Saneamiento de Bilbo, 14 años sin subida salarial y una red en situación «crítica»
La plantilla del servicio de saneamiento de Bilbo denuncia que lleva 14 años con el sueldo congelado y exige a Acciona un convenio digno y al Ayuntamiento que se implique. Además, alertan de la precaria situación en la que se encuentra la red debido a la mala gestión y la falta de medios.

El último pleno municipal del Ayuntamiento de Bilbo se vio sobresaltado cuando irrumpieron trabajadores del servicio de saneamiento. Querían dar a conocer al alcalde que llevan 14 años sin subida salarial, y denunciar la crítica situación que vive la red subterránea de aguas debido a la gestión de Acciona, adjudicataria del servicio desde 2024. Juan Mari Aburto, se negó a escuchar sus reclamaciones y ordenó a la Policía que los desalojara de inmediato.
Apenas estuvieron un minuto, pero, pese a la intransigencia del alcalde, lograron difundir parte de su mensaje, que encontró eco en las redes sociales: «Es inaudito que una empresa como Acciona se esté riendo de este Ayuntamiento. Se está llevando el dinero, se lo está llevando sin poner los medios, sin cumplir con el pliego», espetaron al alcalde.
Para conocer de primera mano la situación que denuncian los trabajadores y cuáles son sus demandas, NAIZ ha charlado con dos de los tres delegados sindicales: Joseba Gardeazabal, técnico que lleva 23 en el servicio de saneamiento y es delegado de riesgos laborales por ELA; y Arkaitz Ruiz, con casi 9 años como operario y es delgado sindical por CCOO. El tercero, David González (CCOO), no pudo asistir.
Un servicio trascendental, en manos de multinacionales
«Nuestro trabajo es prácticamente invisible, pero conlleva muchos riesgos», señala Ruiz. Y es que estamos hablando de una inmensa y compleja infraestructura que opera las 24 horas del día bajo los suelos de la capital vizcaína: 750 kilómetros de tuberías fecales y pluviales, 60 kilómetros de galerías, 60.000 arquetas y 38.000 sumideros. Una plantilla de alrededor de 35 trabajadores se encarga de la gestión, limpieza, mantenimiento y operación de esta red, además de intervenciones de emergencia y reparaciones puntuales, tareas que garantizan el correcto funcionamiento de un servicio esencial para unos 350.000 habitantes.

Como en la gran mayoría de servicios municipales, el Gobierno municipal externaliza su gestión a empresas privadas por grandes sumas de dinero. En este caso, hasta 2024, la adjudicataria fue Ansareo, quien se negó sistemáticamente a negociar una subida salarial, recurriendo, según los delegados sindicales, «incluso a chantajes».
Tras concluir la adjudicación, en 2024 fue Acciona quien se hizo con el servicio, con un contrato de 35 millones de euros en tres años prorrogables y prometiendo una gran modernización. Se trata del contrato más caro de la historia del servicio. Acciona es una multinacional española, bajo control de la familia Entrecanales, que cerró 2024 con un beneficio neto de 422 millones de euros.
Con la llegada de Acciona, los trabajadores esperaban abrir un nuevo ciclo de negociación, pero se volvieron a encontrar con la cerrazón de la empresa. Así, los trabajadores ya llevan 14 años sin ninguna subida salarial, «lo que supone una pérdida de más del 25% de poder adquisitivo». Sin embargo, en este último año la plantilla ha dado un golpe encima de la mesa, y no está dispuesta «a seguir pasando por el aro». «Esto ya no puede dilatarse más. No hay vuelta atrás», enfatizan Ruiz y Gardeazabal destacando la «unidad y voluntad» que hay entre los trabajadores para revertir la situación.
«Esto ya no puede dilatarse más. Acciona tiene que meterse la mano en el bolsillo si quiere solucionar el conflicto»
De hecho, señalan que ya han conseguido que la empresa se siente a negociar subidas salariales vinculadas al IPC, aunque, de momento, consideran que las ofertas de la dirección son «irrisorias». «Acciona tiene que ser consciente de que, si quiere poner solución a esto, se tiene que meterse la mano en el bolsillo y firmar un convenio digno», subraya Gardeazabal.
Falta de medios que ponen en jaque a la red
La segunda gran denuncia de la plantilla apunta directamente a la falta de medios materiales para poder llevar a cabo su trabajo. De hecho, acusan a Acciona de no estar cumpliendo los pliegos pactados con el Ayuntamiento. Algo, que para los sindicalistas es «inaudito», más aún «teniendo en cuenta que es el contrato más caro en la historia del Saneamiento de Bilbo».
La situación es «crítica». Según explican, antes de la llegada de Acciona, el servicio contaba con nueve camiones de limpieza, y ahora apenas disponen de cuatro. «Con nueve ya íbamos justos para cubrir una red tan amplia. Ahora, con cuatro, es imposible», denuncian, puntualizando que se han pasado un año trabajando con solo dos camiones, debido a averías. «La situación anterior no era la deseable, pero los nuevos han hecho buenos a los viejos, algo que parecía imposible», sentencian.
«La red no está preparada para una gran tormenta. En ese caso van a tener que venir empresas externas a ayudarnos»
Así, alertan que la red de saneamiento de Bilbo, en este momento, «no está preparado para recibir una gran tormenta». «No disponemos de los medios suficientes para hacer frente a lo que pueda pasar. El día que haya una buena tromba de agua van a tener que venir empresas externas a ayudarnos a desatascar la red», avisan los delegados sindicales.
Y es que la reducción de medios se traduce en un peor mantenimiento de la red. Según comentan, las labores de prevención en la red de alcantarillado han disminuido mucho y que su trabajo se ha vuelto más reactivo que preventivo. «Inspecciones que antes las hacíamos cada dos meses, ahora las hacemos cada dos años. Actuamos básicamente cuando la red se atasca», relatan.
Según destacan, las consecuencias ya se han hecho notar. La misma mañana de la entrevista habían tenido que intervenir en un atasco en la calle Correos, que se prolongó más de 700 metros por diferentes calles. «Cuando ocurre un atasco así, puede haber filtraciones en garajes y comercios. Es un problema que podría evitarse con una limpieza regular», lamenta Gardeazabal.
Aunque hay secciones construidas recientemente, parte de la infraestructura tiene más de un siglo, y los trabajadores alertan de que hay galerías derrumbadas.
Un perro robot que fue «un camelo»
Esta falta de medios que denuncian los trabajadores choca con la promesa de modernización con la que llegó Acciona. Concretamente, tal y como se puede leer en su propia página web, hablaba de «digitalizar el ciclo integral del agua, introduciendo diversas tecnologías 4.0». Y señalaba que la aplicación de estas «asegurará un servicio de operación y mantenimiento mucho más eficiente».

En diciembre de 2024, el Ayuntamiento y Acciona anunciaron orgullosamente la implementación de tecnologías de última generación, como drones y robots, para la revisión e inspección de las redes de saneamiento. Exhibieron un robot en forma de perro en la explanada donde está el famoso “Puppy” y aseguraron que estos equipos permitirían «mejorar la inspección y mantenimiento de las redes de saneamiento, reduciendo riesgos laborales y agilizando el proceso».
«Hemos llegado al punto de que hay trabajadores que se tienen que traer las linternas su casa»
Pero Ruiz y Gardeazabal aseguran que, un año después, el perro apenas ha salido a pasear. «Ha sido un camelo. Hicieron unas pruebas con él y no lo hemos vuelto a ver. Ahora dicen que como tiene unos sensores muy sensibles no se puede mojar, y por ello no puede entrar a la mayor parte del alcantarillado», relatan. «Desde Acciona, nos pidieron tiempo para implementar sus mejoras, pero la realidad es que ya llevan año y medio y tenemos muchos menos medios que antes. Hemos llegado al punto de que hay trabajadores que se tienen que traer las linternas su casa. Pedimos máscaras homologadas y Acciona nos dio mascarillas corrientes», concluyen.
En ese sentido, recuerdan la exposición al riesgo que asume la plantilla: «Hay galerías a las que tenemos que entrar reptando sobre aguas fecales, entre ratas, gases tóxicos y riesgo de derrumbes».
Dejadez institucional
Los trabajadores también hacen responsable de esta situación al Gobierno municipal, quien, a su juicio, «consiente todo esto y mira para otro lado». Aseguran que han intentado transmitir todo esto al área de Servicios del Ayuntamiento -Dirigida por Kepa Odriozola (PNV)- pero «no nos hacen caso». «Nos dijeron que las quejas las dirigiéramos a la empresa, que ellos hablaban directamente con la empresa y que no iban a hablar con nosotros», denuncia Gardeazabal.
«Es increíble. Yo me considero trabajador del Ayuntamiento de Bilbo, porque nuestro trabajo consiste en dar un servicio público a la ciudadanía bilbaina» señala Ruiz. «El Ayuntamiento se debería de preocupar por sus trabajadores y por la calidad del servicio que ofrece, pero parece que la igual. Le están dando un montón de dinero público a una empresa y luego no se preocupan de si se está cumpliendo lo acordado. Esta administración lo que peor hace es administrar», añaden los sindicalistas.
«Quiero pensar que, al menos, después del pleno haría alguna llamada para informarse de quiénes éramos y por qué estábamos ahí»
Respecto a la actitud de Aburto en el pleno, señalan que «fue lamentable». «Estamos intentando denunciar lo que está pasando con y no quiere ni escucharnos. Quiero pensar que, al menos, después del pleno haría alguna llamada para informarse de quiénes éramos y por qué estábamos ahí. Nos sentiríamos bastante agradecidos si alguien del Ayuntamiento mostrase algo de interés», comentan.

Pese a todo, los delegados sindicales se muestran optimistas. «Yo estoy seguro de que vamos a conseguir nuestro objetivo. No estamos pidiendo nada del otro mundo. Queremos trabajar y que le den el valor real al trabajo que hacemos», concluye Ruiz. Asimismo, señalan que continuarán con las movilizaciones y que aunque la huelga es su «último recurso» y agotarán todas las vías, están «dispuestos a todo».

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