Iruñea atenderá durante todo el día, no solo por la noche, a las personas sin hogar
El Ayuntamiento de Iruñea ofrecerá alojamiento durante todo el día a personas sin hogar en las 165 plazas previstas durante la campaña de frío, 30 más que el año anterior, según han anunciado el concejal delegado de Acción Social, Txema Mauleón, y el director del área, Rubén Unanua.
Durante todo el día y no solo por la noche, atenderá el Ayuntamiento de Iruñea a las personas sin hogar durante la campaña de frío, para lo que cuenta con 165 plazas.
A partir del 1 de noviembre y hasta el 31 de marzo, Iruñea activará su protocolo de ola de frío cuando la sensación térmica baje de 3 grados o existan condiciones climatológicas adversas como lluvia muy intensa o nieve. También cuando la sensación térmica a la hora de la salida del recurso sea igual o inferior a 3 grados, y la sensación térmica máxima durante el día no supere los 8 grados.
Se atenderá durante todo el día, y no solo por la noche como hasta ahora, tanto a las personas con residencia constatada en la ciudad durante más de un año como a personas itinerantes, pudiendo optar en este segundo caso a tres días de alojamiento en condiciones normales y a seis cuando esté activado el protocolo de ola de frío.
Unanua ha puesto en valor que se pasa «de un modelo de albergue nocturno hacia la vivienda como eje para ir desarrollando itinerarios de intervención individualizados con el objetivo de que las personas sin hogar vayan llegando a espacios más favorables para desarrollar la autonomía».
Además, ha indicado que se mejora el concepto de intimidad con habitaciones individuales en viviendas y habitaciones de un máximo de tres personas en hoteles y pensiones. En el albergue de Jesús y María, sí tendrán que compartir habitación un volumen amplio de personas, pero «se va a trabajar en que sea un grupo compatible», ha asegurado.
Se busca también facilitar la salida de situaciones más cronificadas, pues «los modelos basados en albergues son eficaces en atención a personas que llevan poco en la calle», pero para un perfil más tradicional de personas en situación irregular, «es más difícil poder apuntalar itinerarios de forma que no se produzca una puerta giratoria».
El Ayuntamiento cuenta con 58 plazas en el Centro de Atención a Personas Sin Hogar, 28 habilitadas en un ala del albergue Jesús y María, 30 en viviendas gestionadas por el programa Etxe Bat–Un hogar, 14 en pensiones y 35 para familias, estas últimas tanto en pensiones como en viviendas municipales. A estos recursos se sumarán otros en días específicos de frío extremo o en días de activación del protocolo de ola de frío.
Una ciudad «más solidaria y comprometida»
El concejal delegado de Acción Social ha destacado la implicación en esta materia del Consistorio, que de un albergue con 50 plazas como recurso estable durante todo el año, tiene previsto pasar el próximo año a 117 plazas gracias al desarrollo de una política activa de rehabilitación de vivienda.
«La apuesta es por hacer una Pamplona más solidaria y comprometida con las personas más vulnerables, siempre en la medida de nuestras posibilidades», ha señalado dejando claro que «estamos ante un problema global al que no se le puede dar una solución definitiva desde el ámbito local» y abogando por un pacto de Estado en esta materia.
En la actualidad, ha asegurado, Iruñea está asistiendo a un «efecto expulsión» con personas que «referencian que vienen de otras ciudades y comunidades donde no han encontrado ningún tipo de dispositivo de ayuda», principalmente de las grandes ciudades.
Si hace unos meses el perfil de estas personas era de gente joven, se le suman ahora familias con menores que están llegando sin soporte, ha indicado el concejal, dejando claro que esta realidad es mínima, puesto que en el último año hubo en Nafarroa un saldo migratorio de 9.000 personas y «la inmensa mayoría se han integrado sin tener que recurrir a servicios de sinhogarismo».
Por su parte, el director del área ha indicado que desde el equipo de calle se realiza también un constante mapeo de las personas sin hogar en la ciudad, derivándolas a los recursos a los que puedan acceder. Personas a las que se les atiende desde las particularidades propias y no por grupos establecidos en zonas concretas.