Miles de voces reivindican en las calles de Bilbo el derecho universal a la vivienda
Miles de personas se han movilizado en Bilbo contra el negocio de la vivienda. Los colectivos convocantes llaman a construir un «movimiento amplio» por el derecho universal a un techo y a tomar medidas a costa de quienes no dejan de enriquecerse mientras la mayoría trabajadora se empobrece.
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Miles de personas se han manifestado este sábado al mediodía en Bilbo en defensa del derecho a la vivienda y en contra del negocio que lo rodea. Los sindicatos de vivienda de Euskal Herria, convocantes de la movilización, han llamado a construir un «movimiento amplio» que tenga como objetivo garantizar el derecho universal a la vivienda.
Tras una pancarta con el lema ‘Etxebizitza eskubidea bermatu, negozioari ez’, miles de personas, en su mayoría jóvenes, han marchado desde la plaza Elíptica hasta la del Arriaga para demandar que se deje de alimentar el negocio de la vivienda, que beneficia a las constructoras y la banca mientras empobrece aún más a la clase trabajadora, y se garantice el acceso universal a un techo.
Desde que la manifestación ha arrancado en pleno corazón de Bilbo no han cesado de corear consignas como «zuen aberastasuna gure miseria», «rentistas y empresarios se llevan mi salario», «etxebizitza ez da negozioa», «no hay derecho a no tener techo», «borroka da bide bakarra» o «instituzioen fartsari aurre egin».
Además, a lo largo del recorrido, se han ido denunciando distintos aspectos relacionados con el objetivo de la movilización, apoyada por más de 200 agentes sociales y sindicales del país. Ante la subdelegación del Gobierno español, por ejemplo, lo han hecho contra la Ley de Vivienda, que han tachado de «farsa», y más adelante, se ha señalado la responsabilidad de los bancos en los desahucios o cómo las instituciones son las causantes de la situación que viven miles de personas al no poder acceder a un alquiler; los afectados de Escalerillas han protestado por la intención del Puerto de Pasaia de dejarles sin casa; se ha criticado el racismo inmobiliario; o cómo negocios hoteleros fruto de la turistificación que vive el Botxo financian el genocidio palestino.
Muchos de esos sectores más vulnerables –como la juventud, migrantes y mujeres– han explicado a la conclusión de la marcha la realidad a la que se exponen a diario y la necesidad de cambiarla. Además de las intervenciones, Aroa Arrizubieta, la vigente campeona de bertsolaris de Araba, ha cantado un bertso con respecto al derecho a la vivienda.
El negocio es el problema
En ese acto que ha puesto broche a la movilización, los sindicatos de vivienda han insistido en que no es un problema de oferta, sino del beneficio que se genera en torno a un derecho básico, donde las soluciones que impulsa la clase política atienden a los intereses del negocio inmobiliario. «No se trata de un problema coyuntural, de un error momentáneo del sistema fruto de la avaricia de unos pocos especuladores. En una sociedad basada en el beneficio y la propiedad privada, una parte de la población siempre estará sistemáticamente excluida», han sostenido.
Han advertido de que las propuestas políticas basadas en la falta de oferta, no hacen más que garantizar que se adopten medidas para asegurar las inversiones, no el derecho de la mayoría social. Han citado el caso del capítulo destinado a vivienda en el proyecto de presupuestos del Ejecutivo de Lakua que, según han denunciado, «va a acabar en los bolsillos de empresarios, especuladores y arrendatarios» mientras se producen «recortes brutales en los sectores más empobrecidos».
De la Ley de Vivienda, han dicho que «ni baja los precios ni suspende los desahucios». «Poner un límite a la subida no es bajar los precios, es subirlos más despacio. Y proclamar que se han prohibido los desahucios mientras se siguen ejecutando, no es una mejora, es ocultar el problema y desmovilizar a la gente», han asegurado.
Los sindicatos de viviendas de Euskal Herria han llamado a articular un «movimiento amplio», conscientes de que detrás del problema de la vivienda está la necesidad de trabajar por «una transformación profunda de la sociedad». «Un movimiento –han apuntado– que no compre el discurso de quienes nos dicen que esto es lo que hay, que la única política en materia de vivienda es la política de mercado».
«Si hay que tomar medidas de urgencia, que no sea engordando los bolsillos de los especuladores, sino rascando esos mismos bolsillos. Si hay que poner parches, si hay que aplicar medidas paliativas, que se haga atacando la ganancia; quitando a quién más tiene para dar a quién peor está, porque quién más posee, lo posee a costa de la miseria de miles de trabajadores», han añadido.
Para estos colectivos no hay que «caer en los discursos cortoplacistas» y hay que mirar más allá, «hacia una solución total y permanente del problema», que requiere de una «transformación profunda de la sociedad».