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El golpe de Estado en Guinea-Bissau agrava la inestabilidad en el Sahel

El Ejército de Guinea-Bissau ha derrocado al presidente Sissoco Embaló y asumido todos los poderes del Estado, en un nuevo episodio de inestabilidad que se suma a los recientes golpes en Mali, Burkina Faso y Níger, profundizando la crisis política en el Sahel.

Un soldado patrulla una calle cercana al palacio presidencial
Un soldado patrulla una calle cercana al palacio presidencial (PATRICK MEINHARDT | AFP)

El Ejército de Guinea Bissau ha confirmado este miércoles un golpe de Estado y el derrocamiento del presidente, Umaro Sissoco Embaló, en medio de las tensiones por las elecciones generales celebradas del domingo, un proceso que ha declarado como «suspendido», poco después de que el mandatario denunciara que había sido detenido por militares en su oficina en el palacio presidencial.

El portavoz del Ejército, Dinis N'Tchama, ha indicado en un mensaje a la población retransmitido por la cadena de televisión pública, Televisão da Guiné-Bissau (TGB), que la asonada busca «restaurar la seguridad nacional y el orden público», antes de afirmar que la nueva Junta «asume todos los poderes del Estado».

El comunicado de N'Tchama ha llegado después de que varios vídeos publicados en redes sociales mostraran tiroteos en la capital, Bissau, sin que por ahora haya informaciones sobre víctimas.

El Sahel sacudido

Este nuevo golpe de Estado se suma a los tres previos —Mali, Burkina Faso y Níger— que consolidaron la expulsión del Estado francés en la región. Por si fuera poco, y al igual que en los países vecinos, será una Junta Militar la que, en principio, tome el control.

La región vive una sacudida en la que los antiguos gobiernos son derrocados y los nuevos no terminan de consolidar su poder en el territorio que dicen gobernar.