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Solicitan que no se permita el acceso de perros a las playas con Bandera Azul

Los organismos que conceden el premio Bandera Azul a las playas que siguen criterios de sostenibilidad consideran «imperativo» que estos arenales prohíban la presencia de animales domésticos, en concreto de los perros, para proteger la salud de las personas, de las mascotas y del ecosistema.

Un hombre pasea con su perro por una playa del litoral vasco. (Gorka RUBIO | FOKU)

Como todos los años coincidiendo con el inicio de la temporada de playas, la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac) y la Fundación para la Educación Medioambiental (FEE) han desvelado el listado de banderas azules para esta temporada, un distintivo medioambiental presente en 52 países y que reconoce la excelencia de las aguas, la seguridad de los bañistas, la prestación de servicios y el cuidado del medioambiental.

En el Estado español se han concedido un total de 642 banderas azules, de las cuales solo cinco se encuentran en Hego Euskal Herria y, curiosamente, solo una en la costa -la de Bakio-, ya que las cuatro restantes pertenecen a embalses de Araba y Nafarroa. En concreto, las dos playas de Garaio y la de Landa, en el embalse de Ullibarri Ganboa, han obtenido la Bandera Azul por décimo año consecutivo, mientras que la playa de Lerate, en el embalse navarro de Alloz, ha obtenido el distintivo por segundo año consecutivo.

Este año, sin embargo, ha surgido la controversia por la presencia de perros en estos arenales. A juicio de estas instituciones, para cumplir con los criterios Bandera Azul a nivel internacional «es imperativo que el municipio asegure a través de una ordenanza municipal la prohibición de animales domésticos en la playa o zona de baño galardonada con bandera azul durante la temporada de baño». Una prohibición de la que quedarían exentos los perros guías.

Adeac y FEE insisten en que este criterio debe cumplirse, en primer lugar, «por la salud de las personas, ya que, según estudios de la Organización Mundial de la Salud, existen riesgos microbiológicos para la salud humana asociados a la presencia de excrementos de los perros en las playas, sobre todo para niños».

Un segundo motivo que esgrimen es «la propia salud de los perros, sobre todo en verano, debido a las altas temperaturas que se alcanzan en los arenales». El calor, añaden, puede causarles «deshidratación, afección a las almohadillas de las patas, intoxicación por la alta concentración de sodio del agua de mar o intoxicación por algunas algas».

PRESIÓN SOBRE LA AVIFAUNA

Además, añaden, hay que tener en cuenta «la protección del ecosistema de la playa, sobre todo si hay dunas». En ellas, «especies vegetales y animales, especialmente aves (algunas en peligro de extinción y fundamentales para la conservación del ecosistema), necesitan estar protegidas», señalan. No obstante, añaden que «cada vez son más las personas que quieren llevar sus perros a la playa y se genera una presión enorme sobre la avifauna que depende de este medio para alimentarse, descansar o criar».

«El aumento de la presencia de perros en los arenales con dunas genera una presión destacable en la supervivencia de la avifauna, sobre todo en época de cría», reiteran, motivo por el que reclaman la prohibición del acceso a los animales domésticos.