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La selección argentina queda fuera del Mundial de baloncesto por primera vez en 40 años

El combinado albiceleste que dirige el exbaskonista Pablo Prigioni ha sucumbido a la tormenta perfecta de haber perdido por 75-79 ante la República Dominicana y la victoria de Brasil por 83-76 frente a los Estados Unidos en la última jornada de las «Ventanas FIBA».

El gran partido de Deck no logra clasificar a Argentina para el Mundial de agosto. (@FIBABASKETBALL)

La selección masculina de Argetina fue el primer campeón mundial de baloncesto allá por el año 1950. En el año 2002 fue el primer seleccionado capaz de derrotar a un combinado de los Estados Unidos compuesto por jugadores de la NBA y solo la combinación de la lesión de tobillo de Manu Ginóbili en semifinales y un arbitraje atroz en la final ante Yugoslavia –nomenclatura que mantenía consigo el combinado de Serbia y Montenegro– impidió que se llevase una medalla de oro que a pesar de todo se dirimió en la prórroga. Mientras, en 2019 volvió al pódium después de que, bajo el amparo de Luis Scola, la albiceleste derrotara a Serbia en cuartos de final y a Francia en semifinales, para conquistar la plata en su finalísima ante España. «Nadie odia perder más que yo, pero hoy no perdimos el oro, sino que ganamos la plata», confirmó el seleccionador argentino de aquel momento, Sergio «El Oveja» Hernández.

Pero después del pasado fin de semana, el combinado sudamericano no podrá defender la medalla conquistada cuatro años atrás en el Mundial de este año 2023 que, entre el 25 agosto y el 10 de septiembre, tendrá lugar en Filipinas, Japón e Indonesia, después de haber quedado eliminado en la clasificatoria americana de las «Ventanas FIBA». Un Mundial que, curiosamente, viene apadrinado por el argentino Luis Scola, junto con Pau Gasol y Carmelo Anthony.

La selección de Argentina se perderá su primer mundial por primera vez desde Cali 1982, luego de haber quedado en octava plaza de las clasificatoria americana, con boleto mundialista para los siete primeros. Es decir, la clasificatoria estaba dispuesta en dos grupos de seis selecciones, clasificándose los tres primeros de los dos grupos y el que mejor balance de victorias y derrotas –o, en caso de empate, mejor basket average– presentara entre los dos cuartos clasificados.

El resultado final

En ese orden, Canadá, República Dominicana, Estados Unidos, Puerto Rico, Venezuela, México y Brasil son los siete clasificados, después de que se desatase la tormenta perfecta sobre la albiceleste en la última jornada de las «Ventanas FIBA».

Argentina, con jugadores como Campazzo, Deck, Bolmaro, Brussino, Laprovittola o Garino en su seno –varios de ellos llegando al Polideportivo Islas Malvinas de Mar del Plata tras un vuelo transoceánico luego de culminar sus compromisos de Euroliga– cedía por 75-79 ante la República Dominicana, un encuentro que los dirigidos por el exbaskonista Pablo Prigioni controlaban por 64-54 al final del tercer cuarto, después de haber dispuesto de hasta 17 tantos de renta, pero que se les arruinó con un parcial final de 11-25, con el jugador del Betis Jean Montero anotando 22 puntos para culminar la remontada.

Pero la mentada «tormenta perfecta» no solo se desataba en Mar del Plata, sino también en el «Ginásio Poliesportivo Arnao» de Santa Cruz do Sul, donde la Brasil de Marcelinho Huertas, Bruno Caboclo o Yago Santos derrotaba por 83-76 a una versión Z del combinado de los Estados Unidos, con 21 puntos y 8 rebotes de Caboclo, 17 tantos y 8 asistencias de Yago Santos, con un 10 de 20 en triples ante un combinado estadounidense que pagó con derrota su 5 de 17 en tiros libres.

Brasil y Argentina, los dos grandes referentes de América Latina en el Basquetbol, quedaban en cuarta plaza en sus respectivos grupos, ambos empatados con un balance de 8-4, pero el basket average general –+175 frente a +79– beneficiaba a la «verde-amarelha» y por ende, los entrenados por Gustavo Conti obtenían el último boleto a la cita mundialista.

El «Che» García, de despedido a verdugo

Si las circunstancias de la eliminación argentina ya han tenido de por sí un poso la mar de doloroso, tanto por la inesperada remontada dominicana como por la clasificación «brazuca» como mejor cuarto clasificado, el batacazo de la albiceleste ha tenido en el seleccionador dominicano, el argentino Néstor «Che» García un inesperado protagonista. No solo por haber sido alzado a hombros por sus jugadores luego del partido –la República Dominicana partía empatada con Argentina con un balance de 8-3 y un average general de +121, por lo que la derrota bien le hubiera podido costar quedarse fuera del Mundial, por lo que es lógica la euforia caribeña– en territorio argentino, sino porque el «Che» García fue en un principio el seleccionador de Argentina en estas «Ventanas FIBA» hasta que su comportamiento provocó que la Confederación Argentina de Basquetbol –CAB– lo destituyera por su errático comportamiento.

El despido se acabó maquillando por una «cuestión de salud», pero la «conducta poco profesional» del técnico argentino pesaba en exceso. De hecho, el diario argentino Clarín citaba a principios de septiembre, cuando se conoció el despido de García que «la enumeración por parte de fuentes cercanas sobre el día a día del entrenador incluyen conductas inapropiadas en el hotel a la vista de los basquetbolistas, la ausencia en un entrenamiento y el método no habitual que eligió para dirigir el último partido y la sospecha de que muchas noches dejaba la concentración».

«El comportamiento del entrenador en los tiempos muertos, algunas equivocaciones y hasta olvidos que generaron un cortocircuito con los jugadores», añadía el citado medio, al punto de que después de batir a las Bahamas por 95-77. «Hubo una reunión entre los referentes del plantel y el Che García –concluía Clarín–, los deportistas pusieron sobre la mesa lo que sentían y el entrenador entendió que el ciclo estaba terminado y lo confirmó cuando recibió el llamado del presidente de la CAB, Fabián Borro».

Pues bien, el «Che» García tardaba tres semanas en asumir las riendas del seleccionado dominicano, mientras que Pablo Prigioni, que por otro lado ocupa el cargo de entrenador asistente de los Minnesota Timberwolves de la NBA, ocupaba el puesto vacante como seleccionador argentino.

El primer duelo de Prigioni al frente de la albiceleste fue en la «Ventana» de noviembre, con una derrota por 80-69 precisamente ante la República Dominicana en suelo caribeño, seguido de un apurado triunfo por 76-80 ante Bahamas.

Con la «Ventana» en las narices

Restaba la «Ventana» de febrero y el triunfo por 83-72 –aún sin Deck ni Laprovittola– ante Canadá –ya clasificada y que ha llevado una versión muy menor de su potencial– dejaba la clasificación a su alcance, con un buen partido del último superviviente de la Generación Dorada, Carlos Delfino. Pese al cansancio del vuelo transatlántico, llegaron los jugadores de la Euroliga para el partido final y durante más de dos cuartos y medio dominaron el partido, al punto de tener 17 puntos de ventaja y la clasificación virtualmente en el bolsillo, con el madridista Gabriel dominando a placer –el «Tortuga» anotaría 27 puntos–.

Pero entre que la gasolina se agotó, que los Andrés Feliz y Jean Montero empezaron a meterlas de tres y que se bloqueó el equipo de Pablo Prigioni, las huestes del «Che» García remontaban, con el añadido de que Brasil, cuyo talento en esto del basquetbol para meter la pata ha sido tan proverbial como sus inesperados triunfos, por una vez cumplía con su cometido. Y el «Che», para más inri, salía a hombros y glorificado por sus jugadores, en un pesadillesco y cruel fin de fiesta.

La plata del Mundial de 2019 y el digno desempeño en los Juegos Olímpicos de Tokio auguraban una transición menos abrupta de Argentina tras el adiós de su Generación Dorada. Por desgracia, aunque hoy es verano en el Cono Sur, la albiceleste deberá afrontar el Mundial de los meses de agosto y septiembre sumido en un crudo invierno.