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‪El Sotosalbos de Cantó no cuela‬

El saltimbanqui de la política española Toni Cantó lo tiene crudo para poder ser elegido en las elecciones de Madrid después de no haya colado su empadronamiento. Su caso recuerda al de Javier Maroto, al que sí le salió bien la jugada de inscribirse en Sotosalbos para ser senador autonómico.

Imagen de la época en la que Toni Cantó militaba en la UPyD de Rosa Díez antes de pasarse a Ciudadanos y finalmente llegar al PP en todo un alarde de funambulismo político. (AFP)

A Toni Cantó, el particular cambiacamisas de la política española que va de partido a partido, por el momento no le ha salido bien su particular ‘Sotosalbos’, es decir, corregir a prisa y corriendo de lugar de empadronamiento para poder seguir viviendo de la cosa pública.

Aunque el también actor había llegado a interpretar el papel de San Pedro y sus tres negaciones, al renegar de la formación naranja, de su escaño y hasta de la misma política, Cantó decidió seguir agotando sus ‘siete vidas’ y, tras su paso por UPyD y Ciudadanos, no tuvo problemas en cambiar de nuevo de chaqueta para incorporarse a la lista electoral de la pepera Isabel Díaz Ayuso de cara a las elecciones en la Comunidad de Madrid del próximo 4 de mayo.

Para ello, debía renegar de esa Valencia natal que juró defender a capa y espada, y empadronarse en Madrid para poder formar parte de la plancha del PP. Y sin perder la sonrisa, también mutó esta particular piel, pero lo hizo demasiado tarde. Cantó realizó ese trámite el 22 de marzo, pero para poder ser elegido tendría que haberlo hecho para el 1 de enero de 2021, según establece la legislación vigente teniendo en cuenta los plazos electorales.

Así se lo ha recordado el fallo del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 5 de Madrid, conocido ayer y en el que tribunal dictamina excluirle de la lista al considerarlo «inelegible» por no estar inscrito en el censo electoral vigente, tras una denuncia del PSOE.

Cantó lo fiaba todo a su condición de vecindad administrativa de ciudadano de la Comunidad de Madrid, pero el tribunal le dice que no cuela y que «la Ley Autonómica 11/1986, de 16 de diciembre, dispone en su artículo 2 que para el ejercicio del derecho de sufragio es indispensable la inscripción en el Censo Electoral vigente». Además, en su artículo 3 se recoge que «serán elegibles los ciudadanos que posean la condición de elector, que no estén incursos en causa de inelegibilidad».

Por lo tanto, se especifica que para poder ser candidato ha de reunirse la condición de elector, es decir, que se esté inscrito en el censo electoral «vigente», en este caso el del 1 de enero de 2021.

El PP está por la labor de seguir contando en su lista con Cantó y ha anunciado recurso ante el Tribunal Constitucional español, que tendría tres días para deliberar sobre la impugnación.

De todo modos, Ayuso ya está poniendo la venda antes de que se abra más la herida y ha asegurado que apañará algún cargo al inconstante político, aunque no vaya en la plancha electoral.

Por su parte, el propio interesado se ha puesto melodramático y ha asegurado que aunque no esté en la candidatura encabezada por Isabel Díaz Ayuso, se dejará «hasta el último aliento por la libertad».

Mal aprendiz de Maroto

Las circunstancias de Toni Cantó tienen que estar despertando unos personalísimos recuerdos en el también pepero Javier Maroto, quien sí estuvo más hábil a la hora de garantizarse un puesto público cambiando de empadronamiento.

Aunque hay diferencias entre las circunstancias de ambos políticos de derechas, la esencia es la misma, ya que si Cantó renunció a su querida Valencia para buscarse las lentejas en Madrid, el exalcalde de Gasteiz no tuvo ningún empacho en empadronarse en Sotosalbos, provincia de Segovia, para poder ser designado senador autonómico por Castilla y León.

De esa manera, la dirección del PP buscaba acomodo a Maroto después de que se hubiera quedado sin el escaño de diputado por Araba tras las elecciones estatales del 28 de abril de 2019. Así logró un puesto a dedo, algo que también le puede terminar ocurriendo a la postre a su fracasado aprendiz, si el resultado electoral en Madrid y Ayuso así lo disponen.

Lo cierto es que el político ‘neosegoviano’ lo tenía más fácil de Cantó, ya que en su caso no influían los plazos en el cambio de residencia, algo que, de momento, esta lastrando al gran superviviente de la política.