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Relatos de torturas y hambre tras el canje de prisioneros en Palestina

El canje de 1.968 prisioneros palestinos por 24 israelíes (20 vivos) puso en marcha la primera fase del acuerdo de alto el fuego en Gaza y la entrada ahora en una etapa llena de incertidumbres. Los presos palestinos denunciaron torturas y malnutrición. Quedan más de 9.000, muchos sin cargos.

Israel liberó a 1.968 prisioneros palestinos a cambio de los 20 presos israelíes que la resistencia palestina había entregado a primera hora de la mañana, poniendo en marcha la primera parte del acuerdo de alto el fuego con Hamas. Israel había llegado a contar con la mayor cantidad de cautivos que nunca había apresado entre la población ocupada, y aún quedan en sus cárceles más de 9.000.

Entre las liberadas, unas 1.718 son personas capturadas durante los dos años de ofensiva contra Gaza y contra las que no se han presentado cargos ni tienen relación con los ataques de octubre de 2023. Muchos llevan encarcelados desde principios de la década de 2000, durante la Segunda Intifada.

De los 250 presos con cadenas perpetuas o de larga duración, ocho fueron llevados a Gaza; otros 154 fueron deportados a Egipto y los últimos 88, distribuidos entre Cisjordania y Jerusalén. 159 son militantes de Fatah, 63 de Hamas y el resto de otras facciones. 

Israel había excluido expresamente de la lista a una docena de prisioneros de más alto perfil político y con mayor apoyo entre la población palestina, como Marwan Barghouti (Fatah), Hassan Salameh (Hamas), Ahmed Saadat (FPLP) y Abbas Al-Sayyed (Hamas).

Miles de personas esperaban la llegada de los prisioneros en las afueras del Hospital Nasser de Jan Yunis. Cuando aparecieron los primeros cinco autobuses la multitud se agolpó contra los vehículos, entre aplausos y palmadas contra la chapa de estos. Los deportados a Egipto llegaron en tres autobuses y fueron recibidos por miembros de la embajada palestina antes de seguir su viaje   al exilio. En Ramala aguardaban familias que apenas supieron un día antes quiénes iban a ser liberados. Israel les había prohibido celebrar el reencuentro o manifestar alegría en público,  pero al llegar los autobuses, los congregados rompieron en lágrimas y gritos.

«Estoy feliz. La gente nos recibe con los brazos abiertos. La prisión fue realmente terrible, las condiciones pésimas, sobre todo en los últimos dos años», declaró Mohamed Ahmad al Jatib, condenado a 20 años.

El periodista Shadi Abu Seed hizo un desgarrador relato: «Pasé hambre los últimos dos años. No nos alimentaron. Nos mantuvieron desnudos. Nos golpeaban desnudos día y noche. Nos torturaron».

«Hasta nuestro último día, nos cortaron, nos golpearon y abusaron de nosotros. Sufrimos todo tipo de tortura, tanto emocional como física. Ni siquiera podíamos dormir. Nos amenazaron con nuestros hijos. Me dijeron que habían matado a mis hijos. Nos dijeron que Gaza estaba destruida. Llegué aquí y descubrí que todo había desaparecido. Parece el fin del mundo», añadió.

Desde el 7 de octubre, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, instauró una política de hambre contra los presos palestinos, limitando la comida que reciben, las duchas o cualquier asistencia médica. Esta política ha matado al menos a 77 presos desde entonces.

La madre de Musab Khwazeh, condenado a diez meses de prisión, se sorprendió de ver a su hijo en la lista. «Son arrestados injustamente. Son maltratados y torturados y algunos terminan confesando cosas que no han hecho, solo para que pare la tortura», denunció.

Hamas entrega 20 cautivos vivos y cuatro muertos

Hamas había entregado previamente a la Cruz Roja a los 20 prisioneros vivos que retenía. Lo hizo en dos grupos, sin ceremonias ni difusión pública, como se había comprometido en el acuerdo. La Cruz Roja los entregó luego el Ejército israelí, que los llevó a la base militar de Reim, donde se reunieron con sus familias. 

«La resistencia ha hecho todo lo que está en su mano para preservar la vida de estos prisioneros a pesar de los intentos del criminal de guerra de Netanyahu y de su Ejército terrorista de eliminarlos», señaló Hamas.
También entregó cuatro cadáveres de los cautivos muertos en su poder. Otros 24 cuerpos siguen aún en Gaza y se desconoce su paradero. En el acuerdo ya se negoció que  una entidad internacional participará en su búsqueda.

 

Familiares
La represión se extendió a las familias de los prisioneros, a las que intimidaron y amenazaron para impedirles organizar celebraciones o hacer declaraciones.  Fuerzas israelíes agredieron al hermano de Ayman al-Kurd, uno de los liberados, y le causaron fracturas tras asaltar su casa en Kafr Aqab, al norte de Jerusalén.

 

Al menos 27 muertos en choques con clanes

Tras el alto el fuego, fuerzas de Hamas se enfrentan ahora a  milicias locales a las que acusan de colaborar con Israel. «Estamos persiguiendo los vestigios de la ocupación y los mercenarios que colaboran con ella. Seguiremos hasta que se restaure la seguridad», señaló la fuerza policial de Hamas. El domingo se produjeron tiroteos en el barrio de Sabra de la ciudad de Gaza, en enfrentamientos con el clan Dogmush, al que residentes acusan de haber colaborado con el Ejército de Israel para enfrentarse a Hamas. Muchos de estos clanes fueron acusados de formar parte del sistema de saqueo de camiones con ayuda humanitaria que después era revendida a precios desorbitados. En los enfrentamientos del domingo murieron 27 personas, de ellas ocho miembros de Hamas. También murió el periodista Saleh Aljafarawi, que cubría los enfrentamientos. 

Además, el Ejército israelí mató a tres gazatíes cuando intentaban volver a sus hogares en las zonas bajo control militar de Israel.