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Donald Trump redobla con marines la presión militar contra Los Ángeles

El presidente defendió su decisión de enviar tropas a California para evitar que «Los Angeles ardiera hasta los cimientos». Anoche se esperaba la llegada de marines y más miembros de la Guardia Nacional. El gobernador Gavin Newsom ha demandado al Gobierno federal por un «flagrante abuso de poder».

Un policía apunta con su arma a los manifestantes en Los Ángeles. (Ringo CHIU | AFP)

La Administración Trump asegura que el despliegue militar en Los Ángeles continuará, a pesar de que las protestas en lo que llevamos de semana no hayan sido tan intensas como durante el sábado y el domingo. En la mayor parte de la ciudad apenas se ha notado, y para ayer se había convocado una marcha.

Aún así, se esperaba la llegada de 700 marines y 2.000 miembros de la Guardia Nacional que, en palabras del secretario de Defensa, Pete Hegseth, estarán en California durante dos meses. Donald Trump aseguró que las tropas se quedarán «el tiempo que sea necesario». El fiscal general de California, Rob Bonta, criticó a la Casa Blanca, negando las acusaciones de Trump de que haya «manifestantes pagados. Son ciudadanos estadounidense que se preocupan por el futuro de su país y hacen valer sus voces». California interpuso el lunes por la tarde una demanda contra la Casa Blanca por considerar inconstitucionales los despliegues llevados a cabo sin coordinarlos con el estado afectado.

Tanto la Guardia Nacionales como los marines tienen prohibido realizar tareas policiales y llevar a cabo detenciones. Para desplegar marines, el Ejecutivo tendría que invocar la ley de insurrección 1807 o argumentar -que es lo que se ha hecho esta vez- que se dedicarán a proteger edificios federales.

El congresista californiano de origen vasco John Garamendi, subrayando la necesidad de que fueras pacíficas, consideró que las protestas eran esperables ante las acciones de Trump: «No buscan criminales, sino miembros de familias trabajadoras, algunos de ellos en la escuela. Están provocando el miedo en todo el país». Garamendi denunció que Trump pretende actuar «como si fuera el rey de este país, con poder y autoridad para hacer todo lo que quiera». Uno de los principales lemas de las protestas contra Trump es “No King” (“No hay rey” o “No al rey”), destacando uno de los principios fundamentales del país. Desde Los Ángeles las protestas se han extendido a ciudades como Dallas, Filadelfia o Denver, y este sábado un colectivo con ese nombre ha convocado decenas de manifestaciones. Trump ha amenazado con cargar con dureza contra los manifestantes.

Como ocurre frecuentemente con Gobiernos de derechas, la lógica de Donald Trump es que le benefician las polémicas de ley y orden en las que puede aparecer como un sheriff justiciero. Por muy simplista y maniqueo que pueda parecer, el mensaje del comandante en jefe defendiendo Los Ángeles de la destrucción a manos de gentes con banderas extranjeras cala en algunos sectores del país. «No podríamos haberlo diseñado mejor, los demócratas están otra vez en la parte del 20 en un asunto que se divide 80-20. Es lo mismo que le hizo ganar las elecciones (a Trump)», aseguraba ayer un responsable de la Casa Blanca al medio “Politico”.

Llega, además, en un momento especial. Justo después de que Trump se enfrentara a una de las situaciones más incómodas de este mandato, con la agria discusión y el divorcio del artífice financiero de su victoria electoral, Elon Musk. Un asunto que Trump ha conseguido que desaparezca de las noticias principales para ser sustituido por un discurso militarista que culminará este sábado con un enorme desfile en la capital, Washington. Oficialmente se celebra el 250 aniversario de la fundación del Ejército. Casualidades de la vida, será también el día en el que el presidente cumple 79 años.



RFK despide al Comité de Vacunas

El secretario estadounidense de Sanidad, Robert Fitzgerald Kennedy, ha despedido a los diecisiete miembros del Comité Asesor sobre las Prácticas de Inmunización (ACIP, en inglés) «para asegurar que los estadounidenses reciben las vacunas más seguras posibles». Este organismo emite recomendaciones oficiales del Gobierno de EEUU sobre inmunizaciones.

Kennedy lleva años cuestionando la seguridad de las vacunas. Pese a este historial antivacunas, que provocó que decenas de niños murieran en Samoa en 2019, la mayoría republicana en el Senado confirmó su nombramiento. El senador -y médico- Bill Cassidy, uno de los más escépticos, aseguró que Kennedy se había comprometido a mantener este comité «sin cambios».

Ahora Kennedy asegura en un artículo en el “Wall Street Journal” que «la mayoría de los miembros del ACIP ha recibido financiación sustancial de compañías farmacéuticas, incluidas las que comercializan vacunas». Por ello, dice que el comité está «plagado continuamente con conflictos de interés y se ha convertido en poco más que un sello para cualquier vacuna», lo que, a su juicio, ha creado una «crisis de confianza pública» que algunos intentan explicar «culpando a la desinformación o a actitudes anticientíficas».U. U.