencias como por la llegada física de militantes. Hay compañeras que me han comentado las dificultades que han tenido para mantener el catalán en sus espacios.
Nosotras nos dimos cuenta de ello y empezamos a ordenar el discurso sobre qué tenía que ser el matriotismo. Anna, Marta y yo podríamos haber escrito un libro a seis manos, porque es a lo que nos dedicamos, pero teníamos que ser más. Queríamos que ‘Màtria o barbàrie’ fuera una conversación abierta con el país y de ella salieran futuras líderes políticas y sindicales, intelectuales, conselleras o presidentas. El libro es una fotografía de esta generación de feministas y nacionalistas.
¿Por qué en Catalunya existe tanto reparo entre el independentismo de reivindicarse como «nacionalista»?
La respuesta rápida es porque somos unos acomplejados. Es el síntoma de que somos un país que no puede pensar en libertad. Prueba de ello es que, durante el «procés», se imaginaba una Catalunya «postnacionalista» y los «rufianistas» iban a evangelizar a los barrios de Barcelona en castellano. Como en Irlanda: un país sin lengua.
¿Qué papel otorgan a la lengua en este concepto de nación?
El matriotismo, inspirado en las feministas catalanas de los años 70, tiene muy claro que la columna vertebral de la nación es la lengua, de la misma forma que lo tenían claro Joan Fuster, Manuel de Pedrolo o Maria Aurèlia Capmany. Precisamente, Capmany tuvo un enfrentamiento con Lidia Falcón, cuando en las Primeras Jornadas Catalanas de la Mujer de 1976 le dijo que en ellas no se hablaría ninguna otra lengua que no fuera el catalán. Por tanto, no; no hay Països Catalans sin lengua. Somos catalanes porque hablamos catalán.
El procés supuso el salto de varias mujeres a la primera línea política. ¿Es esto una garantía de que se apliquen políticas feministas?
En Catalunya tenemos algo que en Euskal Herria todavía no existe: extrema derecha propia. Encima, liderada por una mujer [Sílvia Orriols], como en Italia, el Estado francés, Alemania… Y vamos a ir viendo como cada vez va a haber más mujeres. Porque una de las características es que hacen una instrumentalización del feminismo muy fuerte. Son Thatchers: hombres haciendo política con rostro de mujer. El matriotismo no quiere la masculinización de las mujeres en política; quiere mujeres fuertes, firmes y matriotas haciendo política. Y eso incluye no querer expulsar del país a los más débiles y vulnerables.
«El matriotismo no quiere la masculinización de las mujeres en política. E incluye no querer expulsar del país a los más débiles»
¿Es posible ser matriota sin ser de izquierdas?
Se puede ser matriota sin ser de izquierdas, pero no se puede ser matriota siendo xenófoba, porque las consignas de odio y reaccionarias van en contra de la libertad, y si van en contra de la libertad de ciudadanos concretos, también van en contra de la nación entera.
En nuestro libro han participado mujeres de todos los espectros políticos, vinculadas o no a los diferentes partidos catalanistas: Alhora, la CUP, Junts y ERC. Lo que teníamos claro es que no iba a haber nadie de Aliança Catalana. Ante la gente que quiere alzar muros y señalar los colores de piel, nosotras queremos un matriotismo donde todo el mundo que hable catalán y participe en el debate público forme parte del país.
En la presentación de Donostia mencionó que ‘Màtria o barbàrie’ es un libro optimista.
Absolutamente, porque el matriotismo es la luz del mundo, un espacio que camina hacia la esperanza. Después de una década de autoritarismo, colapso y reacción, lo que tenemos que hacer las feministas es resistir, como hemos hecho a lo largo de los últimos siglos. Hemos de garantizar la vida mientras todo se derrumba.

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