Baiona, «Arbolaren Egia»
Hoy hace siete años, el domingo 8 de abril de 2018 en Baiona, junto a la Place de I «Arsenal, en la explanada Roland Barthes asistimos a la monumentalización escultórica del histórico acto del mismo día del año anterior. La celebración de uno de los acontecimientos más trascendentales de la historia reciente de Euskal Herria. La gestión de Bakegileak, conocidos como Artesanos de la Paz, presentando al pueblo vasco y al mundo la materialización de su discreta, arriesgada pero extraordinaria y feliz labor: la entrega de las armas de la organización política armada ETA a la sociedad civil, de donde surgió su creación.
En este singular espacio, con la asistencia de Jean René Etchegaray, alcalde de Baiona y président de la Communauté d'Agglomération Pays Basque / Euskal Hirigune Elkargoko lehendakaria, el pastor irlandés Harold Good, que actuó como verificador en el proceso y una representación de EH Bildu se procedió a la inauguración, efímera, puesto que fue retirada después del acto, de la escultura "Arbolaren Egia", Obra del artista Koldobika Jauregi (Alkiza, 1959-2024).
Se trata de una apelación de fuerte simbolismo, un árbol de acero y hierro en forma de hacha, el conocido ideograma de ETA, pero invertida que se entrega en la tierra que le vio nacer. Escultura de ocho metros de alto y cuatro de anchura sobre un pedestal de hormigón, acorde al amplio espacio previsto para su colocación.
Una adaptación tridimensional de la creación "Aizkora eta Arbola" que en litografía también había creado Jauregi y distribuida en papel por GARA un año antes con motivo del triunfal desarme. Puesto que así fue, como acertadamente declaró (2016.10.24) Patxi Zabaleta, «ETA no ha ganado la guerra pero sí ganó la apuesta de la paz». Porque la guerra no la gana nadie.
Al parecer las autoridades culturales de Lapurdi opinaban que su emplazamiento no era acertado al tratarse de un conjunto histórico monumental protegido, delimitado por un perímetro de arquitectura urbana vernácula, rue Pelletier y de notables edificios del antiguo Arsenal reconvertidos en instituciones universitarias, Campus de la Nive-Université de Pau et des Pays de l'Adour, y administrativas, Conseil Départemental de Pyrénées Atlantiques con un fondo abierto hacia el Errobi.
Criterio parcialmente respetable pero cordial y colaborativamente rebatible para lograr su implantación definitiva. El emplazamiento más adecuado sería el sitio donde se celebró públicamente el desarme, la Place Paul Bert, al pie del Château-Neuf (Castillo Nuevo) convertido en un Lugar Histórico (Site Historique) rango cultural previsto en la legislación, como espacio que por acontecimientos relevantes sucedidos es digno de ser memorado, aunque con ciertas limitaciones por el sentido cultural del entorno de protección del mismo. Actualmente, muy alterado por un aparcamiento de superficie, que algún día próximo deberá desaparecer para recuperar un mayor ámbito espacial público.
Para lograr este propósito, más bien un compromiso del pueblo vasco, que resignificaría su historia con el lugar es preciso que se constituya un grupo promotor, de relevantes personalidades, artistas, historiadores, escritores, paisajistas, arquitectos e incluso cargos públicos de todo tipo, y aportáramos fundamentados criterios para su realización.
Esta sugerente obligación es mi particular dedicación a todos los que participaron en La Victoria de Baiona, desde Bakegileak, a Koldobika Jauregi que firmó artísticamente el tratado de paz. Un escultor vasco al que tuve la ocasión de tratar con más afecto a partir de aquel día, en cuantas ocasiones de vernos tuvimos. Acudí a Koldobika Jauregi Bizialdia Ospatzeko Eguna, el pasado 12 de octubre en Alkiza, pero no supe encontrar a quienes deberían promover este propósito que a su vez se convertiría en un postrero homenaje a su autor.
La construcción nacional y la soberanía de Euskal Herria solo son posibles desde la radicalidad, es decir, desde las raíces, del árbol, con una inflexible firmeza de planteamientos, y es el momento de mostrar este deseo que permita cambiar el futuro y la historia del pueblo vasco. Nuestro día está llegando.