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Aretha Franklin: la hija del predicador

Mikel Insausti, crítico de GARA. (Gorka RUBIO/ARGAZKI PRESS)

El cine ha obrado el milagro de mantener viva la prodigiosa voz de Aretha Franklin, recuperando una película que permanecía inédita. ‘Amanzing Grace’ (1972-2018) conecta con los orígenes profundos de la reina del soul, que fueron al igual que los de otras tantas vocalistas afroamericanas en los coros de las iglesias. Comenzó cantando góspel con sus hermanas en la iglesia bautista New Bethel de Detroit, en la que su padre Clarence LeVaughn Franklin era predicador. Allí conoció a las grandes, a Mahalia Jackson y a Clara Ward, que eran amigas de la familia. Pero las cualidades de la soprano, pianista y compositora eran tales que para los 18 años ya firmaba su primer contrato profesional con Columbia Records, pasándose pronto a Atlantic, sello puntero en el que grabaría precisamente su álbum ‘Amazing Grace’ (1972).

Aunque Aretha es todo un símbolo para la liberación de las mujeres afroamericanas, con la canción ‘Respect’ (1967) elevada a la categoría de su himno, no es menos cierto que Lady Soul cuando cantaba temas religiosos se superaba y enloquecía a sus hermanos y hermanas. Por eso la emoción catárquica que transmite el concierto filmado por Sidney Pollack hace casi cincuenta años en la iglesia New Temple de Los Angeles no se puede comparar con nada.

El fallo de Sidney Pollack fue que no sincronizó el sonido y la imagen de la filmación, y de ahí el tiempo que ha transcurrido hasta poder encontrar una solución técnica. El cineasta registró más de veinte horas en dos días de recital, que ahora quedan inmortalizadas en un montaje único. Lo cierto es que se podía haber estrenado antes, pero Aretha Fraklin se opuso por motivos seguramente espirituales, debido a que el reverendo James Cleveland, que oficio el evento, mantenía que se trataba antes que nada de un acto religioso.