NAIZ

El Gobierno Aburto obvia el impacto negativo de la final de la Europa League

El Gobierno Aburto defiende la organización de grandes eventos como la final de la Europa League, por el retorno económico que, asegura, genera. Desde la oposición, EH Bildu y Elkarrekin denuncian que se obvie el impacto negativo, en ámbitos como el de la vivienda o la precariedad en el empleo.

Manifestación vecinal ante la casa consistorial para denunciar las afecciones que generó la final de la Europa League.
Manifestación vecinal ante la casa consistorial para denunciar las afecciones que generó la final de la Europa League. (Aritz Loiola | FOKU)

La organización de eventos como la final de la Europa League solo reporta beneficios para Bilbo, según los datos provisionales dados a conocer por el Gobierno municipal, que defiende que el retorno económico multiplica por diez la inversión. No piensa lo mismo la oposición, decepcionada por la «falta de profundidad» de las explicaciones, que demanda una reflexión acerca de la capacidad del Botxo para acoger eventos.

La concejala de Desarrollo Económico, Comercio, Turismo y Empleo, Kontxi Claver, ha comparecido este lunes en comisión, a petición de Elkarrekin, para informar sobre el impacto de la final de la Europa League en la villa. Según los datos provisionales, a la espera de los definitivos que se presentarán en octubre, «cada euro invertido por las instituciones –cuatro millones se gastaron de las arcas públicas– se ha multiplicado por más de diez».

«Supone una rentabilidad muy significativa tanto en términos de actividad económica inducida como de retorno fiscal, generación de empleo y dinamización de sectores como el turismo, la hostelería, el comercio o el transporte», ha sostenido la edil jeltzale.

Claver ha destacado que el 75% de las contrataciones vinculadas a la final se adjudicaron a firmas vascas, «lo que garantiza que una parte mayoritaria del beneficio económico se ha quedado» aquí.

El sector más beneficiado fue la hostelería, cuya actividad se disparó en un 70%. En el caso de Ametzola, donde se fijó la ‘fan zone’ del Tottenham aumento hasta el 300%, ha apuntado. Las zonas donde se incrementó la actividad económica, según los datos que maneja el Consistorio bilbaino, fueron Basurto, Casco Viejo, Uribarri, Indautxu, Abando y Bilbao la Vieja, que los ha definido como «barrios» cuando es donde se concentran la mayoría de los establecimientos de hostelería.

Para dar validez a esos y otros datos aportados, en sintonía con los ofrecidos por el alcalde y otros responsables institucionales, en una valoración de urgencia tras la final, Claver ha esgrimido una encuesta que asegura que el 92% de la ciudadanía de Bilbo quedó satisfecha por el evento.

Elkarrekin no ha ocultado su decepción por los datos ofrecidos, especialmente por lo que respecta al impacto económico real, así como la fiscalidad, sostenibilidad, calidad del empleo, impacto de género o modelo turístico. El concejal Xabi Jiménez se ha fijado en los gastos indirectos que generan estos grandes eventos en las arcas municipales.

«La UEFA no es una ONG»

«La UEFA no es una ONG ni una fundación sin ánimo de lucro. Es una entidad privada con intereses económicos y para cuya actividad se hace uso extraordinario de servicios que la ciudad tiene que poner para poder celebrar eventos de esta envergadura», ha manifestado Jiménez, incidiendo en la exención fiscal de la que ha disfrutado.

«El Gobierno no ha venido a rendir cuentas, ha venido a la comparecencia a vender la capacidad institucional de la ciudad para celebrar este tipo de eventos, cuestión que nosotras no ponemos en duda; pero lo que si queremos conocer con datos es saber si este tipo de eventos le son social y económicamente rentables a las vecinas y vecinos», ha señalado.

En esa misma línea, desde EH Bildu, Garazi Perea ha demandado una reflexión sobre qué eventos quiere acoger Bilbo. Del análisis del Gobierno municipal ha dicho que es autocomplaciente. «Solo nos vende las bondades de este y otros eventos de estas características, obviando que existe una cara B y unos efectos negativos en la ciudadanía», ha subrayado.

La soberanista de izquierda ha señalado, por ejemplo, el caso de comercios del Casco Viejo que cerraron sus puertas, pidiendo que se analice cómo impactan estos acontecimientos, como el que rodeó a esta final europea de fútbol, a los pequeños negocios.

Perea ha recordado el incremento «totalmente desproporcionado» en los precios de habitaciones de hoteles, hostales y pisos turísticos que supuso este evento. Además, ha denunciado que «numerosas viviendas pasaron a tener un uso turístico de manera irregular, encareciendo, aún más, el precio de la vivienda, y siendo así un negocio para unas pocas personas».

«Análisis parciales»

Por ello, ha defendido que «no basta con calcular el impacto económico de un proyecto si no se calcula también su impacto social». «Para realizar ese cálculo, es necesario tener en cuenta todas las variables de la manera más objetiva posible, sin caer en análisis parciales que están orientados muchas veces a justificar la propia organización del evento», ha indicado.

Perea ha dicho que «no se puede asumir que la llegada de grandes iniciativas a Bilbao sea siempre beneficiosa, pues eso sería caer en un enfoque irreal, poco fundamentado y peligroso. Y esa es la tendencia del Gobierno municipal, como se ha evidenciado en la comparecencia».

Así, la edil de EH Bildu ha apostado por «realizar un análisis cuidadoso, evaluar los resultados y buscar constantemente su mejora en beneficio de toda la comunidad», desarrollando la capacidad de elegir qué tipo eventos se atraen al Botxo.