Carta a la clase politica
Estimada clase política dirigente y ex-dirigente: Enhorabuena. Lo han conseguido. Les doy mis mas grandes felicitaciones por adormecer y narcotizar a una generación de jóvenes de un país al que desgraciadamente e injustamente pertenezco.
Pero tienen que reconocer que no lo han tenido tan difícil. El aletargamiento de esta generación ya venía de serie gracias a su sistema educativo carente en fomentación de conciencia y criterio, construyendo así a lo largo de los años, al individuo en un analfabeto político, en un ignorante con formación formal, pero carente de la sensatez que nos identifica como seres humanos. Por otra parte, también han hecho uso, como en su día lo hizo el caudillo que gobernó con mano de hierro este país, de su arma social distractora también conocida como deporte rey, futbol o balompié.
El hecho de que una selección representante de un país genocida, fascista y autócrata hubiese ganado un título de reconocimiento mundial también os simplifico las cosas, promoviendo, mediante los mass media y diferentes órganos de información, el fanatismo hacia los dos grandes equipos de un país, dejando a la sombra las razones de la actual situación, obligando a la escasa gente con moral a contrainformarse e indagar la información, a mi juicio, realmente importante y necesaria para el cambio y funcionamiento de cualquier organismo, pudiendo ser en este caso el país.
El hecho de que estos «deportistas de sofá» hayan engordado sus cuartos traseros mientras consumían productos de multinacionales no ha sido un problema en sí, pero si el medio de propagación de esta pandemia a la que injustamente algunos nos vemos sometidos. Puede que ustedes piensen que carezco de razón, ya que en las calles se vuelven a ver aquellos denominados «perroflautas» y/o «maleantes» que se veían el año pasado, y que algo se está consiguiendo, respetar el derecho a expresarse libremente... Lo siento pero no lo comparto.
El año pasado este país se «indigno», pero quedo ahí, esperando a que ustedes, los políticos, nos escuchasen y nos hiciesen caso. Que ilusos éramos. Yo también me indigne, pero ya no hay sitio para la exasperación, ahora solo siento la frustración, el descontento y el desagrado que tanto la clase política como la sociedad aborregada me han hecho sentir. El hecho de que ustedes, suban desde el 50% al 66% de las futuras matriculas en las universidades, adquiere toda su lógica por lo anteriormente citado, ya que en las universidades empieza a florecer aquel espíritu estudiantil que tanto identifico a España y al que verdaderamente es mi país, Euskal Herria.
Este rayo de esperanza, claro está, a ustedes, gobierno de derechas anteriormente y de ultraderecha el actual, les empezó a molestar, no era lo que ustedes tenían planeado y había que conseguir por todos los medios que el agua volviese a su cauce, porque así ustedes podrían seguir con este tejemaneje, echándose la culpa unos a otros, mientras que a la viuda, al universitario y al pensionista no les quedan agujeros en el cinturón para apretar. Por eso decidieron subir las cuotas. Para seguir adoctrinando a la sociedad a su gusto, haciéndonos creer que el neoliberalismo es sólido, las multinacionales altruistas y la banca inquebrantable. Pero no se preocupen, este rayo de esperanza se apagara, algunos estudiantes haremos manifestaciones, movilizaciones, sentadas y demás paparruchas pacificas, esperando a un verdadero líder que nos guie hacia el real enemigo y con nuevas formas para derrotar al capitalismo, sistema responsable de la precaria situación.
Pero al final tendremos que pagar el importe de la matricula si queremos adquirir unos conocimientos que, indiferentemente de que nos abran paso en el mundo laboral (también quebrado por ustedes, no se olviden) nos caracterizaran por el resto de nuestras vidas. Seguro que lo pagaremos. Y al que no pueda pagarlo, se le echara a una esquina como se ha hecho con todos los perdedores y fracasados de este país.
A algunos pocos se nos tildara de locos, amargados, porque seguramente ese día no estaremos viendo el partido, ni estaremos comentando el ultimo expulsado de algún reality-show basura, pero como decía hace un tiempo un artista al que admiro, los niños y los locos siempre dicen la verdad, por eso a unos se les educan y a otros se les encierran. Mis más sinceras felicitaciones, ni aquel dirigente alemán lo hubiese hecho mejor.