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La capitana de Canadá, Sophie de Goede, captura el balón en un saque lateral. (Paul ELLIS | AFP)

Canadá destrona a las Black Ferns y jugará la final frente a la anfitriona Inglaterra

Canadá e Inglaterra jugarán la final del Mundial de rugby tras deshacerse en semifinales de Nueva Zelanda y Francia, respectivamente. Las posiciones del podio se definirán el próximo sábado en el estadio de Twickenham.


Once años después, Canadá e Inglaterra volverán a verse las caras en la final de una Copa del Mundo femenina de rugby. En agosto de 2014, las Red Roses se impusieron 21-9 en el Stade Jean Bouin de París, sumando su segundo título.

Las número uno del ranking volverán a partir con la vitola de favoritas, más teniendo en cuenta que el choque decisivo lo jugarán esta vez ante su entregada parroquia en La Catedral de Twickenham (Londres) el próximo sábado a las 17.00.  

Para alcanzar el billete, Inglaterra tuvo que deshacerse este sábado en semifinales de una correosa Francia que aguantó el tipo hasta el último cuarto de partido –la primera final de las ‘bleues’ tendrá que seguir esperando–, ya que en el minuto 58 el resultado era 14-12 a favor de las locales.

Tres ensayos en la recta final (35-17) decantaron el duelo para entusiasmo de una afición que ha hecho de este título casi una cuestión de estado, después de ganar solo una de las seis últimas finales.

Las cinco derrotas fueron frente a Nueva Zelanda, pero la ocasión de cobrarse una dulce revancha tendrá que esperar por ‘culpa’ de Canadá. Las de la hoja de arce hicieron valer su segunda posición en el ranking para tumbar a las vigentes campeonas merced a un arranque explosivo, con tres ensayos y un parcial de 19-0 en 24 minutos de juego.

Remando contra corriente, las Black Ferns lograron acercarse hasta el 31-19 a falta de un cuarto de hora, una desventaja inferior a dos ensayos convertidos. Sin embargo, Canadá mantuvo la calma y le aprovechó un golpe de castigo para elevar la distancia de seguridad hasta los 15 puntos, con el 34-19 definitivo.

El bronce se decidirá también el sábado, a partir de las 13.30 y en el mismo escenario de Twickenham, que vivirá un programa doble. Se da la circunstancia de Nueva Zelanda y Francia nunca se han visto las caras en un partido con medallas en juego.