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Enrique Maya dice que «la postura del PSN de no pactar con Bildu es de alabar»

El alcalde de Iruñea, Enrique Maya, considera que lo sucedido el sábado en la constitución de los ayuntamiento navarros «ha tensado mucho» la relación entre Geroa Bai, PSN y EH Bildu y parece haber «complicado ese acuerdo a 23 votos que están buscando» para que en Nafarroa haya un gobierno alternativo a Navarra Suma.

Enrique Maya, tras ser nombrado alcalde de Iruñea. (AYUNTAMIENTO DE IRUÑEA)

En una entrevista concedida a Efe, Maya ha reconocido que lo sucedido en los ayuntamientos, sobre todo en el de Iruñea, ha confirmado lo que ya habían dicho tanto el PSN como Bildu y es que no se iban a apoyar entre ellos, «ambos han cumplido lo anunciado».

Esto hizo en el caso de Iruñea que la alcaldía fuera para Navarra Suma como la lista más votada y no un gobierno liderado por la segunda fuerza como era EH Bildu, y en otros como en Eguesibar, la postura del PSN hizo que Geroa Bai no obtuviera la alcaldía, ha apuntado Maya, quien ha opinado que eso «ha tensionado» las relaciones.

Al respecto ha sostenido que «la postura del PSN de no pactar con Bildu es de alabar», es, ha añadido, la que mantienen ellos también. «A ver si consiguen mantener el tirón hasta el final», ha puntualizado al respecto.

En su opinión, «está claro que solo hay dos opciones un acuerdo a cinco (PSN, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E) o no puede haber alternativa a Navarra Suma».

Legislatura «complicada»

Al no contar con mayoría absoluta, augura una legislatura «complicada» y con «mucho trabajo para intentar llegar a acuerdos en lo esencial», con el PSN como interlocutor «preferente», pero sin llegar a dar el paso de intentar conformar un equipo de gobierno.

Con el PSN, partido que hizo caso omiso a sus apelaciones al acuerdo, «no se dan las circunstancias» para conformar un equipo de gobierno, pero, puntualiza, «evidentemente es el interlocutor preferente».

En cuanto a Geroa Bai, asegura que intentarán llegar a acuerdos puntuales a nivel presupuestario y en todo lo relacionado con servicios, infraestructuras y obras para la ciudadanía.

«Con quien no me voy a sentar en el despacho para negociar es con EH Bildu por razones conocidas, aunque luego en el día a día municipal, en las distintas comisiones o plenos haya coincidencias, no voy a abrir con ellos una negociación», remarca.

En este proceso no estará acompañado solo por concejales de UPN, sino que también contará con Fernando Sesma (Cs) y Carmen Alba (PP), «dos más» de su grupo, dice, y con quienes tendrá la misma consideración a la hora de conformar áreas y concejalías. «Cuando decidimos ser una plataforma lo hicimos con todas sus consecuencias», afirma.

No obstante comenta que no son iguales, que tienen elementos que les diferencian y que cada uno buscará sus foros y lugares para trasladar sus ideas como partido. «De momento la relación es superfluida, muy cordial, no está habiendo ningún problema», indica.

Cuestionado por el hecho de que sus socios estén llegando a acuerdos con Vox en otros consistorios, el regionalista subraya que su partido ya dijo que «en el caso de que hubiese representación de Vox tanto en el Parlamento como el Ayuntamiento no iba a haber acuerdos de gobiernos» con ellos.

En este contexto, uno de sus objetivos es que «nos dejemos ya de cosas que no afectan al día a día de la gente y poner el punto de mira en las cosas que le importan: limpieza, mantenimiento, escuelas infantiles, que funcionen mejor los civivox, que haya buenas infraestructuras, buen ambiente, libertad y tranquilidad».

«Eso es lo que entiendo por devolver la normalidad» a la ciudad, señala al ser cuestionado por unas de sus primeras declaraciones tras ganar las elecciones, en las que hizo alusión a la formación de un gobierno de personas «normales», unas palabras que ha matizado, señalando que hacía referencia al «concepto de normalidad como cumplimiento de normas, reglas y leyes».

«Es obvio y el que me conoce lo sabe de sobra que no hay evidentemente ninguna referencia personal y si a alguno ha podido molestar, pido disculpas y lo rectifico», manifiesta.

Entre sus prioridades figura el «hacer de Pamplona una ciudad donde sea más fácil montar un negocio», lo que implica «más agilidad, modificar tasas e impuestos y hacer más atractiva la ciudad para los inversores, también con mejores servicios, mejores escuelas infantiles y mejores parques». Eso llevará a generar «más ingresos por impuestos» que se podrán derivar a políticas sociales, añade.

Como un «objetivo irrenunciable» defiende la «cohesión social, que todos los barrios tengan una calidad de vida similar». Y en esa línea, la actuación en Arrosadia es «absolutamente prioritaria» y para ello cuentan con «buen plan» que tendrá continuidad, e igualmente es una «prioridad» Etxabakoitz, vinculado al tren de la alta velocidad.

Los sanfermines y el Camino de Santiago, un «lujo» para la ciudad, figuran entre las cuestiones a las que quieren dar «impulso», recuperando en ambos casos el «carácter más cultural». Respecto al último barajan «una especie de Compostela de oro» para todo el que llegue a Santiago después de haber pasado por Iruñea.

La «libertad y la seguridad» son otros factores «clave» para Maya, quien lamenta que «sigue habiendo presión para quienes no piensan como algunos quieren» y quien avanza que trabajarán para que la Policía Municipal «esté dotada como corresponde».

Reforzar la pasarela del Labrit

Entre los proyectos que han generado polémica esta legislatura figura la pasarela del Labrit, sobre la que indica que su objetivo es «reforzar lo que haya que reforzar, mejorar lo que haya que mejorar, mantenerla y abrirla al público en cuanto sea posible».

Sobre el plan de amabilización, señala que lo «más inmediato es analizar el expediente de contratación de la consolidación para ver si es posible jurídicamente su paralización». Como acciones prioritarias cita la reapertura de la calle Padre Moret, precisando que no van a devolver el tráfico a José Alonso.

Apunta que en Alde Zaharra retomarán los tres circuitos previstos de los años 80, dando prioridad al acceso de Recoletas a la plaza de la O y estudiando el caso de la calle Nueva «que invita a correr».

Y el Monumento a Los Caídos «no se va a derribar», asegura Maya, quien indica que de entre las propuestas que tienen sobre la mesa valorarán la que quieren que «se acabe ejecutando algún día». Su apuesta es por un «edificio con memoria, pero no solo para la memoria».