«La sensación es que no nos hacen test por miedo al resultado y sus consecuencias»
Pese a lo ordenado por el TSJPV y lo proclamado desde Lakua, buena parte de la plantilla de Osakidetza sigue sin haber sido sometida a test para saber si tienen o no coronavirus. Ocurre con Igor, un celador de Ezkerraldea que ha trasmitido a NAIZ la realidad de su centro y la percepción de quienes allí trabajan.
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La semana pasada, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ordenó a Osakidetza realizar de forma «inmediata» test de Covid-19 a toda la plantilla, en un auto en el que consideraba «insuficiente» que se hagan pruebas únicamente a aquellos profesionales que presentan síntomas compatibles con el coronavirus. El tribunal respondía así a una demanda presentada por CCOO el 17 de abril, y mandaba un mensaje imperativo al servicio vasco de salud.
Sin embargo, Igor, un celador que trabaja en un centro sanitario de Ezkerraldea, indica a NAIZ que ni a él ni a sus compañeros y compañeras las han hecho test. Ni saben cuándo se les va a hacer, si acaban haciéndoselo. Y eso que, según expone, «en este ambulatorio la sensación es que muchos de nosotros hemos pasado el virus, porque en algún momento hemos tenido síntomas». Admite que es un sentimiento muy subjetivo, y que puede haber cierta hipocondría, pero se limita a transmitir la percepción que comparten muchos de ellos.
Y lo mismo ocurre con los test. Preguntado al respecto, señala que «parece que se están racionando», y expone dos posibles motivos. Por un lado, «que no hay los suficientes, no hay para todos», algo que es probable y frente a la que, cuando se le pregunta por los test de la UPV, no puede evitar mostrarse «estupefacto» y enfadado. «No se entiende». Se defiere al desdén con el que han sido acogidos desde el Gobierno de Lakua.
Pero por otro lado, Igor apunta también otra posibilidad que está tomando cuerpo en el seno de la plantilla: «Es una idea muy compartida que no nos hacen los test por miedo al resultado. Porque imaginemos que mucha gente da, o damos, positivo… el marrón es enorme. Si tienes que mandar a casa al 20% o al 30% de la plantilla pones en un brete el propio funcionamiento del centro». Y por eso, opinan, no les hacen test a todos.
«Lo que todo el mundo comparte es que hay muchos más casos de los que se dicen –oficialmente ha habido dos positivos por coronavirus entre los profesionales sanitarios en ese centro–, sin síntomas o con síntomas leves, y que no se hace la prueba a todo el mundo porque el resultado podría ser escandaloso», insiste.
«Hay mucho desbarajuste»
Por supuesto, nadie les ha dicho, ni les va a decir jamás, que eso sea así, pero es una sensación muy asentada, como la de que «hay mucha confusión y no se aprecia una línea de actuación clara». Se refiere a las directrices que llegan «desde arriba». «No hay sensación de abandono, no la ha habido, pero sí de desbarajuste», un «a ver con qué nos vienen estos ahora».
Sobre el estado de ánimo que hay en el ambulatorio, este celador señala que «por supuesto, esto no se puede comparar con lo que hay en un hospital», pero sí que ha existido «bastante preocupación». Y sigue habiéndola, pero matiza que con el tiempo se ha pasado a un sentimiento «de resignación, y también un poco de cinismo». Y junto a ello, apunta, «hay tensión». No tanto entre los trabajadores y trabajadoras del centro, donde según dice «la relación es buena, también con los responsables, y se agradece», sino como algo latente, que lo envuelve todo.
Una tensión que va a ser difícil sacudirse en el conjunto de la sociedad, pero sobre todo entre quienes llevan semanas trabajando en unas condiciones inimaginables hace dos meses, hace un mundo.