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Vox pincha en su cumbre ultra con pocos aliados y se sube a la ola de Charlie Kirk

El líder de Vox encabeza otro mitin de Patriots, la coalición europea de partidos de extrema derecha, aunque con mucha menos presencia de sus dirigentes, y advierte contra el «califato de Bruselas». Todos los discursos, teñidos de islamofobia y con llamadas a reivindicar al agitador estadounidense.

irk, protagonista de esta cumbre ultra europea en Madrid para apoyar a Abascal. (Europa Press)

«Muchos no han estado aquí porque la mayoría están inmersos en importantísimas batallas electorales», ha dicho Santiago Abascal este mediodía en el Palacio de Vistalegre, que otra vez se vistió de rojigualdo para cobijar ante miles de simpatizantes a una cumbre de la ultraderecha europea y global. Con su frase, el líder de Vox parecía adelantarse a lo que serían las crónicas: era una explicación sin que nadie le pregunte sobre las notorias ausencias en el mitin.

En mayo del año pasado, semanas antes de las elecciones europeas, un mitin similar (aunque no bajo el paraguas de Patriots, el grupo que impulsó Viktor Orban y que aglutina al populismo radical eurófobo y más cercano a Rusia), Abascal fue aupado con la presencia de las máximas figuras internacionales de la ultraderecha: Javier Milei, Marine Le Pen, Matteo Salvini, el primer ministro húngaro, un alto cargo del gobierno de Israel, el líder ultra neerlandés Geert Wilders, un directo con Giorgia Meloni, dirigentes claves del trumpismo y de Bolsonaro, entre otros.

Ninguno de ellos ha estado este domingo en Vistalegre. Los únicos que repitieron fueron los líderes de la extrema derecha portuguesa, André Ventura, y de la chilena, Juan Antonio Kast. Milei ha tenido un breve discurso en directo con un acotado diálogo con Abascal, y Meloni (cuyo partido está en otro grupo parlamentario europeo, CyR) ha enviado un saludo grabado, como Orban. Curiosamente, nada se vio de Salvini, no hubo mensaje desde el gobierno de Estados Unidos y Le Pen brilló por su ausencia, así como el bolsonarismo. La nueva figura que apareció fue el ultracatólico alcalde de Lima, quien no ahorró insultos a «la izquierda mentirosa y asesina».

Rebosado de militantes, el mitin comenzó media hora tarde y con un homenaje al activista de extrema derecha Charlie Kirk, muerto de un disparo en un mitin público la semana pasada. «Esta semana ha sido asesinado un patriota reconocido por su defensa del cristianismo y la libertad, contras las turbas izquierdistas que querían imponer el pensamiento único y la censura en las universidades», relataba una locutora mientras se veían imágenes en la pantalla gigante con frases pacifistas de Kirk en las que llamaba a un diálogo no violento entre los extremos, todo quirúrgicamente elegido en una persona cuyos discursos a veces eran incendiarios.

«Despidamos a Charlie como los españoles despedimos a nuestros caídos», ha dicho la locutora, dando paso a la canción escrita por el sacerdote Azurmendi, llamada ‘La muerte no es el final’, mientras la cámara enfocaba los rostros de los líderes, algunos con lágrimas en los ojos. Acto seguido, Kevin Roberts, de la Heritage Foundation (el más importante think-tank trumpista) ha hablado en un mensaje grabado reivindicando a Kirk, y pidiendo que este sea un momento bisagra «no solo para Estados Unidos sino para todo occidente» antes de acusar a toda la izquierda mundial de «celebrar la muerte».

La líder del griego Voz de la Razón, que está dentro de Patriots en Bruselas, ha inagurado la islamofobia al afirmar que a los europeos se les impondrá pronto «las mezquitas y los burkas». Y ha gritado: «¡Islam, fuera de la Europa cristiana!». El candidato a presidencial Kast ha enviado un video alabando a Abascal y pedido frenar las políticas que llevan «al comunismo».

La líder opositora venezolana, María Corina Machado, ha aparecido también en la pantalla gigante agradeciendo el apoyo de Vox y se ha sumado a las voces que alertan por «una crisis de identidad», en la que algunos quieren «transformar al ciudadano de occidente en lo que no es ni puede ser ni conviene que sea».

A los videos de líderes de la ultraderecha checa y austríaca les ha seguido el discurso del carismático Tom van Grieken, del flamenco Vlaams Belang, quien ha hecho una broma de mal gusto tras probar unas frases en castellano («¿Veis? Ya estoy mejor integrado aquí que la mayoría de los migrantes musulmanes»).

Luego ha aparecido la premier italiana (la más ovacionada de todos los ponentes), Giorgia Meloni, que a través de un video ha pedido observar «de qué lado está la violencia» en un caso como el de Kirk, que «pagó con su vida el precio de la libertad».

Meloni ha tenido en su discurso la peculiaridad de haber sido la primera en el mitin en mencionar la invasión ilegal rusa a Ucrania y criticar lo que ocurre en Gaza. «Hemos demostrado que la derecha no solo puede ganar elecciones sino gobernar con eficacia. Tengo el orgullo que dentro de poco seremos uno de los tres gobiernos más duraderos desde la Segunda Guerra», ha recalcado.

El portugués Ventura ha insistido en que «tenemos que echar a Pedro Sánchez a la cárcel», ante un auditorio que varias veces ha cantado «hijo de puta» al presidente español

 

Tras un insípido video de Orban en el que centraba las críticas en Bruselas, ha aparecido un incendiario Ventura, líder de la oposición en Portugal y que ya encabeza las encuestas. «No me ha pedido Santiago que lo diga pero lo voy a decir. Tenemos que echar a Pedro Sánchez a la cárcel, y hay que tratarlo como a un criminal. España tiene una mafia dentro del gobierno que tenemos que echar a la cárcel (sic). Con todo lo que se sabe, si yo fuera primer ministro de España mi primera medida sería Sánchez a la cárcel», ha dicho a gritos, mientras un auditorio enfervorizado lo ovacionaba y cantaba «hijo de puta, hijo de puta».

Otra peligrosa línea roja que ha cruzado Ventura es la apología de la justicia por mano propia, al reivindicar «lo ocurrido en Murcia». «Lo que han hecho en Murcia me da un orgullo tremendo como europeo. Gracias por lo que han hecho, sois grandes, sois fuertes», ha enfatizado.

De Meloni a Milei

En directo (y siendo las 7 de la mañana en Buenos Aires), ha aparecido Javier Milei, el segundo más ovacionado. Con un estilo muy diferente que al show efervescente que dio hace 16 meses en Vistalegre, el presidente argentino ha estado sobrio. También ha rendido homenaje a Kirk, «mártir de la libertad». Ha acusado a un «militante de la organización izquierdista Antifa» de ser el ya seguro asesino (algo de lo que hasta ahora no hay evidencias) y ha asegurado que no estaba presente en Madrid porque le ha «tocado» estar en su país «defendiendo con uñas y dientes los logros de su gestión». Abascal ha mantenido un breve diálogo en el que le ha dado «todo» su «respaldo en este momento que muchos se están juntando para hacer daño» a Milei.

El líder de Vox ha clausurado el mitin y con su discurso ha cristalizado el nuevo momento de Vox: centrado en exaltar la islamofobia y el temor a la migración irregular. A diferencia de sus primeros mitines en Vistalegre, en los que se hacía hincapié en la unidad de España o en la economía, esta vez no hubo menciones. Sí le ha dedicado un párrafo al «izquierdismo separatista de ETA, que hoy decide el gobierno de España», a quienes acusa de un «miserable cinismo con el que justifican asesinatos».

Abascal: «No nos matan por ser fascistas, nos llaman fascistas para matarnos»

 

Montado en la ola nacional populista que ha despertado el caso Kirk, Abascal ha dicho que ha sido víctima «del odio que han esparcido» contra todos los dirigentes de derechas y ha añadido «No nos matan por ser fascistas, nos llaman fascistas para matarnos». Además, ha insistido en que el barco del Open Arms «debe ser confiscado y hundido» y que «se tienen que ir (de España) todos los que vengan a delinquir, incluidos los ‘menas’, que si son realmente menores, se les hace un favor echándolos porque los menores tienen que estar con sus padres».

«Los inmigrantes que no se adapten, o se van o nos impondrán el califato de Bruselas y nos robarán el futuro», ha añadido. Ha acusado a PP y PSOE de estar «promocionando la invasión y lucrándose con ella». Según su visión, «los populares y socialistas son cómplices de entregar Europa a los hooligans de Osama Bin Laden».

Antes de concluir, ha defendido el accionar del gobierno de Netanyahu, ha dicho que la guerra se frenaría si Hamas entregara a los rehenes y ha dado a entender que él haría lo mismo que Israel: «Si algún día esos que sueñan con recuperar Al Andalus lo intentan, quiero que sepa España que yo no me detendría ante nada ni nadie para conseguir la liberación de los cautivos». Y ha tachado a Sánchez de ser «un psicópata que no puede salir a la calle».

En ese momento, nuevamente miles de personas comenzaron han comenzado a cantar ‘Pedro Sánchez, hijo de puta’, a lo que Abascal, entre sonrisas, ha agregado: «La canción del verano debería haber sido ‘Sánchez, chulo de putas’», en alusión a la historia que agita el PP sobre los presuntos prostíbulos del fallecido suegro del presidente.

Al despedirse ha vuelto a convocar a una «reconquista» y ha exhibido una camiseta blanca con la frase ‘Freedom’ escrita en ella, similar a la que vestía Kirk al ser asesinado Vox volvió a tener así su festival ultra, mostrando el viraje cada vez más islamófobo y conspiranoico, y con las encuestas que lo sitúan mejor que nunca.