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«Demar», un tío normal dejará el fútbol

(Aritz Loiola | FOKU)

En este mundillo del fútbol profesional parece que los futbolistas cada vez se están convirtiendo más casquivanos con sus millones de euros en la cuenta y sus redes sociales para promocionar sus caprichos fuera del terreno de juego. Sin embargo, entre esa multitud de jugadores profesionales existe la excepción, y no hay que ir muy lejos para descubrirla.

Su nombre es Óscar de Marcos. De profesión, futbolista. Es el actual capitán del Athletic a pesar de ser canterano del Alavés; eso sí, siempre ha estado impregnado del sentimiento rojiblanco ya que Pedro Antonio, su aita, lideraba una peña del Athletic en Guardia. Pero, por lo demás, un chaval tranquilo y normal, trabajador que ha cumplido «todos los sueños» y por eso colgará las botas al finalizar elpresente curso.

Como viene demostrando en este y en los 15 anteriores, ha sido un alumno rojiblanco aventajado en el primer equipo. Tal vez no por haber tenido una sobrenatural calidad, sino por su labor y humanidad dentro y fuera de los terrenos de juego. Un tío de vestuario, de esos que todos querrían tener en su equipo.

Eso sí, ahí queda en la historia su gol en Old Trafford ante el Manchester United (2-3) en aquella maravillosa noche de Europa League en 2012 con Marcelo Bielsa en el banquillo.

El técnico argentino una vez se refirió así sobre él: «Yo siempre intuí que era un ejemplo y hace tiempo lo confirmé cuando se hizo público algo que él mantuvo en privado durante mucho tiempo. Y es que dedica un día por semana a enfermos terminales. Eso es un ejemplo y que lo haya mantenido en el anonimato es un ejemplo mayor. Eso es un capitán».

En su anuncio de despedida, no podía ser de otra forma, el de Guardia ya dejó claro que no quiere ningún tipo de homenajes. «Iñaki [Williams], sé que me quieres mucho, pero si metes un gol en el próximo partido no quiero que me lo dediques», comentó a sus compañeros en el rondo que hizo ayer por la mañana antes del entrenamiento en Lezama.

La honradez también ha sido siempre una de sus enseñas. A punto de cumplir 36 años, no cree que nada pueda hacerle cambiar de idea. «Me cuesta más recuperar después de los partidos y he notado que voy un poco más justo. No he jugado dos partidos seguidos de jueves a domingo, porque voy algo más justo y hay que ser honesto. El cuerpo lo ha tenido más claro», admitió.

UN ÚLTIMO SUEÑO

En su despedida no quiso olvidarse de los empleados de Lezama: «Nos cuidáis como a personas únicas y nos hacéis sentir muy arropados. Si esto es especial, es por el día a día que vivimos aquí. Cuando vienes de un día malo, todo el mundo te intenta sacar una sonrisa. Por cómo nos llevamos, por los días y las noches tan bonitas que hemos vivido, me siento un privilegiado, y siento que me llevo muy buenos amigos de aquí». Uno de esos días bonitos fue el paseo en la gabarra tras conquistar la pasada edición de la Copa.

Colgará las botas como el segundo jugador con más partidos en el Athletic (acumula 560), solo superado por Iribar, y con un último sueño pendiente. «Sé que es difícil, pero si creo que hay algún equipo, de todos los que he estado, que puede conseguir ese sueño que me queda, sois vosotros», comentó al grupo en referencia a la final de la Europa League que se jugará el 21 de mayo en San Mamés.

«Muchas gracias a todos, y os quiero mucho, chavales», finalizó en Lezama. El fútbol también te quiere a ti, Demar.