Jesusmari Soubies
Miembro de Gaurgeroa-Arabako Pentsionistak Lanean

Con el bastón defiendo mi pensión

Los movimientos pensionistas de todos los pueblos del Estado, coordinados y todos a una, tendremos que ir a las sedes del PSOE y a las de Unidas Podemos, si entra a ese juego también, con los bastones en alto para «presionarlos» e impedir que se aprueben dichos recortes.

Ya hemos visto cuan tímida y débil es la postura de los dos sindicatos mayoritarios del Estado –CCOO y UGT– en lo que respecta a la defensa del Sistema Público de Pensiones. Con decir que «no comparten la lectura que se hace» desde el movimiento pensionista vasco o que «no es el momento», les basta. Así ocurrió el 30 de enero de 2020. Llevamos más de tres años peleando y, casi, como si no fuera con ellos.

Por fin, el 11 de febrero de 2021 estos dos sindicatos se manifestaron en cincuenta delegaciones del gobierno a lo largo de la geografía del Estado: pedían el aumento del IPC para el SMI, la derogación de las reformas laborales y la derogación de las reformas de pensiones del 2013. Es mucha la presión que tienen, pero también sabemos por experiencia que necesitan muy poca presión para firmar más recortes. Pero, estas reformas son de las «graves» y con el movimiento pensionista en las calles se resisten a aceptarlas. La mesa del diálogo social ha firmado muchos recortes de derechos laborales, salariales y de pensiones. De la misma manera, cada vez que se reúne la comisión del Pacto de Toledo es para facilitar al gobierno, mediante la pantomima de las «recomendaciones», más recortes del Sistema Público de Pensiones y de las pensiones.

Lo que reclama el movimiento pensionista son exigencias de «mínimos». No puede ser que los mismos que se aseguran unas pensiones de máximos y escandalosas (parlamentarios, ministros, eurodiputados, banqueros, etc.) y unos privilegios que el resto de la sociedad no tiene, se nieguen a unas cuantías mínimas de pensiones que garanticen una vida digna a todas las personas. Sencillamente, no es de recibo y exige una postura firme y contundente del conjunto de la sociedad.

La firma del sistema financiero y los partidos a través del parlamento tiene legitimidad legal, pero casi ninguna fuerza, «pues esta reforma, supone la rotura del Contrato Social vigente», toda vez que pretende convertir el Sistema Público de Pensiones en un sistema mixto de pensiones, en un sistema público-privado. Reduce paulatinamente la parte pública a prestaciones asistenciales e introduce al sector financiero privado, dándole voz y parte en la institución de la Seguridad Social, a través de los fondos de pensiones. Este modelo supone una ruptura del contrato social y la decisión sobre «este tipo de cambios en la estructura y función de una institución como la Seguridad Social» están por encima del mismísimo parlamento. Es más, lo que se busca con la firma de los sindicatos es blanquear la infamia y tratar de darle esa legitimidad que no tiene, porque con esto «puede cobrar alguna fuerza». Ahora bien, ni aun así se alcanza la legitimidad, pues los sindicatos en cuanto representantes legales del mundo laboral, no lo son de las personas pensionistas, ni de las personas viudas, ni huérfanas, ni discapacitadas, ni paradas, ni del resto de la sociedad. Sería una usurpación de la soberanía popular.

Lamentablemente llegará el momento, (¡ojalá que no!) en la que se pondrá fecha a la escenificación y materialización de estos recortes. Escrivá está empeñado en ello. Y entonces los movimientos pensionistas de todos los pueblos del Estado, coordinados y todos a una, tendremos que ir a las sedes del PSOE y a las de Unidas Podemos, si entra a ese juego también, con los bastones en alto para «presionarlos» e impedir que se aprueben dichos recortes. Y si en la aceptación de esos recortes participan los dos sindicatos, CCOO y UGT, pues tendremos que ir también a sus sedes con la misma actitud.

Hay que impedir que el PSOE, que CCOO y UGT aprueben o firmen más recortes con esta reforma de Escrivá. Hay que impedir que nuevamente se equivoquen de bando. Unidas Podemos no surgió para poner en marcha este tipo de políticas, esperamos que den la talla. Excepto un puñado de contables al servicio de grandes multinacionales y compañías financieras que pretenden imponernos su saqueo económico y su derecho a veto de las políticas públicas, el resto de la sociedad tiene Mucho que defender: la Seguridad social y el Sistema Público de Pensiones gestionados por los representantes públicos. Estas instituciones son muy nuestras.

¡Con el baston defiendo mi pensión! ¡Gobierne quien gobierne, las pensiones publicas se defienden!

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