Hoy como entonces, me refiero a las emisiones a cielo abierto en los vertederos de Gipuzkoa, al no contar con sistemas de captación de metano como es preceptivo por ley. Este es un gas generador de efecto invernadero (GEI) y se produce en el proceso de fermentación de la materia orgánica, siendo su poder contaminante 23 veces superior al CO2.

En Gipuzkoa el porcentaje de bioresiduo que se lleva a vertedero sobre el total generado en cada municipio, varía entre 2% (pueblos PaP), 75% (5º contenedor) y 99% (cuatro contenedores)… un “suceso” único en el mundo. También será único en la UE-15 el hecho la Fiscalía de Medio Ambiente no intervenga, ante la pretensión de algunos políticos que han accedido al gobierno municipal en algún pueblo que venía operando PaP y anuncia volver al sistema de contenedores… no preguntó ¿porqué?, sino ¿para qué?

Un capricho político de enorme costo medioambiental, que en ningún país europeo quedaría impune; por algo: “España es  el país de la UE con más denuncias ambientales y sentencias en contra en los últimos años”.

En marzo el Gobierno Vasco promulgaba una nueva Ley de Residuos muy poco exigente y laxa ante estos atentados medioambientales diarios que muy poco dicen a favor de quienes en los últimos cinco años se han empeñado en sabotear a quienes con otra operatividad mas eficiente los minimizaban casi a cero.

De nada sirve que la consejera Oregi diga que esa ley se inspira en la máxima de que: quien contamina paga, si no impone por ley tasas diferente según el contenido de bioresiduo en cada tonelada a vertedero. Pagar lo mismo por tonelada quien contamina mucho y quien contamina lo mínimo posible, es inconcebible en Europa. ¿Porqué el año pasado 23 municipios catalanes abandonaron el 5º contenedor y se pasaron al PaP?, tienen una Agencia de Residu y …la pela es la pela, pues conseguirán pasar toneladas y toneladas de materiales, de la economía lineal a la economía circular –que tanto gusta a la consejera Oregi–… liberándolas de la locura incineradora.

Nada espero de la consejera Oregi, algo del fiscal Calparsoro. Confío que algún partido político y-o sindicato y-o grupo ecologista sensibles ante este problema, como mínimo les recuerde (y comprometa) que en la Europa avanzada no sería posible este tipo de “caprichos”, por mucho que la ley de nuestro país lo permita, pues ellos a diferencia de nosotros también lo que dijo el político francés Maximilian Robespierre: “ La justicia social y el sentido común siempre estarán por encima de cualquier norma. Lo que es justo se puede y debe hacer antes de que la ley llegue o aunque la ley no llegue nunca”…lo entienden y aplican de otra manera… los catalanes también y en Gipuzkoa cada vez mas también, aunque los medios de comunicación se esfuercen en esconderlo y sabotearlo… es todo.